Los Enemigos, banda fundamental del rock español que, tras 15 años sin publicar material de estudio, regresa con el consecuente ‘Vida inteligente’, nos hablan de reencuentros, teletrabajo, pólipos inoportunos, llaves inglesas, discos de vinilo, ser un grupo de culto y que te peguen una paliza en Haro sin venir a cuento.
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POR FITA MORALES / FOTOS: FELIPE HERNÁNDEZ
Los Enemigos figurarían en cualquier lista de los grupos más influyentes de la historia del rock español. Y lo más significativo es que su nombre lo mismo aparecería en el canon elaborado por una publicación musical especializada –de la indie Rockdeluxe a la rockera Ruta 66 pasando por la inclasificable Popular 1– que en el que hiciesen unos colegas durante una discusión de taberna de barrio. Nunca fueron superventas, pero son respetados y queridos. Con ocho elepés de estudio publicados, dejaron una estupenda colección de canciones, algunas, caso de ‘Septiembre’ o ‘Desde el jergón’, con categoría de himnos. Rocanrol de guitarras afiladas, urbano, castizo –claramente infectado de rythm&blues– y unas letras socarronas e inteligentes y oscuras y poéticas también. Pasearon su repertorio en un incesante e intenso directo por todo tipo de escenarios, ya fueran garitos, salas de medio aforo, fiestas de pueblo o festivales masivos. Tras casi 20 años de carrera estajanovista y tóxica acabaron quemados y decidieron dejarlo, tiempo que aprovecharon para oxigenarse y desarrollarse musicalmente en otros proyectos. Hoy, para enhorabuena de sus seguidores en particular y el panorama musical ibérico en general, vuelven con un disco debajo del brazo, ‘Vida Inteligente’, que suena 100% Los Enemigos. Por cierto, los susodichos son J Santiago (voz y guitarra, compositor de casi todo el repertorio de la banda), Fino Oyonarte (bajo), Manolo Benítez (guitarra) y Chema ‘Animal’ Pérez (batería). Fotógrafo y redactor se dan de bruces con ellos en el bar que está justo frente al Hotel Coloso, en el centro de Madrid, en uno de cuyos salones tendrá lugar la entrevista.
¿Por qué un disco?
FINO: ¿Por qué no? Ha salido de forma natural. En 2012, con la gira Revuelta Enemiga, nos juntamos a hacer unos cuantos conciertos y, si se hubieran concentrado en poco espacio de tiempo, quizás cada uno hubiera seguido por su lado. Pero como se alargaron surgió de forma natural. Josele siempre está haciendo canciones, así que llegó un momento, al año y pico de estar juntos, que nos dice, “Tíos, tengo esto, ¿lo probamos?”. No teníamos claro qué hacer, pero lo primero era tener claro que queríamos estar juntos un rato más.
JOSELE: Y dejar constancia. Al principio íbamos a hacer tres bolos, luego empezaron a salir más y al año y medio de estar juntos otra vez quieres de alguna manera dejar constancia de esta época. Es lo suyo, que quede constancia.
¿Cómo están Los Enemigos?
J: Ahora mismo estamos haciendo la digestión, la hora no ayuda, pero muy bien, muy en forma, tío, la verdad. Es un momento muy dulce, no sólo por lo inesperado, que también, sino porque la banda funciona muy bien, se notan los diez años que hemos pasado tocando por ahí con otra gente. Estamos más experimentados, y, por otro lado, no tenemos esa inquietud de hacer otras cosas, ya las hemos hecho y las seguimos haciendo. Así que bastante bien, bastante satisfechos.
Quince años desde el último disco de estudio, ¿en qué ha cambiado el grupo?
CHEMA: Los cambios musicales han sido a mejor. Hemos tocado otras cosas, con otra gente… y este te hace aprender y te da una visón más calmada de la música, no tienes ese ansia, ahora nos ponemos a tocar y sabemos pausar un poco más el ritmo, eso está bien
F: Antiguamente estábamos todo el día juntos, ensayando, trabajando… Ahora henos experimentado por otros lados y, en cierta manera, ese bagaje lo llevamos encima y está ahí, aportando a la comunidad. Pero el ‘PAF’ Enemigo, o como lo queramos llamar, como nosotros sonábamos, está ahí.
Ese ‘PAF’, ¿estaba intacto o cuesta arrancarlo?
C: No ha costado nada, curiosamente.
F: Quizá hemos subido un par de puntos más los amplificadores porque el oído ya lo tenemos… Y no es que esté intacto, está muy vivo.
J: Hombre, fueron más de 10 años tocando juntos, se crean unos vínculos que son muy fuertes y no se pierden así como así, suena a Enemigos. Algunas canciones son más remolonas y cuestan más, pero en general…
F: Otras las tocamos más despacio, o más lentas, es según como las percibimos…
J: ¡O más deprisa!
Las circunstancias no son las mismas, quizá cuando lo dejasteis estabais quemados y ahora…
J: Hombre, claro, cuando nos separamos estábamos muy quemados y queríamos hacer otras cosas. También es que éramos un poco melones, íbamos a ensayar todos los días… Y si no había ensayo había que llamarse. Ahora la situación es otra y se coge con más ganas.
La periodista Patricia Godes definía vuestro último disco, ‘Nada’, como “largo y oscuro”. Dadnos algunos adjetivos para ‘Vida Inteligente’.
J: Llama a Patricia…
F: Honesto y actual.
C: Y transparente.
J: Y fresquito, mu fresquito.
Contadnos del proceso de grabación.
C: Hemos intentado hacerlo como nos gusta, tocando todos juntos. Buscamos un sitio donde pudiéramos vernos las caras, estar todos en la misma sala, eso fue la base. Hay temas del disco que son de la primera toma. A lo mejor en otras se ha metido después otra guitarra, o se ha regrabado alguna cosilla, pero la base fue tocar los cuatro juntos las canciones de principio a fin.
F: Buscamos un estudio que tuviera una sala donde poder estar juntos, intercambiar miradas… Estar muy compenetrados, como en el local de ensayo, para poder captar ese momento y sentirnos como cuando trabajábamos en el local, que para nosotros ha sido nuestro laboratorio
J: Así es como grabábamos desde ‘La Vida Mata’, tocando juntos, pero ahora es muy complicado porque cada vez hay menos estudios donde se pueda hacer esto.
F: Lo hemos grabado en Cata, un estudio del centro de Madrid, con equipos clásicos, a las órdenes de Carlos Martos, nuestro productor de siempre, y lo hemos rematado, las voces y las mezclas y algún pequeño recording de guitarra, en su estudio. Es curioso porque nunca habíamos grabado con luz natural y, oye, parece que no pero se nota, estar tantas horas y asomarte y ver el paisaje… Te oxigena y lo hace más llevadero.
¿Y las canciones?
J: Me las he currado yo casi todas, bueno, todas, y dos son en colaboración con Fino, que es más o menos la proporción habitual. Esta vez, como yo vivo lejos, pues se las he ido mandando, y luego ya quedábamos para verlas. Yo no doy más pautas que esas, aporto una letra y una melodía.
F: La estrategia fue muy guay, no lo habíamos preparado y salió sobre la marcha. J grababa la guitarra y la voz, nos lo enviaba, las escuchábamos, cada uno buscaba sus historias, quedábamos luego en Madrid tres días para ensayar, papapapapá, luego otro tiempo sin vernos, así durante unos siete meses, y cuando nos dimos cuenta había un disco. Pensábamos hacer un EP de cuatro temas pero J puso en marcha la máquina, cada vez había más material… Nos organizamos bien.
J: El último día llegó Fino con una canción, “Tomad, una”, dijo, la montamos en una semana y es la que hizo catorce.
Nos suena muy Enemigos pero, vosotros que lo habéis cocinado, ¿veis diferencias con los anteriores?
J: Yo noto que los temas respiran mejor, son los diez años de bagaje musical extra, algo hemos aprendido. Donde mas lo noto yo, que tengo que meter las voces, es en que tengo más huecos, y está uno más a gusto cantando teniendo espacios.
Por cierto, en plena grabación tuviste que operarte de un pólipo.
J: Ése estuvo ahí muy oportuno. Justo cuando íbamos a entrar a grabar detecté un dolor no conocido… Al final estuve dos meses y pico sin hablar porque se complicó. El haber estado haciendo acústicos de voz y guitarra es una piedra de toque para un cantante, ahí tienes que estar muy fino, macho. En los primeros que haces te das cuenta de lo malo que eres, así que o te pones las pilas o lo dejas. Y aquí estamos. La operación limpia un poco el tono y lo rejuvenece, te quitan un callo que tienes ahí, pero no hace milagros, si no se operaría todo el mundo y a cantar.
F: Ha sido curioso porque, con todo grabado, tuvimos que esperar cinco o seis meses hasta que se metió la voz y tampoco hubo ningún tipo de inquietud.
J: Eso nos ha venido hasta bien porque, claro, le puedes dar muchas vueltas, te da tiempo para que repose. De hecho el sueño de cualquier músico es grabar y, antes de mezclar y de meter las voces, las guitarras solistas y estas cosas, tener un tiempo para escuchártelo tranquilamente. Generalmente vas a toda hostia, en plan, “Amigo, ¡que esto va por horas!”.
‘Vida inteligente’, el single que da título al disco, ¿de qué va?
J: Es una letra un poco oscurica, muy metafórica, muy puñetera, sobre un parto de gemelos. Juega con la vida que te gustaría llevar y la que llevas. A veces tiene uno la sensación, cuando está en la oficina, supongo, de que hay otro que es el que realmente vive por él porque en realidad lo suyo no se puede llamar vida. Se me ocurrió jugar con el asunto este de que detrás de ti viniera otro que es el que en realidad está disfrutando mientras a ti te putean, es algo que pienso a menudo.
En la primera escucha la que más nos ha gustado es ‘Cementerio de Elefantes’, ¿quienes son esos elefantes?
J: La canción es una caricatura, intento que respetuosa, de todos los veteranos del rock, que somos unos cuantos. Desde nuestra perspectiva nos lo podemos permitir, es una coña de nosotros mismos, es cariñosa, en un momento dado nos mete en ese saco. A veces te descubres dando lecciones y contando batallitas y dices, ‘¡Ostia puta!”. Uno se ve haciendo el cebolleta de vez en cuando y creo que es bueno reírse de uno.
Vais para cincuentones pero desde que los Stones se hicieron viejos parece que hay barra libre, no se ve raro…
J: Y cuando los Stones se estaban haciendo viejos ya estaba Chuck Berry.
F: Hace nada Ray Davies, que tiene una edad, dio un concierto en San Sebastián que fue un pepinazo. Y hace mucho vi a Lou Reed ya mayor y te quedabas flipado.
J: A Neil Young lo vi ya bastante mayor y metía una caña alucinante.
C: ¿Te puedo hacer una pregunta?
Eeeeee, sí, claro.
C: ¿Tu qué crees que Superman quiere ser, Superman o Clark Kent?
Eeeeee, ¿Superman?
C: ¿Estás seguro?
J: Superman quería ser Lois Lane, no hay más que verle, ¡ja, ja, já! O Estrellita Castro.
¿Cómo os habéis encontrado el negocio musical?
J: Ha cambiado todo mucho, claro, pero lo único que me preocupa es que desaparezcan los estudios en los que podamos grabar cinco tíos tocando a la vez. Por lo demás, el mundo cambia, tío, y hay que adaptarse, no me preocupa demasiado, es hasta divertido.
F: Estamos preparados. Con nuestro último disco ya montamos nuestro propio sello, para hacer las cosas a nuestra manera, con todo el trabajo que eso implica, con nuestra energía, nuestra fuerza, nuestra dedicación, nuestro dinero… Hay que arriesgar, qué vas a hacer, tirar para delante.
J: Y la de inglés que se aprende.
Eso os iba a decir, ahora sí que sois estrictamente independientes.
F: Y en la última etapa antes de separarnos también. Siempre lo hemos sido, aunque nos pagaran los discos algunos sellos, pero el último, último ya lo hicimos todo nosotros. Montamos Alkilo Discos porque la compañía que nos sacaba los discos, cuando salió ‘Tras el último no va nadie’, devolvió todos los vinilos, y nosotros queríamos seguir manteniendo vinilo, así que los sacábamos en Alkilo. La primera referencia fue el ‘Por la sombra/Hermana Amnesia’, un EP, y después sacábamos las versiones en vinilo de los CDs que sacaban los sellos. Se acabó cuando acabaron Los Enemigos y ahora lo hemos tenido que abrir otra vez. ‘Vida Inteligente’ sale en formato vinilo, con un CD de regalo dentro, en CD y en iTunes y esas cosas.
O sea que os habéis currado el envoltorio…
J: El arte final de la portada es un lujazo. No salimos en foto porque estamos muy mayores ya y para qué cojones nos vamos a hacer una foto. Son pinturas de Santiago Bueno, un pintor, que se ha pegado un curro fantástico. Es el mismo que me hizo a mi la portada de mi último disco en solitario, ‘Lecciones de Vértigo’. Lo único que le dije fue, “Quiero una llave inglesa, que pese”, y él se montó una serie de llaves inglesas, elegimos entre todos y ha quedado chulo, chulo.
¿Estamos ante la nueva raspa de pescado que tanta fortuna hizo en vuestro imaginario?
J: De hecho eso fue lo primero que dijo Santiago, “Esto es la raspa”, el boquerón, el pescado… Así que haremos camisetas con la llave inglesa.
¿Hacéis cábalas sobre cuántos discos vais a vender, ahora que se venden tan pocos, no sé, en plan, “Vamos a vender 5.000 copias”?
C: Eso sería la rehostia, y vender 4.789 copias sería la rehostia,
J: Tenemos a 17 mil y pico tíos en el Facebook, eso está muy bien, ¿no?, así que con un tercio o así que se animen…
F: Hay un plus de cariño en este trabajo, no sólo en la música sino también en las imágenes, diseño, formato… Es un formato físico que creo que va a ser apreciado por los seguidores, y eso que es complicado porque uno mismo tiene CDs y ¿quién escucha CDs ahora?, si los ves en tu casa y dices, “Madre mía, pa’ qué los ordené el año pasado…”.
J: Pero bueno, generará trabajo, y eso ya de por sí está más que bien.
Los Enemigos son un grupo de culto, se dice. No estamos está de acuerdo, ¿y vosotros?
F: ¿Qué es de culto, un grupo que es muy conocido pero no ha vendido?
C: Hombre, Josele es culto…
J: ¡Anda y que te den por culto!
F: Nosotros nos sentimos gente natural, muy de la calle, campechanos… Una cosa es lo que la gente puede pensar porque sales en dos fotos en una revista, tío, tú sales un día en la tele y te saluda todo el barrio como si fueras alguien especial… No, tío, Los Enemigos han sido 17 años de curro diario, vendías mil, dos mil, tres mil discos… No hemos tenido nunca un bombazo, lo más que llegamos a nivel de éxito fue con ‘La cuenta atrás’, pero, ¿qué fueron, 15.000 o 20.000 discos? Nunca hemos sido un grupo de grandes ventas.
J: En todo caso, los grupos de culto lo son a su pesar, nadie dice, “Voy a hacer un grupo para que no me escuche ni Dios”, al contrario, tú te dedicas a hacer música y cuanta más gente te escuche, mejor.
Pero a vosotros no es que no os conozca ni Dios…
C: Siempre he dicho que en España son más los que no nos conocen que los que sí, es de perogrullo pero es así. Esta etiqueta de grupo de culto la suelen poner los periodistas, a los que les encanta la música que hacemos y piensan que deberíamos estar triunfando al nivel que ellos creen que deberíamos triunfar, y entonces nos meten en el cajón de los grupos de culto. Yo me agarro a lo que dijo Rosendo una vez, que el triunfo es vivir de lo que te gusta, y entonces hemos triunfado.
Lo que sí tenéis es un público fiel. ¿Se puede hacer un retrato robot del fan enemigo?
J: Hay de todo, desde punkarras con cresta y todo hasta un padre de familia que acaba de salir de la oficina y se ha puesto su camiseta y viene al concierto. No se puede hacer un retrato robot, más allá de las camisetas de la raspa o el porrón, porque hay de todo y eso es muy gratificante, mola.
F: Gente muy normalica, por lo general.
C: Y jovencitos de ventipocos, que han heredado el gusto de sus padres o sus hermanos mayores y les gusta la música que no es comercial.
¿Cuándo vais a defenderlo en directo?
J: Tenemos muchas ganas de tocar estas canciones de directo, estamos como locos, queremos salir a la carretera.
C: Nos sigue gustando mucho a los cuatro.
F: Y más ahora que nos lo estáis preguntando tanto, hierve la sangre. No obstante hay que hacer mucho trabajo de promo, un videoclip… Con tantas cosas que salen hay que darlo a conocer, que la gente le dé tiempo a escucharlo. Nos lo estamos tomando con calma, saldremos en febrero o marzo de 2015, vamos a dejar que la gente escuche y digiera la criatura.
Habéis dado tantos conciertos que tendréis anécdotas para aburrir…
F: Recuerdo uno que nos pegaron antes del concierto, no después, normalmente si te pegan es porque no le has gustado.
J: Después estábamos acostumbrados, pero antes…
F: Fue en Haro, en la Rioja, eran las fiestas del pueblo, había habido rencillas el día anterior, fuimos a la prueba de sonido, nos metimos en un bar y después de tomar café salimos y nos rodearon 10 tíos con palos y nos empezaron a dar, salimos de allí como pudimos. El concierto fue muy anecdótico porque cuando tienes experiencias así fuertes sales muy motivado. Aparte de rodear el escenario con piedras y palos, porque si se subía alguien ya sabíamos lo que teníamos que hacer, dimos un concierto brutal.
J: Pero nos dieron una buena somanta de ostias, eh, sí, sí.
C: Hubo juicio y todo.
J: Pensábamos que venían a pedirnos un autógrafo y pum, de repente una hostia, y nosotros en chanclas y eso.
¿Algún grupo nuevo que os mole?
F: Yo de lo último que he escuchado últimamente me atrae Juventud Juché, un grupo de Malasaña, me gusta mucho su energía, su impronta, muy vital, me encanta, y no tienen un corte de rocanrol tan clásico.
J: He de decir que apenas escucho música actual. Me gusta mucho Guadalupe Plata, me parece una banda cojonuda, y hay otros de Sevilla que hacen una música cojonuda, lo que pasa es que cantan en inglés, The Milkyway Express.
Por cierto, ¿ahora quiénes son Los Enemigos?
MANOLO: [Abre la boca por primera vez en toda la entrevista] No queremos hablar de política.
J: El Ministro de Cultura nos está tocando los cojones pero bien con el 21% de IVA de los cojones, ese sería ahora mismo el Enemigo Publico Número Uno.
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