Fue el novato más descarado antes que Marc Márquez. Fue el rey de las celebraciones vistosas antes que Jorge Lorenzo. Y fue el epítome de la garra, el arrojo, la pericia y el espectáculo sobre dos ruedas antes que Valentino Rossi. El piloto que aglutinó todas estas virtudes bajo un sólo casco fue el menudo, pelirrojo, divertido, corajudo y talentoso Randy Mamola (10/11/59, San José, California), cuatro veces subcampeón del mundo de 500 cc pero campeón indiscutible en el corazón de los aficionados, que le siguen venerando allá donde va casi un cuarto de siglo después de su retirada. Charlamos con DON Randy gracias a Alpine Stars en el paddock de Montmeló: el americano sigue vinculado al circo, en el que se encarga, entre otras cosas, de dar una vuelta de infarto a una serie de VIPS a lomos de una Ducati de competición modificada para llevar a dos pasajeros. Esto fue lo que nos contó.
- “Mi primera pasión fue la batería. A los ocho años empecé a tocarla. Mi padre era muy estricto: “Tienes que tomártelo en serio”, me dijo, “voy a comprarte una batería y a pagarte un profesor y no nos sobra el dinero”. Estuve cuatro años aprendiendo a leer música, tocaba en una banda… Mi profesor trabajaba en el Show de Tom Jones. Recuerdo escuchar jugar a los niños de mi calle mientras yo practicaba en casa…”
- “Empecé a ganar mis primeras carreras serias y con 16 años fui a Nueva Zelanda y gané a gente que participaba en el Campeonato del Mundo. La primera vez que vine a Europa fue en el 77, para el Imola 200. En esa época estaban Agostini, Kenny Roberts, Barry Sheen… La categoría de apoyo era 250, y como corría para Yamaha me invitaron. Pero aún no había cumplido los 18 y no pude competir. Hice unas vueltas y fui muy rápido y eso me abrió la puerta para el futuro. Primero fui piloto de pruebas y luego me uní al Mundial en el 79.”
- ¿Groupies? Recuerdo Finlandia, un lugar donde todo el mundo quería ir, tener tres chicas en una noche, después de la carrera, ¡uau, fue algo especial! No sé si debería decir esto, pero en Finlandia los hombres beben mucho, quiero decir mucho, asi que cuando los tios vuelven de las carreras las novias acaban con ellos y se vienen al paddock, era como un harén, tenía 19 años…”
- “He perdido muchos amigos y conocidos. Casi cada año moría alguien. No había protección para las rodillas y usábamos cinta americana, los guantes eran como los que se usan para jardinería, las botas eran poco más que un zapato alto…”
- “Mi carácter es abierto y divertido, Todo ese rollo de las celebraciones quiero pensar que Rossi las hacía inspirado por mí. Yo solía tirarle las botas al público, saltar la valla y sentarme y charlar con ellos… O si en Brasil las chicas salían en tanga me arremangaba los calzoncillos para imitarlas… A la gente le encantaba. Cuando empecé a perder pele una vez me tiré tres emanas con una peluca rubia de surfero, sólo me la quitaba para dormir. Locuras.”
- “El ambiente en el paddock es totalmente distinto. Anoche escuchaba a unos amigos, tenían el camión abierto, estaban preparando una barbacoa, se pasaban una botella de whisky… pero era una reunión de los trabajadores, no de los pilotos. Eso es lo que hacíamos antes, íbamos en motorhome al siguiente circuito, hacíamos camping, había camaradería… Ahora los pilotos tienen aviones privados, no tienen que hablar demasiado con la prensa porque te expresas a traves de twitter o en su propia web…”
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FOTOGALERÍA: DON, EN EL PADDOCK DE MONTEMELO, POR FELIPE HERNÁNDEZ