POR RUTH VARILLAS
Detrás de un gran whisky siempre (o casi siempre) hay una gran historia. La del whisky escocés Cutty Sark se remonta a los años 20, en plena Ley Seca, cuando nació y no tardo en convertirse en el whisky más consumido en los locales secretos, speakeasys, de Estados Unidos. Se introdujo de forma clandestina (desde las Bahamas a la costa Este) mediante uno de los mayores contrabandistas de la historia, Bill McCoy, personaje peculiar a la par que abstemio, que siempre presumió de no adulterar su mercancía.
Cuatro líneas y ya hemos mencionado el contrabando, los locales secretos y la Ley Seca . A este cóctel espirituoso le mezclamos la palabra mágica del verano, Ibiza, para contaros como Cutty Sark nos ha llevado a vivir a decenas de #cuttybandistas una aventura marítima clandestina navegando por aguas Baleares, en tres goletas cargadas de altas dosis de whisky, música y mucha fiesta.
FOTOS Y VÍDEO: JUAN SERRANO CORBELLA
Sólo hemos pisado tierra firme para comprobar que, durante el día las langostas y el champán se toman a pie de playa con chanclas y pareo (lo que viene a ser el equivalente a la tapa y la caña en el chiringuito) , y que durante la noche, el espíritu golfo de Freddy Mercury sigue presente en su habitación del Hotel Pikes (emblemático lugar ibicenco conocido por sus orgías y huéspedes con música en las venas). Cuando al amanecer, de vuelta a nuestra goleta nos hemos cruzado con un yate con helipuerto, nos ha parecido vislumbrar la silueta quincuagenaria y tonificada de Madonna.
Y es que, a estas alturas del verano, navegando con Cutty Sark en un barco cargado de whisky y el viento a favor, todo es posible para un #cuttybandista…”