Pedimos a un amigo muy leído que compartiera con nosotros los libros que deberíamos leer estas vacaciones, más allá de novedades literarias. Aquí tenéis siete autores y títulos para una refrescante zambullida literaria en agosto. Un recuento libre e intemporal con los únicos criterios de calidad y variedad. Porque como las bicicletas, los festivales de rock y los amores fugaces, los libros también son para el verano.
Por ANDRÉS MENDIRI
1.- Don DeLillo, Cosmópolis (Seix Barral, 2003)
Aunque sea traducido para los que no dominamos la lengua de Mr. Bean y Shakespeare, DeLillo es un clásico vivo que debe leerse, al menos, una vez en la vida. Seix Barral edita en español la mayoría de sus novelas. DeLillo ha fabulado sobre episodios traumáticos de la Historia del Tío Sam como el asesinato de JFK (‘Libra’, 2005) y el atentado de las torres gemelas (‘El hombre del salto’, 2007). La acción de’ Cosmópolis‘, al igual que el ‘Ulises’ de Joyce, transcurre en un solo día. Una jornada de abril de 2000 en que el broker Eric Packer, de 28 años, emprende la odisea de recorrer Manhattan en limusina un día de atasco con dos objetivos: cortarse el pelo y ganar dinero a mansalva con una operación por la subida del yen. El movimiento de la Tierra, nos dice DeLillo a través de su desquiciado personaje, cabe en una gráfica de dígitos y flechas, la pantalla bursátil.
2.- Pablo Gutiérrez, Democracia (Seix Barral, 2013)
De Huelva, 36 años, Pablo Gutiérrez fue con ‘Democracia‘ la revelación del pasado año al recoger el testigo de los indignados y novelar de manera directa e imaginativa los estragos de la crisis. ‘Democracia’ es una ficción que recoge el guante de quienes ponen en solfa un orden viciado y corrupto que hace agua por los cuatro costados. La novela comienza con la caída en 2008 de Lehman Brothers, gran pieza del dominó financiero, y cuenta el hundimiento acelerado de un joven, Marco, azotado por el vendaval de la crisis y por la pérdida de su puesto de trabajo. Con un estilo comprimido, sugestivo y enormemente expresivo, el novelista onubense nos cuenta el descenso a los infiernos de ese Marco que podríamos ser tú y yo, que podría ser cualquiera; el trayecto inesperado de quien pasa de confiado y respetable ciudadano a terrorista anti-sistema.
3.- Pedro Ugarte, Los cuerpos de las nadadoras (Anagrama. Finalista del Premio Herralde, 1996)
No me cansaré nunca de recomendar al bilbaíno Pedro Ugarte, narrador de enorme interés tanto por sus libros de relatos cortos ‘Manual para extranjeros’ y ‘El mundo de los cabezas vacías’, como por sus novelas: la última, ‘El país del dinero’, ganadora del certamen de Logroño. De sus novelas, mi preferida es ‘Los cuerpos de las nadadoras‘ (Anagrama) en la que se combina, siempre desde unas coordenadas de nuestro tiempo y lugar, el gusto por la introspección y la novela psicológica con las vicisitudes familiares, amorosas y laborales de un protagonista voyeur al que siempre le han gustado los cuerpos de las atletas acuáticas.
4.- David Monteagudo, Fin (Acantilado, 2009)
De operario de fábrica a novelista autodidacta, David Monteagudo dio la campanada hace cinco años con esta historia de misterio y terror que cuenta cómo se convierte en pesadilla lo que iba a ser un amistoso encuentro de una cuadrilla de amigos. Los treintañeros reunidos en fin de semana en una casa de campo pasan de hacer recuento del pasado y saldar cuentas personales a enfrentarse a una amenaza invisible que los va haciendo desaparecer uno a uno. La novela carece de profundidad pero entretiene y, por momentos, acojona como en la escena en que, ya desaparecidos los primeros miembros del grupo, y enrolados los que quedan en pie en su búsqueda, entran en un chalet, recorren las habitaciones vacías y empiezan los ruidos y los movimientos hasta ver salir a un grupo de animales como unas aves y ¡un ciervo!
5.- Juan Pablo Fusi , Historia Mínima de España (Ed. Turner, 2013)
En 304 páginas, Fusi comprime la historia de la piel de toro desde Atapuerca hasta hoy. Y eso es un lujo se mire por donde se mire. Que los profanos tengamos oportunidad de comprender mejor el presente gracias a un relato fiable y riguroso del pasado es algo a tener en cuenta. Fusi dice en el prólogo que conocer la historia de nuestro país es un deber moral. ¿Cómo vamos a entender determinadas tensiones de hoy sin atender a los cambios decisivos ocurridos en el siglo XIX con la caída del antiguo régimen, la revolución liberal, las Cortes de Cádiz, la independencia de los países americanos, las guerras carlistas y un sin fin de turbulencias históricas que fueron los precedentes de lo que hemos vivido después? Inisisto en que no tiene precio que alguien como Fusi baje de la Academia para regalarnos un resumen completo de nuestra Historia en una dosis totalmente digerible pero que conserva todas las propiedades de un ensayo respetable y riguroso.
6.- David Mitchell, El atlas de las nubes (Duomo Nefelibata, 2012)
Mitchell es inglés y ‘Cloud Atlas’ fue llevada al cine por los hermanos directores de ‘Matrix’, que fueron advertidos de la calidad de la novela por la reina Amidala, o sea, por la actriz Natalie Portman. No he visto la película, pero la novela es genial, un puzzle perfecto de historias fragmentadas pero conectadas entre sí. Funciona con la precisión del engranaje de un reloj suizo y combina ficciones futuristas con intrigas como la de una periodista en la California de los setenta que descubre un contubernio político empresarial ligado a la energía nuclear; con historias kafkianas como la reclusión en una cárcel asilo de un editor literario y su posterior fuga con compinches ancianos como él; con historias a lo Robinson Crusoe de aquellos barcos ingleses que cubrían la ruta del Pacífico. El libro es una sinfonía perfecta que agrupa todo eso y más.
7.- Justin Cronin, El Pasaje (Umbriel, 2012)
Acaba de llegar a las librerías españolas ‘Los Doce’, la segunda parte de la trilogía cuyo primer volumen es ‘El Pasaje‘. Un tochote de mil páginas, una historia ubicada en un futuro próximo en donde una colonia de hombres, que acoge a una misteriosa niña dotada de poderes, sobrevive al acecho y la amenaza de los vampiros que dominan el orbe, eso sí, amparados por las tinieblas como mandan los cánones del género vampiresco. Los pitillos, llamos así porque brillan, son agresivos e implacables y surgieron por un experimento militar fallido con el que el ejército americano pretendía obtener una sustancia que hiciese irreductibles a sus soldados. Los cobayas del experimento, doce presos, algunos del corredor de la muerte, que son quienes iniciaron el cataclismo y propagaron la rabia vampiresca son los que protagonizan la segunda parte de la trilogía recién publicada en español. Me muero de ganas de leer cómo fue el inicio del fin, el comienzo del apocalipsis contado por Cronin.
En el número de verano de Don hablamos de literatura como todos los meses. Este mes además con el añadido de un relato de Juan Madrid en exclusiva: ‘El Pájaro Negro’. Descarga el nº 9 de Revista Don (Verano de 2014) GRATIS en el App Store (iPad) y Play Store (Android)