Si viviéramos en un mundo mucho más divertido y surrealista que este en el que moramos, pronto veríamos a la princesa Leonor entregar el premio Princesa de Asturias a este chaval con bigote y sombrero de paja, granjero de día, electrocabaretera de noche. Rodrigo Cuevas llevas años trasteando con el la música de raíces, y este 2016 ha sido el año de su consagración. Ha pasado de cantar en las verbenas locales a pasear palmito por los platós de T5 ante la mirada atónita de Rociíto. Y eso, señores, es ser muy valiente.
- Se te ha comparado con Freddy Mercury y con Fabio McNamara, ¿qué comparación te parece más acertada?
- A Freddie Mercury me puedo parecer en lo físico, sobretodo en el bigote y la pelambrera del pecho; yo le admiro profundamente, pero no reivindico mi parecido con él a nivel artístico. Y con Fabio puedo tener en común que ambos buscamos estados alterados de conciencia en el escenario (hablo de su etapa más escénica junto a Almodóvar), pero yo nunca me subí drogado a un escenario. Busco estados alterados a través de la liberación mental y corporal, ayudándome del movimiento y la música.
Soy una persona a la que le gusta muy poco el conflicto, pero si un cambio es necesario no dudo en hacerlo. Para divertirme aún más con el folklore necesito deconstruirlo, pasarlo por mis filtros y hacerlo mío. Al final todos los folclóricos lo hacen, pero yo lo llevo a los escenarios. Las críticas las admiro, pero los haters me dan bastante pena.
Ja, ja, ja, ja… ¿más racial que el ‘Ritmo de la Noche’?
‘Soi de Verdiciu’ siempre me pareció un temazo, que si lo hubiese cantado Elvis, o Amy Winehouse lo conocerían hasta en Benavente; pero aquí no nos sabemos vender.
Salir con ligero y una burra en las fotos de prensa… ¿esto se entiende en su entorno o es más exportable a otras geografías?
Creo que uno de los mayores logros de mi carrera artística es haber salido medio desnudo a todo color en la contraportada de la Nueva España tapándome el pito con una madreña. Si eso fue posible, salir en el New York Times también tiene que serlo.
Has tenido una formación clásica, de conservatorio. ¿Cómo ha influido eso en lo que es Rodrigo Cuevas hoy día?
Del conservatorio me quedó un profundo antiacademicismo. Desde que lo dejé creo mucho más en la transmisión oral y mucho menos en los títulos. La profesionalidad se logra trabajando y muchas veces las interminables carreras hacen que esa profesionalización se retrase mucho.
Como experto en Sonología y Etnomusicología, ¿que ritmo del folclore te parece más interesante?
Si el sol y las playas son el principal atractivo de España, el segundo es sin duda el folclore, y da la casualidad de que lo tratamos igual de mal. Cada zona, cada país tiene cosas increíbles. Jotas, charros, pesaos ligeros, muiñeiras, habaneras, seguidillas, corridos, sorteaos… Sólo de nombrarlos así todos seguidos se me pone la carne de urogallo. Pero para mi, que soy muy de bailar lo que más me flipan son los verdiales.
Te defines como una estrella rutilante del sexyfolk, ¿como se lo explicamos a mi madre?
Uuuuuy, cuántas madres le habrán enseñado a sus hijos quién es Rodrigo Cuevas… ¡Ellas lo pillan al vuelo!
Escuchamos el ‘Toro Barroso’ en Radio 3… ¿Salir en R3 es dejar atrás el pasado marginal? ¿Qué será lo próximo, el Sonar o Eurovisión? ¿qué preferirías?
Cuando oigo el Toro Barroso’ en Siglo 21 muero de amor. Lo marginal siempre puede estar a la vuelta de la esquina, pero si me espera un futuro marginal, me encantaría contarle a mis nietos que fracasé en Eurovisión, pero que triunfé en el Sónar.
Hablando de Eurovision, ¿cuál ha sido tu representante español favorito?
Sin duda Remedios Amaya.
Tenemos la idea de que en los pueblos no se puede hacer nada que escandalice, pero yo creo que hoy en día se acepta el escándalo de una forma mucho más natural y festiva que en las ciudades. En el pueblo se gana en naturalidad, no hace falta justificar todo lo que uno hace.
Te habrán dicho de todo… ¿cuál ha sido el momento más extraño?
Una vez un hombre grande y corpulento me dijo: “Después de esto me iba contigo y lo mismo me daba un barrido que un fregao”. Pura poesía.
En directo se alterna la charla con la canción ¿en plan cuentacuentos o el club de la comedia?
Me gusta más la figura del cuentacuentos o del monologuista… El Stand Up Comedy me parece una copia. Le falta chotis y un poco de peineta.
¿Lo de actuar medio en bolas, es algo conceptual, por comodidad, por enseñar cuerpazo (que lo tienes) o por ahorrar en vestuario (en tiempos de crisis)?
Todas menos la última, en vestuario nunca hay que pensar en ahorrar. Echo de menos el cine español de pezón, cuerpos naturales y polvazos cada 3 escenas. Tengo miedo a que la censura de Instagram y Facebook nos esté calando hondo mientras las páginas web de porno depilado y monster dicks proliferan sin cesar.
‘Granjero busca esposa’ creo que es el único formato de todos esos que tiene un poquito de interés, no me importaría ser musa un tiempo.
Por cierto, ¿qué hacía un cabaretero asturiano como tú en el desaparecido ‘Hable con ellas’? Vimos caras estupefactas: ¿crees que Rociíto y compañía lo entendieron?
Jajajaja, ese es uno de los momentos más eclécticos de mi vida. Yo me sentía un caballo de Troya.
Desde el momento en el que me llamaron sabía que ahí iba a estar como un pulpo en un garaje, pero yo soy muy camaleónico y supe disimular muy bien hasta el momento de salir; lo que no evitó que no me hicieran la entrevista que me tenían prometida. En el momento de salir a plató me dijeron que cantaba y luego entrevista; y al acabar la canción cuál es mi sorpresa al verlas a todas despidiéndose y marchándose. Yo creo que no entendieron mucho de lo que iba la cosa…
¿Estás poniendo las madreñas de moda? Las veremos algún día en e Madrid Fashion Week?
Las madreñas nunca dejaron de estar de moda en Asturies; pero ya va siendo hora de que las agarre un David Delfín, una Bimba Bosé o el nuevo Balenciaga por descubrir y las reivindique como algo auténtico, genuino y práctico. Yo estoy en ello, pero no soy tan influencer.
Tu primer grupo fue Pentagramas (suena como el Menudo de Ricky Martin), fue ahí donde descubriste que lo tuyo era la música? ¿Y cuando descubriste que lo tuyo eran las boas de pluma y maquillarse?
Ahí empecé a divertirme en los escenarios, pero las boas y el maquillaje no era ni siquiera una posibilidad; eso lo descubrí en casa, en la intimidad siendo pequeño y mucho más tarde lo redescubrí en los cabarets barceloneses.
¿Con quién te gustaría una colaboración?
Me encantaría una colaboración con Mari Luz Cristobal Caunedo, es la voz viva más vibrante de la tonada asturiana. Y mirando un poco más lejos me gustaría colaborar con Niño de Elche, M.I.A, Die Antwoord o con Daft Punk.
¿Qué tal llevas la viudez tras la marcha de Sofía?
Pues siempre es muy duro cuando se va una compañera tan noble y tan mansa sobretodo. Si coceara o mordiese seguramente me daría menos pena, pero era una burra taaan buena…. Tenía madera de estrella además; le encantaba salir en las entrevistas y en los reportajes. Le dije que nos mudábamos a Asturias, y ella, que era muy señora y muy de su tierra dijo que no, que ella ya era mayor y estaba cansada como para hacer un viaje tan largo. Y se quedó.
¿Te ves recibiendo un Princesa de Asturias?
Me veo más bien dándolo, ¿no?
¿Y como imagen de Central Lechera Asturiana?
Uy, al tema de la leche le dedico yo un buen capítulo en el espectáculo. Me veo de imagen de una compañía de leche que pague a un precio digno a los productores, que defienda un producto de cercanía y con unos modelos de producción sostenibles.
Leche sin Uperisar, sin Homogeneizar, sin Texturizar, sin Sodomizar…
Ese ramalazo cabaretero tuyo, ¿no vendrá de tu época catalana, que son muy del bigote y el tacón…
En Cataluña papé mucho cabaret, mucho underground y mucha creatividad con bajos presupuestos. Fue una época preciosa.
¿Cómo va ‘El viaje de Rodrigo’?
El docu ya está rodado completamente y se presentará en el festival de cine SACO en Oviedo en primavera.
¿Y en qué punto estás ahora?
Pues estoy en un parón de escenarios que va a durar hasta el 4 de marzo; lo necesitaba después de 2 años y medio sin parar casi ni un fin de semana. Y me voy a dedicar a esas cosas que uno no puede hacer cuando está de bolo en bolo: componer temas para el nuevo espectáculo, hacer mudanza, comer polvorones, visitar romerías, levedar panettonnes y caminar, caminar mucho. Ahí está la inspiración.