Mila Kunis es una diosa. Si no lo decimos reventamos. De-i-o-ese-a. DIOSA.
Y cuanto más leemos su entrada en Wikipedia (sí, así somos nosotros para documentarnos, a lo fácil, a lo mainstream) más nos emocionamos: nació en Ucrania, en un pueblo llamado Chernivtsi (¿no es muy exótico y tierno?) de padre ingeniero mecánico y madre profesora de física (¿no es todo muy como de la antigua URSS?). Se mudaron a Los Ángeles donde esta divinidad tuvo que pasar el mal trago de hacer anuncios para Barbie, debutar en una de las mil ‘Piranha’ que se han hecho y aparecer en pelis como ‘Santa with muscles’ con Hulk Hogan o esperpentos como ‘Cariño, nos hemos encogido nosotros mismos‘ (bravo por el título). Y todo eso sin lloriqueos ni pataletas… ¿No es pá comérsela? Lejos de agarrarse un bajonazo de cuarto y mitad de prozac o meterse al porno como hacen otros, la tía se vino arriba y dijo: “con estos cagarros haré yo mi castillo. Y así ha sido. Hoy Kunis no solo es una de las mujeres más sexys del planeta (lo dicen FHM y Maxim) sino que además es una excelente actriz de comedia (‘Ted’), drama (‘Cisne negro’), la voz de Meg Griffin (‘Padre de Familia’), colega de sus ex (Macaulay Culkin es el padrino de su hijo) y hace una pareja con Ashton Kutcher de las de reventar camas (imaginamos ojo, que nadie nos ha invitado).
Y hasta aquí el ensayo “Bendita tú eres entre todas las mujeres, Mila Kunis”. Ahora la peli.
‘Malas madres‘, estreno mundial hoy viernes, es una comedia divertida en la que Mila Kunis (¿nos abremos quedado cortos hablando de ella?) es una mamá moderna (y buenorra) que trabaja en una empresa (supuestamente) guay, con un jefe capullo que podría ser su hermano pequeño. Curro que compagina con las tareas del hogar y la educación de dos hijos preadolescentes con lo que ello conlleva (esa apatía, esa dejadez, ese egosimo, ese pasotismo extremo, ese ‘te cogía por el cuello y te metía en un bidón de gasolina hasta los 25 cabronazo’…). La tía está que no puede con la vida entre los niños, el perro, las compras, el curro, las horas extras, el imbécil de su jefe, los tuppers con el almuerzo para el colegio, las reuniones de padres y un marido tirando a loser que lleva 11 meses cascándosela con una tía por internet. Y claro, como el tío se la casca en casa, le pilla. Así que llega un momento en el que la buena de Mila ya no puede más, revienta y le grita al mundo: ‘¡A la mierdaaaaa!’. Se vuelve loca grado “llevadero tirando a divertido”, se junta con otras dos madres (una tan correcta que solo folla los viernes después de ‘True Blood’ y otra tan pendón que cuando tenía 20 años ‘le llovían pollas’ pero con más corazón que un abrigo de Ágata Ruiz de la Prada) y la lían parda. Y hasta ahí puedo leer, que diría la gran Mayra.
¿Se parece un poco a ‘Resacón en las Vegas’?
Puede recordar algo porque allí también había un grupo de colegas metiéndose en situaciones inverosímiles encadenadas en progresión ascendente hasta traca final. Por eso y porque los guionistas son los mismos: Jon Lucas y Scott Moore.
¿Recuerda en algo a ‘Sexo en Nueva York’ y ‘Mujeres desesperadas’?
Pse, que diría una preadolescente desganado. Tal vez en el hecho de que está protagonizado por mujeres que han roto con los roles tradicionales aunque va más en la línea nada sofisticada y muy gamberra de ‘La boda de mi mejor amiga’ o, mejor aún, ‘La cosa más dulce’.
¿Tiene algo que ver con ‘Hable con ellas’?
¡Calla desgraciado! ‘Hable con ellas’ es un sinsentido que aparece y desaparece en la teuve como un herpes labial. Y molesta y afea de la misma forma. El primer programa de esta tercera (y de nuevo fallida) intentona se convirtió en una fiesta de pijamas en la que Alba Carrillo intentaba convencernos de que ‘no hay nada nada más triste que lo suyo’ (como se nota que no conoce a los Hidrogenesse) y Rociíto de que a ella se la suda todo bastante y se pone el mundo por montera y el maquillaje a paladas. Luego ya ves los programas siguientes y te quedas muñeco, de piedra y con los ojos como platos. Aunque si nos pusiéramos en plan rastreatoooor, tal vez pudiéramos encontrar algún paralelismo: en las dos hay mujeres que rondan los treintaypico, en las dos hay madres, en las dos hay cuernos por medio… Pero vamos, años luz.
Resumiendo que se está haciendo largo:
Los guionistas de ‘Resacón’ se ponen el traje de directores (encima del de guionistas) y firman una peli entretenida, divertida, en la que sueltan carcajadas, con un toque de incorrección (incluye clase de cómo ‘trabajar’ un pene no circuncidado) pero volviendo siempre a la casilla de la ternura y los valores positivos: hijos que acaban entendiendo a sus madres, madres que acaban perdonando a sus enemigas y un papipapi-papichulo que lo entiende y lo comprende todo, especialmente en la cama.
Visto lo visto nos surge una duda: buenorra, divertida y buenrollera… ¿es Mila Kunis la nueva Cameron Díaz del cine americano?