Con el ‘Madrid Orgullo‘ a la vuelta de la esquina (del 29 de junio al 3 de julio), recordamos catorce películas que tratan la temática LGTBI desde diferentes puntos de vista. EL cine en la era pre Grindr.
‘Diferente‘ (Luis María Delgado, 1962)
Una rareza. Un musical gay sobre las andanzas de Alfredo, interpretado por el bailarín argentino Alfredo Alaria, que lleva una vida disoluta y de ligar con hombres hasta que su hermano y su padre deciden devolverlo por el camino de la rectitud y la heterosexualidad…sin conseguirlo. ¿Cómo fue posible que una película de estas características pasara la censura franquista? Al parecer ningún censor entendió el argumento y decidieron que, total, la gente tampoco se enteraría. ‘Diferente‘ es, posiblemente, la única película gay rodada en un régimen dictatorial donde el protagonista termina haciendo lo que le da la gana. Nos alegramos.
‘But I´m a cheerleader‘ (Jamie Babbit, 1999)
Megan (Natasha Lyonne) es una adolescente tan feliz y tan integrada en el ambiente estudiantil que ha tomado los pompones y se ha convertido en animadora. Pero sus padres sospechan que, tras la felicidad aparente, su hija esconde un enorme secreto que no les quiere revelar: es lesbiana. Pese a la negativa de Megan sus progenitores y amigos la incluyen en un programa de reorientación sexual que tiene como objeto devolverle la heterosexualidad perdida pero, oh maldición, Megan toma conciencia de que sus padres no se equivocaban y decide aceptarse con normalidad. Comedia de corte satírico, divertida a rabiar y dirigida a un público juvenil que, sin embargo, pese al valor didáctico de la ficción no pudo disfrutar de la misma pues fue calificada con la NC-17 que restringe el acceso de menores a las salas. Su directora, Jamie Babbit, criticó abiertamente a la MPAA por lo que entendió era una discriminación debida a la temática LGTB. Nuestra opinión: No es para tanto. Y te ríes mucho.
‘La escalera‘ (Stanley Donen, 1969)
Charles (Rex Harrison) y Harry (Richard Burton) llevan viviendo 20 años juntos encima de la peluquería que regentan. Se quieren a su manera y viven a su manera. Algo que no es muy fácil porque la legislación británica de la época prohibía, expresamente, la homosexualidad. Posiblemente no haya una película que pase con tanta facilidad de la comedia dulce y de enredo, a la amargura y, después, al realismo demoledor de ser una pareja de señores mayores incomprendida y tachada de risible por los que les rodean. En el fondo un canto a quererse y a intentar quererse bien.
‘Hedwig and the angry inch‘ (John Cameron Mitchell, 2001)
Adaptación del musical del off-off Broadway que por temática y chifladura podría considerarse como una mezcla ideal entre ‘Rocky Horror Picture Show’ (Jim Sharman, 1975) y ‘Rent’ (Chris Columbus, 2005). Hedwig (John Cameron Mitchell) nació en la RDA y se enamoró de un militar negro. Para conseguir el visado para salir de Alemania se cambia de sexo pero la intervención es un desastre y lo que tiene ahora entre sus piernas es o un pene demasiado pequeño o un clítoris bastante grande. Su novio huye y se queda en Occidente sola. Conoce entonces a un músico del que se enamora y ambos viven un apasionado romance hasta que este le roba todas las canciones a Hedwig y se convierte en famoso dejando a su ex novia en la ruina. John Cameron Mitchell dirige este “tour de forcé” que es un homenaje al glam y a la ambigüedad, a la tristeza de ver como se rompen las esperanzas que depositamos en otros y de cómo, sin embargo, seguimos sacrificándonos por lo que queremos.
‘Cambio de sexo‘ (Vicente Aranda, 1977)
El sexo es una de las constantes de la carrera cinematográfica del realizador Vicente Aranda. En este caso le tocó a la temática transexual. Una película escandalosa que provocó colas en los cines y largas cartas de protesta en los periódicos más retrogrados de la época. La historia, con el tiempo, resulta tan naïf como reveladora, en tanto en cuanto, pone de manifiesto las dificultades (aún no resueltas) del colectivo transexual en España. Merece especial mención el papel protagonista de Victoria Abril interpretando a José María/María José y el de Bibiana Fernández (entonces Bibi Andersen) en el papel de Bibí, un rol casi autobiográfico de los años de la actriz tangerina como vedette en Barcelona.
‘Criaturas celestiales‘ (Peter Jackson, 1994)
Antes de convertirse en un director de películas de gran presupuesto y gigantesca complejidad técnica el neozelandés Peter Jackson hizo de la sencillez y el bajo presupuesto sus mejores virtudes. ‘Mal gusto’ (1987), ‘El delirante mundo de los Feebles’ (1989) y ‘Braindead: tu madre se ha comido a mi perro’ (1992) fueron las tres películas anteriores a esta y estaban caracterizadas por ser muy chifladas y muy sangrientas. También por el uso de muñecos y recursos propios de las películas amateur. En 1994 Jackson se desmarcó con esta joya rodada de forma clásica, cuidadísima en su puesta en escena y tratada con un mimo tal que parecía una película rodada por otro director. A medio camino entre lo fantástico y lo honestamente realista ‘Criaturas celestiales’ cuenta como Juliet (Kate Winslet) y Pauline (Melanie Lynksey) dos adolescentes de diferentes capas económicas, cultivan una amistadq que lo fagocita todo a su paso y que se convierte en un romance basado en su amor por el tenor Mario Lanza y la creación de un mundo completamente imaginario en la que viven las dos. La película está basada en el Caso Parker-Hulme. El impacto social del mismo fue tan grande que las dos adolescentes cambiaron sus nombres. Una de ellas tomó el de Anne Perry que, con los años, se haría famosa como escritora de novelas de misterio y alcanzaría la notoriedad suficiente como para que se revelara su implicación en el caso.
‘Mi querida señorita‘ (Jaime de Armiñán, 1972)
Que Armiñán rodara una película que se plantea, en todo momento, como se asigna el género a un ser humano (en pleno franquismo) es, cuanto menos, notable. Que una película así pasara la censura pues, también. José Luis López Vázquez interpreta a Adela Castro, una mujer soltera de provincias que recibe la visita de un viudo que le propone matrimonio. Adela acude a su confesor porque tiene miedo de que su pretendiente no acepte que sea una mujer que tenga que afeitarse por las mañanas. El confesor le cuenta que, en realidad, es un hombre. Ella no lo sabe porque siempre ha sido criada, vestida y tratada como una mujer y vive como una mujer. Las cosas se complican cuando Adela intenta vivir acorde con su identidad biológica y, como todo lo demás es spoiler, les recomendamos encarecidamente que vean esta curiosa película. Por cierto: la censura exigió un cambio de guión para edulcorar el final y consiguió unos divertidos resultados.
‘Algo más que colegas‘ (James Burrows, 1982)
‘A la caza‘ (William Friedkin, 1980) no aparece en esta lista porque, a día de hoy, todavía se discute sobre si es una película ofensiva para la comunidad gay o un reflejo fiel de la realidad de los clubes homosexuales de BDSM de finales de los 70. Si hemos querido incluir ‘Algo más que colegas’ que es una especie de remake cómico de esta. La cosa va de un policía machirulo llamado Benson (Ryan O´Neal) que se tiene que infiltrar en la comunidad gay haciéndose pasar por la pareja de Kerwin (John Hurt) para descubrir a un asesino. La película pone de manifiesto la integración de los gays tanto en la sociedad como en los cuerpos de policía. El resultado es una “buddy movie” (en el más amplio sentido de la expresión) que tiene como objetivo animar a Kerwin a vivir su vida fuera del armario y a Benson a comprender que no le vendría mal darse un poco de aire y pensar de un modo más abierto.
‘La ley del deseo‘ (Pedro Almodovar, 1987)
Posiblemente una de las mejores películas rodadas en nuestro país y un título que está, por derecho propio, en el TOP 3 de Pedro Almodovar. Una historia retorcida en su planteamiento que deja al espectador sin aliento y que es violenta, honesta y brutal pero, a la vez, tierna. Pablo Quintero (Eusebio Poncela) es un reconocido director de cine que tiene una hermana llamada Tina Quintero (Carmen Maura) que es actriz. Pablo es homosexual y Tina es transexual. Tina tiene una hija de una relación con una modelo (Bibi Andersen). Es excesiva y maternal al contrario que su hermano que es distante y no quiere implicarse emocionalmente. Todo cambia cuando en la vida de los dos irrumpe un pijo andaluz llamado Antonio Benitez (Antonio Banderas) que está obsesionado con Pablo y está enamorado de él de forma enfermiza y dependiente. Tras ‘Matador’ (1986), en la que Almodovar indaga en la conexión estética entre la tauromaquia y el deseo sexual, este es el segundo drama rodado por el director. Una historia que se convirtió en un icono por la escena en la que Carmen Maura pide a unos barrenderos que la rieguen en plena calle.
‘Philip Morris ¡Te quiero!‘ (Glenn Ficarra y John Requa, 2009)
Es una pena que una comedia tan divertida como esta pasara completamente desapercibida porque tiene todos los ingredientes para convertirse en un clásico instantáneo. Por si fuera poco está basada en hechos reales. Todo lo que se cuenta en la película es completamente verídico por más idiota o descabellado que parezca. Steven Russell (Jim Carrey) está felizmente casado con Debbie (Leslie Mann) forman una pareja modélica y tienen una hija. Steven, sin embargo, vive una doble vida: se dedica a hacer desfalcos en su empresa y se enrolla con cualquier tío que le guste y que se encuentre receptivo al intercambio amoroso y en un radio de 300 kilómetros. Tras tener un accidente decide salir del armario y dejar a su mujer. Se traslada a Miami, se echa novio y sigue con los timos. Termina en la cárcel y conoce a Philip Morris (Ewan McGregor) con el que comienza un romance carcelario. No seguimos contando más. ‘Philip Morris ¡Te quiero!’ es la típica comedia romántica donde un estafador conoce a una buena persona y, entonces, ya no se pueden separar. Recordamos que es una película basada en la vida real de Steven Russell. Una película divertidísima donde uno se acaba cuestionando si algo es un delito cuando se comete por amor (y nadie muere, claro).
‘El diputado‘ (Eloy de la Iglesia, 1979)
Excesivo, controvertido…así fue Eloy de la Iglesia y así fue su cine. De la Iglesia fue uno de los primeros cineastas españoles en declararse homosexual. Equivocadamente, o no, el director conectó la marginalidad y la estética de la pobreza y los bajos fondos de sus películas de temática “quinqui” con la marginación de la comunidad gay y también de cómo los españoles escondían celosamente su vida privada por miedo a que esta pudiera ser usada para hacerles daño. ‘El diputado’ plantea la historia de Roberto Orbea (José Sacristán), un político de izquierdas que, a punto de alcanzar la secretaría general de su partido, es amenazado por un grupo de ultraderecha con revelar su condición sexual y la relación a tres bandas que mantiene con Carmen (María Luisa San José), su esposa, y Juanito, un chapero. La última película de Eloy de la Iglesia, ‘Los novios búlgaros’ (2003), abordaba la homosexualidad desde una perspectiva más normalizada. No nos dio tiempo a disfrutar de ‘Galopa y corta el viento’, una película inconclusa que giraba alrededor de la relación entre un etarra y un Guardia Civil.
[ Ver también ‘El Diputado en ‘Diez películas sobre política‘ ]
‘Su otro amor‘ (Arthur Hiller, 1982)
Pese a no ser demasiado buena, ‘Su otro amor’, tenía que entrar en esta lista por ser la primera película norteamericana de temática homosexual que se permitió rodar y exhibir en Estados Unidos tras la derogación del llamado “Código Hays” que regulaba la moralidad de las películas y servía como texto censor. Producida por un gran estudio y publicitada abiertamente y sin tapujos la cinta trata sobre como un exitoso doctor, Zach (Michael Otkean), que está felizmente casado con una productora de TV, Claire (Kate Jackson), se enamora de un escritor gay llamado Bart (Harry Hamlin). ‘Su otro amor’ nació con la civilizada intención de ser una película romántica que introducía la temática gay de forma natural. Su publicidad insistía en que era una película de “buen gusto”. Pese a todo la 20th Century Fox no pudo contar con ningún actor de renombre para protagonizar la película y se cuenta que Richard Gere o Michael Douglas, entre otros, rechazaron el papel por temor a perder popularidad.
‘Una pareja…distinta‘ (José María Forqué, 1974)
Otra película chocante que contradice, por completo, la falta de riesgo de nuestro cine. En este caso la aventura matrimonial de Zoraida (Lina Morgan) y Charly (José Luis López Vázquez). Ella trabaja como mujer barbuda y él como transformista en un cabaret. Están enamorados y la gente que les rodea se llena de extrañeza cuando ve este cambio de papeles (Recuerden, años 70). Pese a que la cosa se hubiera prestado a la chanza Forqué consigue darle la vuelta de tuerca tierna a esta historia y el resultado es una comedia amable, algo boba y sobre la que planea, de fondo, el tufo del rechazo a lo diferente.
‘A Wong Foo, ¡Gracias por todo! Julie Newmar‘ (Beeban Kidron, 1995)
Cuando todo el mundo parece fascinado por el reality show de RuPaul, el divino RuPaul´s Drag Race, estaría bien que repasáramos el romance que el público de todo el mundo vivió con el mundo “Drag Queen” allá por los años 90. Tanto es así que tres actores fundamentalmente heteros a primera vista como Patrick Swayze, John Leguizamo y Wesley Snipes no le dolieran prendas para vestirse como unas verdaderas reinas y protagonizar esta película donde tres Drags quedan atrapadas en un pueblo del medio oeste norteamericano y se verán obligadas a convivir con sus rectos vecinos. Comparada, por activa y por pasiva, con ‘Las aventuras de Priscila, Reina del desierto‘ (Stephan Elliot, 1994) lo cierto es que, pese a las similitudes, la cinta de Beeban Kidron queda en buena posición y nos recuerda que, quizás, no todo el mundo estaba preparado para ver la cinta australiana y, sin embargo, aceptaría de mejor grado esta estética más suave y, claro está, la presencia de tres actores muy conocidos. El resultado es tan familiar y tan cercano que, la verdad, no entenderíamos que nadie después de ver esta película se escandalizara por ver como su hijo o su marido o su novio o lo que sea sale por la puerta con pelucón y tacones.
[ Ver la segunda parte de ‘El cine en la era pre Grindr‘ ]