Dejemos ya de hablar del tiempo. Sí, sigue haciendo frío, pero es hora de parar de quejarse y tomar cartas en el asunto. ¡Vente a Mallorca Pepe!
La isla tiene vida más allá del sol y el mar. Cuando el turista huye, las terrazas se repliegan y las hamacas empiezan a acumular polvo, los mallorquines disfrutan de la otra Mallorca: la de la buena comida, la de la música en directo y la de los cafés y bares con encanto.
Dos expertos en la vida underground de la isla nos dan 5 claves (cada uno) para una ruta alternativa por el lado menos popular de la isla.
(Foto de portada: Nits Cubiques)
Foto: Claxon, cruce de cocinas
Comer, beber y amar (a Mallorca)
por Quique Arias, dueño de La Bicicleta Café y antiguo residente.
1. Arrancamos el día con un un desayuno típico mallorquín: la coca de trampó casera de Can Ángel (Carrer Sant Jaume, 9), un bar de toda la vida que sigue manteniendo su buena fama tras casi 50 años de historia. Otra opción es disfrutarlo a mediodía con su menú, bastante decente y de precio ajustado, o de noche a una hora más adecuada para degustar sus populares pomadas (ginebra de Mahón con limonada), que aseguran que son las mejores de la isla.
2. Seguimos con un aperitivo en el Bar Día (Carrer Apuntadors 18, Palma), otro clásico ubicado en La Lonja. Su barra es probablemente uno de los mejores lugares para probar la verdadera cocina mallorquina, a buen precio y en un ambiente animado.
3. Una opción diferente para comer es el Aquanauta (Avinguda d l’Argentina, 27a, 07013 Palma), un restaurante mexicano de reciente apertura que va más allá del manido tex mex.
4. Un café en La Molienda (Carrer Bisbe Campins, 11, Palma), unas de las primeras cafeterías de tercera generación de Palma, siempre es una buena opción. Aunque si se va con hambre es obligatorio es obligatorio pedir su sandwich de aguacate y huevo escalfado. De muerte.
5. Para cenar nos quedamos con Claxon (Carrer 31 de diciembre, 9, Palma), cocina española con toques internacionales, o como sus tres socios la denominan “cruce de cocinas”. El local tiene una cuidadísima decoración con toques industriales y elementos vintage, y una agradable terraza en la parte de atrás. Su carta cambia según la temporada, aunque destacan como platos estrella la paletilla de cordero confitada a baja temperatura con gratén de patata, ceps y bacon y el marmitako versionado. Cada jueves y viernes crean un menú de degustación sorpresa, improvisado con los mejores ingredientes que consiguen en el mercado esa semana. Y por si fuera poco, hasta nuestros amigos caninos tienen un menú para ellos en este restaurante.
Foto: Nits Cubiques
Escuchar buena música y bailar hasta el amanecer
por Jorge Alarcón, guitarra de la banda mallorquina The Prussians.
1. Salas de conciertos hay unas cuantas, pero Es Gremi (Carrer Gremi de Porgadors, 16, Palma) es la catedral de la música mallorquina: locales de ensayo, estudio de grabación y una de las salas de conciertos con más capacidad de la isla. Es Gremi tiene todo lo que un músico necesita. Incluidas hamburguesas, que no sólo de música vive el hombre. Desde Izal hasta Hamlet han pasado por su escenario, ecléctico a tope, y a su Club traen buenas sesiones de electrónica como la de Nasty Mondays (en sábado, eso sí).
2. La Sala La Red (Carrer Poima, 24, Palma) tiene poquito tiempo de existencia pero ya se está convirtiendo en un imprescindible para los que huyen del panchangueo y la zapatilla. Este club, un cubo rojo ubicado en una zona industrial de Palma, pretende llenar ese hueco que había en la isla respecto a la música alternativa. Los próximos conciertos que alojarán incluyen a Papá Topo, Rayden y Zahara.
3. Otra agenda a la que echar un ojo de vez en cuando es la de Sa Possesió (Carrer Gremi Velluters, 24, Palma), una finca rural del siglo XVII considerada Patrimonio Histórico en el organizan actividades culturales y artísticas. Y, por supuesto, la música es cultura y salir de fiesta puede ser considerado un arte, así que el edificio incluye un escenario al aire libre y un bar.
4. Conciertos de grupos locales, sesiones de DJs que van del indiepop al punk, pero sobre todo, una pista de baile para quemar hasta el amanecer: eso es lo que nos encontraremos Sabotage (Plaça Vapor, Palma), el club clásico alternativo de Mallorca.
5. Merece mucho la pena salir de la capital para descubrir Les Nits Cubiques, una original propuesta que se instala en el Teatro de Lloseta (Carrer d’es Pou Nou, 1, Lloseta)el último sábado de cada mes. Arte, gastronomía y música siempre es un trío ganador, pero más aún teniendo en cuenta que la selección musical suele ser de órdago: en los cuatro meses que llevan de vida ya han pasado por allí El Columpio Asesino, Carlos Sadness, Triángulo de Amor Bizarro y, por supuesto, nuestros queridos anfitriones, The Prussians (que si no les conocéis ya estáis tardando en escuchar su nuevo EP). Desde las cuatro de la tarde se pueden visitar las exposiciones instaladas por toda la localidad y por la noche, antes de los conciertos, ponerse morado en la Ruta de la Tapa, que va recorre variedades gastronómicas tan dispares como la andaluza, la japonesa, la vasca o la extremeña.