Las tendencias son caprichosas. Algunas se quedan, otras se olvidan y muchas deberíamos erradicarlas. Lo que parecía una broma de la casa PlayBoy, -a Hugh Hefner se le veía contento con sus zapas y su bata de seda, pero también tenía una mansión- se puso serio cuando Ryan Gosling apareció vestido de andar por casa en el festival de Cans. Demasiado serio.
Se llevan las batas y los pijamas. Lo vimos en la colección de Dolce & Gabbana, Fendi, Bottega Venetta, Etro… E incluso en el Gran Lebowski, que es el aspecto descontextualizado que tiene la gente cuando baja a por leche de esta guisa. Preocupados, en su día preguntamos a expertos en tendencias y ropa de cama sobre qué opinaban de todo esto. Vamos, a gente normal que se lo toma con humor.
Cristóbal Fortunez. Ilustrador, experto en pizzas y autor de Fauna Mongola y Amo los Uniformes.
“¿Una bata de andar por casa como prenda de calle? A mí me parece perfecto. Vivo en pijama, y, a día de hoy, tengo que hacer el enorme esfuerzo de ponerme un chándal cada vez que quiero salir a la calle a comprar el pan o a hacer un recado. Con una cómoda bata encima unificaría el atuendo sin miedo a sentirme un anormal fracasado. Eso sí, ¿la bata de verano lleva pantalones debajo? Porque una cosa es ser un vago y parecerlo y otra muy distinta ser un vago y parecer un pervertido”.
Carmen Pacheco, escritora, giffer y gurú del nórdico.
“Para empezar, tengo que decir que la bata siempre me ha parecido una prenda degradante. Si la he llevado alguna vez ha sido por pura necesidad, pero cuando estoy en casa procuro estar siempre vestida, con ropa cómoda pero respetable. Dicho esto, imaginarme a hombres en bata por la calle me horroriza hasta el límite, lo trasciende y me genera el efecto inverso. Creo que estamos ante una tendencia genial. Porque ir por la calle en bata es como si consideraras al mundo tu cuarto de estar. Como si nada fuera lo suficientemente importante en la vida como para quitarte la bata. Puedo empatizar con esta concepción de la existencia. Merece mi respeto. Espero que esta tendencia triunfe y sugiero enfatizarla con algún complemento como un periódico atrasado que se lleve en la mano. Algo que demuestre que ese hombre en bata no solo se salta a la torera las convenciones sobre el espacio sino también las del tiempo. Creo además, que la tendencia “hipster or hobo?” es ya del pasado y es hora de que deje paso a “hipster or Alzheimer?”. Me parece una evolución natural”.
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