Un puñado de reputados expertos nos soplan lo más interesante de 2016 en materia de cine, música, series, tecnología, tendencias, cómic, deportes, videojuegos y gastronomía.
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Por David Moralejo.
BUEN PROVECHO.
Como buenos españoles… nos hemos pasado los consejos de la OMS sobre el consumo de carne por el forro de la falda de ternera. Tal cual. Si no, a ver quién entiende que 2016 vaya a ser el año de la carnaza.
Hay rumores (bien contrastados, que aquí somos rigurosos) de la próxima apertura de un templo de brasas y chuletones relucientes bajo la batuta de Roberto Ruiz, de Punto MX; también habrá carnes en el nuevo local de Sandro Silva (El Paraguas, Ultramarinos Quintín) y seguirá habiéndolas en cocinas (¿o mejor decimos asadores?) como Etxebarri (eh, ya tengo mesa) y El Capricho, ya con listas de espera que recuerdan a los años dorados de elBulli.
En realidad, esto es solo la punta del filetazo de una tendencia que pretende dejarse de artificios y trampantojos para llevarnos a la esencia de todo: un buen solomillo, una buena lechuga y unas patatas fritas de “abuela, ponme más”. Seguiremos persiguiendo michelines ajenos, sin duda, pero también dedicaremos tiempo a los propios. Que para ego… el de nuestro estómago.
Y, tras lo comestible, el apunte bebible: no es que el gin tonic (o yintónic, como pretenden que escribamos los punkis de la RAE) vaya a desaparecer, pero sí correrán POR FIN buenos tiempos para los tragos “marrones”: el vermut (que ya), los amontillados (Jerez pisa fuerte) y los largos copazos de bourbon nos devolverán a la tierra, con minúsculas, nada más trinchar la carne.
Y la dieta si eso para 2017.
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