La pin-up más icónica de todos los tiempos narra su vida en el documental ‘Bettie Page Reveals All‘ (se estrena el domingo 26 de enero en Documentos TV de La2), gracias a las entrevistas que el director Mark Mori le hizo antes de fallecer.
POR IRENE CRESPO
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“¿Sabes que hoy es el aniversario de su muerte?”, dice Mark Mori nada más arrancar la entrevista telefónica. El productor y director vive en Los Ángeles, donde hace 17 años conoció a Bettie Page, se convirtió en uno de los pocos amigos de la pin-up y estuvo con ella poco antes de que muriera, el 11 de diciembre de 2008. Para recordar a su amiga, Mori, que hasta el estreno de Bettie Page Reveals All [Bettie Page lo cuenta todo], sólo había dirigido y producido documentales políticos como Building Bombs (nominado al Oscar en 1991), subió a YouTube el homenaje que le hicieron a Bettie en su funeral, que sólo él pudo grabar y al que fueron otras pin-ups, como Tempest Storm, el playboy Hugh Hefner y el reverendo Robert Schuller.
Con otras imágenes de aquel funeral, Mori arranca el documental Bettie Page Reveals All. Empieza por el final para volver al principio, toda la vida de Bettie Mae Page (Nashville, 1923) narrada por ella misma gracias a las más de seis horas de entrevistas que Mori grabó antes de su muerte y que, ahora, por fin podemos escuchar.
Viniendo del documental político, ¿cómo acabaste contando la vida de Bettie Page?
Precisamente porque sólo había hecho documentales políticos, quería hacer algo más entretenido y comercial. Y un día comiendo con mi abogado en Los Ángeles, me enseñó el libro Bettie Page: Life of a Pin-Up Legend antes de que se publicara porque resultó que él estaba representándola [Mark Roesler, que aparece en el filme]. Esto fue en 1996 y por supuesto yo no era un fan de Bettie Page, no sabía quién era, conocía su cara, sus fotos, porque están tan extendidas en nuestra cultura que es difícil no conocerla. Entonces leí su historia, vi más fotos y me di cuenta de que podía tener más acceso a ella, así que me lancé. Creo que fue una de esas veces de estar en el momento oportuno en el lugar adecuado. Y cuando empecé a hablar con ella me di cuenta de que había una gran historia detrás.
¿Cómo fue aquel primer encuentro?
Ella me habló exactamente como habla en la película, muy dulce. Y estaba estupenda, aún tenía el flequillo, aunque su pelo era gris. Estaba más gordita, pero era Bettie. Estaba preciosa. Y aquel primer día ya supe que no podría entrevistarla en cámara.
¿Os hicisteis amigos?
La vi en el hospital una semana antes de que muriera. Así que sí, seguimos en contacto todos esos años y nos hicimos amigos desde aquel primer día en que nos conocimos.
¿Por qué no quería salir en público?
Bettie no era una persona muy sociable. Ella sólo quería vivir su vida tranquilamente. Sí salía a la calle, por supuesto, los dos quedábamos a comer en restaurantes, pero no quería que los fans se le acercaran, no quería salir en televisión. No quería nada de eso. Porque, para empezar, nunca entendió el interés de la gente por ella. Y en parte quería que la gente la recordara como era antes. Tenía unos pocos amigos cercanos y eso era todo lo que necesitaba.
¿Y la gente no la reconocía por la calle?
Si le hubieras dicho a alguien “Ésa es Bettie Page”, quizá la habrían reconocido. Pero no, hacía más de 40 años que había desaparecido del ojo público, así que la gente no la paraba por la calle.
¿Ella nunca entendió lo importante que era, ni siquiera hacia el final?
Nunca, nunca pudo entenderlo. Le gustaba el hecho de ser popular, de estar ganando dinero. Pero no podía entenderlo. Ni siquiera lo entendió en los años 50 cuando sus fotos eran tan solicitadas, aunque fuera de forma clandestina. Ella era tan modesta que no pudo entender por qué era tan importante jamás.
¿Qué fue lo que más te sorprendió al conocerla?
Su personalidad y actitud hacia el desnudo. Era como hablar con tu abuela sobre cómo le gustaba desnudarse [risas]. Pero sin que hubiera ningún tipo de vergüenza, porque ella no sentía ninguna vergüenza, era algo natural para ella. Había una autenticidad, algo genuino en ella, su joie de vivre, que se transmitía en esas fotos. Eso es con lo que la gente conectaba. Nadie ha sido capaz de hacer lo mismo y transmitir lo mismo nunca.
Bettie Page, por la fotógrafa Bunny Yeager (Imágenes cortesía de Gallery Schuster)
¿No crees que haya una Bettie Page ahí fuera?
No creo que vaya a haber jamás otra Bettie Page. Ni ha habido. Era su personalidad, su actitud, su look, su pelo, su preciosa cara, su cuerpo… Toda una combinación tan única que nadie se ha acercado siquiera a lo que ella fue. Y no creo que nadie lo haga nunca.
Pero sí tiene muchas admiradoras y seguidoras, desde fans desconocidas a Dita Von Teese, por ejemplo, que sale en la película.
Ésa fue una de las cosas que descubrí cuando empecé a hacer la película, que la mayoría de fans de Bettie eran mujeres. En los 50 eran hombres y ahora son mujeres. De hecho, como Bettie se hizo popular en los 90, hay dos generaciones de mujeres que se identifican con ella. Y hablando con ellas me di cuenta de que ganaron su confianza sexual gracias a Bettie, algo complicado en esta cultura dominada por los hombres que idealizan los cánones de belleza.
Bettie te habló incluso de sus peores épocas, de las que nunca le había gustado hablar mucho.
Ella me habló muy libremente de todo lo que pasó en su vida. Era tan genuina. Y a pesar de todo lo que le pasó, tenía tantas ganas de vivir que se sobrepuso a todas las adversidades.
¿No se arrepintió de nada en su vida?
Sí. Creo que lo que más lamentaba fue que Jack Warner [uno de los Warner Brothers] la llamó para que hiciera otra prueba de cásting y no lo hizo. No fue. Ella era así, no tenía ninguna ambición, no tenía ego. Quería ser una estrella de cine, pero ni siquiera fue a la prueba, porque no creyó que lo hubiera conseguido. Ése fue uno de sus grandes remordimientos.
Empezaste a grabar en 1996 y ella se murió en 2008, ¿por qué tardaste tanto en estrenar el documental?
Lo primero fue la financiación. Y además hubo un momento que a punto estuvo de salir un proyecto de película sobre Bettie Page, en el que Martin Scorsese iba a dirigir y Liv Tyler iba a ser Bettie. Pero se cayó como tantos proyectos de Hollywood. Y entonces tuve una oportunidad para volver con el documental, y me llegó la inspiración…
¿Qué te inspiró?
Fueron dos cosas. La primera fue que, ya que nunca pude convencer a Bettie de salir en cámara, no sabía qué hacer con todas esas horas de entrevistas que tenía y de repente me di cuenta de que todos esos audios que tenía podían servir para narrar la película y así la gente podría oírla y conocerla mejor. Pude usar mucho más material gráfico y audiovisual de ella que sólo su imagen hablando. Y, por otro lado, eso me permitió contar todo lo que pasó en aquellos oscuros años en EE UU. Me di cuenta de que pocos jóvenes sabían de aquella época de represión.
Pero tampoco ha avanzado mucho ese EE UU reprimido sexualmente.
Exacto. Quizá es algo diferente en Europa, pero EE UU es aún un país reprimido. Por ejemplo, muchas de las fotos de Bettie Page aún no se pueden publicar en los grandes medios –aunque sí las puedes encontrar en internet–. Uno de los casos más curiosos recientes, fue que el New York Post, al que le gusta usar materiales de este tipo para vender periódicos, publicó un titular que decía “Descubiertas fotos de Bettie Page nunca vistas”. Pero dentro sólo podías ver las fotos censuradas. Eran las fotos de mi película, en las que sale completamente desnuda cuando la arrestaron en una sesión en los 50. Y en el Post las censuraron, ¡no podías ver a Bettie desnuda!
Esa doble moral domina el país, y estaba un poco en la cabeza de Bettie, pero ella consiguió combinar su fe cristiana con el desnudo, ¿cómo?
Bueno, de hecho ella citaba a la Biblia, siempre decía: Adán y Eva estaban desnudos en el Jardín del Edén, así que por qué Dios estaría en contra del desnudo. Así que para Bettie era algo natural. Ella incluso me contó que consideró fundar una colonia nudista, ¿lo puedes creer? Pero al mismo tiempo era muy religiosa y espiritual, en su mente era capaz de reconciliar las dos cosas, y creo que es posible para algunos cristianos. El reverendo Robert Schuller, que fue un gran predicador televisivo en EE UU, ofició su funeral y me dijo: “Bettie Page ha conseguido que Hugh Hefner y yo nos juntemos en una sala”.
¿Cómo era esa amistad entre Hugh Hefner y Bettie Page?
Se conocieron en 1993, creo. Hefner la ayudó a ganar el dinero que Bettie debía ganar por el uso de su imagen que se había hecho especialmente desde los 80. La gente había ganado mucho dinero gracias a ella. Algunos tenían la intención de pagar, pero no sabían dónde estaba. De hecho, la película ‘Rocketeer’ no usó el nombre de Bettie porque no pudieron encontrarla. Y Hugh la ayudó a recuperar ese dinero, para que en sus últimos años Bettie pudiera vivir cómodamente. Hefner la tenía muchísimo cariño, él fue siempre uno de sus amigos y protectores. Entendía su lugar en la historia, por eso la tenía aprecio. Era difícil conocerla y no quererla.
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