Ni damos de beber a los animales en el zoo ni bebemos sangría en el parque, pero nuestra idea de día perfecto es tan buena o mejor que la de Lou Reed.
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Arrancamos el día visitando la colección que la firma Element, una marca que tiene en el universo del state y el respeto por la naturaleza su leif motiv, propone para el invierno que viene. Como sabemos que os da mucha pereza ver abrigos a 40ªC, y que hablar de invierno en verano os supone un liazo espacio-temporal que ni las pelis de Terminator, os dejamos un ejemplo de algo que también te podrías poner en las noches fresquitas de verano.
Como decía esa gran filósofa que es Leticia Sabater (¿aún no has visto cómo destrozó el YMCA de los Village People? Búscalo , pleasssseeee): “a mediodía , alegría… de comer”. El cuerpo nos pide algo light pero con sustancia, algo crudo pero sabroso. En la Plaza de Oriente, con unas vistas increíbles al Palacio Real, el Raw Bar de La Lonja es el mejor local de Madrid para degustar el sabor del mar en la meseta: El mundo del crudo y el ahumado con la máxima frescura y platillos como ‘Trilogía de Ostras en cebiche, crocante y sojalín’ o este ‘Tartar de Atun Rojo’.
Para bajar la comida nos acercamos al Hotel Vincci Soho, en el barrio madrileño de Huertas. Allí se acaba de inaugurar una exposición de Antonio de Felipe, un artista con un estilo pop muy personal y reconocible que mezcla conceptos y referencias contemporáneas (Bambi, Coca Cola, Marilyn…) con un explosivo brochazo colorista. O sea, ilustraciones muy chulas, con chutazo de color y mucho sentido del humor y de la estética.
El arte nos ha abierto el apetito. Somos gente sensible, y el síndrome de Stendhal lo mismo nos pilla delante de un cuadro que de un trozo de carne (en el sentido gastronómico, no bíblico, de la palabra). Hamburguesa Nostra acaba de abrir en Madrid un nuevo local en Maria de Molina con ganas de comérselo todo (¡ole el juego de palabras barato que nos hemos marcado!). Más de 30 variedades de hamburguesas artesanales en un espacio para 200 comensales.
Y como no se puede terminar el día sin un buen copazo (ojo, no es una incitación al alcoholismo, más bien a saborear la vida a tragos… uf, otra frase lapidaria), nos acercamos al Seven and Six en el número 76 del Paseo Pintor Rosales (¿pillas lo del nombre del local?) para degustar una copa bien preparada junto al parque del Oeste. Buen ambiente, gente guapa, relax, tranquilidad (por cierto que también se puede picar, y muy rico)…
“Oh, such a perfect day, you just keep me hangin’ on…”
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