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En enero de 1995, la radio escupía el último aliento apestoso de Guns N’ Roses en forma de ‘Sympathy for the Devil’ y daba paso a el en aquél instante maravilloso ‘Basket Case’, de Green Day. Pero era Oasis la patada en la boca perfecta en forma de banda sonora a lo que iba a suceder en aquella tarde del 25 de enero.
El equipo rival de Liam Gallaguer, el Manchester United, se enfrentaba al Crystal Palace en el estadio Selhurst Park del sur de Londres. El arbitró expulsó a Eric Cantona, el jugador francés del Manchester United, en el minuto 48 por una entrada de las suyas. Cantona abandonaba el terreno de juego con los cuellos de la camiseta subida y su cara de pocos amigos, cuando Matthew Simmons, un botarate de veinte años que había bajado varias filas desde su asiento en la grada hasta la primera de ellas, le gritaba poseído “Vuélvete a Francia con tu puta madre, bastardo”.
Eric Cantona petó.
“Cuando las gaviotas siguen al pesquero, es porque piensan que las sardinas serán arrojadas al mar”, dijo Eric Cantona dos meses después cuando fue sancionado con ocho meses sin jugar, con una multa de 20.000 libras y con 120 horas de servicios comunitarios.
Aquella patada conmocionó al mundo tanto como a los espectadores que rodeaban a Matthew Simmons. El ‘Rey Eric’, como era conocido por la afición se convirtió en un jodido mito, y en actor de cine con los años. Si no has visto ‘Buscando a Eric‘, de Ken Loach, no salgas este fin de semana de casa.
El partido acabó en empate a uno.
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