John Grvy, el secreto mejor guardado del pop electrónico nacional, derrocha estilo luciendo las tendencias de la nueva temporada.
Por Fita Morales. Fotografía: Juanjo Molina. Estilismo: Lorena Martínez
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23 años. Español y africano. Músico a punto de despegar
El protagonista de la portada de nuestro Especial Moda se llama John Grvy. En realidad se llama Junior Esem. Nació en África y es español. Se crió en un pueblo de Toledo. Y hace unos años se vino a Madrid, a estudiar Periodismo en la Complutense. Vive en el barrio de Tetuán pero su hábitat natural es Malasaña. Tiene 23 años y hace música. Es muy alto, un desgarbado garboso. Tiene una pinta estupenda. Es atractivo. Es cool. Es un dandy. Y es negro.
“Mis padres son de Nigeria y, de hecho, nací allí. He vivido toda mi vida en España y me siento más español que nadie, pero hay una evidencia: soy negro, eso no me lo quita nadie. Es una marca. Y ahora mismo es un plus”, dice con hablares pausados mientras nos atizamos un whisky on the rocks.
Junior siempre ha llamado la atención. Un mocoso negro en Illescas. Entonces su color de piel no era un plus sino un handicap, aunque esta condición de ‘bicho raro’ acabaría empujándole al mundo de la música. Eso y el amor. “Tendría unos 15 años cuando se me acercó un conocido y me dijo, por el hecho de ser negro en un pueblo, ‘Oye, tú rapeas, ¿no? Y le dije que no. Pero, días después me acordé. Era el cumpleaños de mi ex y dije, ‘¿Por qué no? Vamos a regalarle una cancion’. Se la hice y disfruté tanto que desde entonces empecé a hacer música”, recuerda.
Aprendió sólo, por su cuenta, rollo amateur, do it yourself. Años de prácticas. Prueba y error. “Trabajaba en la tienda de mi madre y muchas veces cuando cerraba me quedaba para grabar canciones con el micro del ordenador”. Después se mudó a Madrid, a estudiar periodismo, quizá animado por su otra vocación, la escritura. “Cuando empiezo la carrera, el tema de la música queda como un hobby, hago música para mis amigos, para mi novia de turno y para escucharla yo. Un día un compañero de universidad que es promotor y había traído a un tío de EE.UU a tocar al Nasti, se me acerca y me dice, ‘Tú hacías música, ¿verdad? La he escuchado y me gusta, ¿por qué no te animas y la haces en directo?”. Junior se animó, claro, a ser telonero de Slow Magic. Y la experiencia de actuar en directo le voló la cabeza.
“Dejé la carrera un año, empecé a trabajar para poder pagarme una grabación, saqué una maqueta, gané un concurso de Converse, me fichó un manager, actué en el FIB, he firmado con Sony… Y en eso estamos, ha sido todo muy rápido, una locura, increíble”, repasa, feliz.
“Le descubrí en un concierto, entre el público. Tiene una imagen impactante. Luego resultó que teníamos amigos comunes, me pasaron un enlace a su música y fuimos siguiendo lo que iba haciendo. Cuando subió “Mad on her” le hicimos una propuesta”, nos cuenta al teléfono Joan Vich, capo de la promotora y agencia de management Ground Control, que lleva su carrera. ‘Mad on her’ es una exquisita y pegadiza pieza de pop electrónico, samplers y sintetizadores, chillwave… Sea lo que sea, es un temazo. “Me quedo con la definición que hizo Tomás Fernando Flores, de Radio 3”, dice Junior. “Lo llamó post soul, me parede una buena etiqueta. Es R’n’B contemporáneo, con un toque soul, con un toque pop y con un toque hip hop”.
Dice Joan Vich: “En España se hace música electrónica de calidad pero es instrumental, y John añade el factor pop que le puede hacer llegar a más gente. Además es un productor que canta, y la imagen que tiene… Viene a llenar un hueco que está vacío. Está dando sus primeros pasos pero pensamos que puede llegar lejísimos y triunfar incluso fuera, en Francia o Inglaterra. Está creciendo a nivel musical, cada canción que trae es mejor que la anterior”. Vich le puso en contacto con los productores gallegos LowLight, con los que trabaja y actúa en directo.
El proceso, explica Junior, va así: “Yo produzco, preparo la parte instrumental, escribo la letra y lo llevo al estudio, y a partir de ahi empezamos a quitar y poner, quitar y poner… A veces lo que resulta no tiene nada que ver con el principio, es un proceso de equipo, esto es un proyecto solista pero tengo muy claro que no estoy solo”. En escena, a Junior, procesador de voz y teclados, le arropan Álex tocando la batería con un sampler y Pablo, que es quien quita y pone la música en tiempo real. “Un directo electrónico”, resume.
Admirador de Kayne West, Pharrell Williams, Prince –con quien comparte el gusto por el falsete– y Michael Jackson, aficionado a la lectura y a la escritura (el Grvy de su nombre de guerra se lo tomó prestado a Oscar Wilde), fanático de las pizzas, ave nocturna y casanova, Junior está a punto de sacar un E.P. con cuatro temas, dos de ellos inéditos, así como varias remezclas. Antes ya ha actuado en festivales de postín como Benicasim, el Low o el Monkey Week. Junto a la música –“No pasa un día sin que cargue música nueva”– otra de sus pasiones es la moda, de ahí que durante la sesión se mostrase como pez en el agua.
“Desde pequeño me han dicho que soy un presumido, me gustaba elegir mi ropas desde los cuatro años. Mi estilo es ecléctico, mezclo todo, pero por mi situación economica. Si me lo pudiese permitir iría vestido de Armani. Si tengo dinero intento comprar algo bueno, tengon un montón de camisas, me gusta ir con camisas de buena calidad”. Frente al futuro se muestra sensato y ambicioso; y futbolero. “En el día a día hay que pensar como Simeone pero por dentro ser como Mourinho, quererlo todo. Quiero hacer musica para cine, giras mundiales, musica para firmas de ropa… ¿por qué no? Eso sí, vamos a trabajar paso a paso, uno, luego otro… Esto depende de la gente, si la gente quiere, John Grvy estará, y si no, no estará”.
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