Considerado el padre de la moderna novela gráfica británica y autor de culto para escritores de la talla de Alan Moore o Neil Gaiman. Bryan Talbot domina como nadie el steampunk y eso, a nosotros, nos gusta.
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Por Adriana Herreros
Bryan Talbot es un personalísimo autor de obra prolífica. Ha trabajado en personajes creados por otros, especialmente en DC, pero lo que le ha valido el reconocimiento mundial son sus propios títulos como El cuento de una rata mala -por esta obra obtuvo numerosos premios, entre ellos un Eisner-, El corazón del imperio o Las aventuras de Luther Arkwright. La editorial Astiberri ha publicado con esmero en nuestro país los primeros volúmenes de su saga Grandville, su último trabajo donde aborda por primera vez el thriller en clave de una sensual ucronía retrofuturista. El dibujante inglés nos cuenta qué hay de humano y de divino en esto de los cómics.
- Comencé en esto de los tebeos a finales de los 70, justo al final del movimiento del cómic undergound. A medida que esos cómics de la contracultura de los 60 y 70, con su énfasis en la experimentación y su ideología antisistema empezaron a decaer, vivimos el surgimiento de los primeros cómics alternativos que los reemplazaron.
- Terminé el curso de diseño gráfico en el que me había inscrito y estaba desempleado así que decidí terminar un cómic de inspiración underground que había comenzado a dibujar en mi época universitaria. Como no tenía ni un duro para comprar el billete de tren, hice dedo hasta Londres y Lee Harris, el propietario de una tienda mítica en Portobello Road (tanto Lee como la tienda siguen allí hoy en día, Alchemy en Portobello Road) lo leyó y lo publicó como el primer número de Brainstorm Comix. Al final sacamos seis números.
- La escena underground de los 70 tuvo un papel absolutamente crucial en la historia del cómic. En Reino Unido y EEUU, el cómic se consagró definitivamen-te como un medio para adultos. Escritores como Alan Moore, Frank Miller y yo mismo crecimos leyendo puro underground producido por adultos e introdujimos esta sensibilidad también en la industria de los superhéroes. Art Spiegelman comenzó con Maus en el cómic underground.
- Siempre he dibujado tebeos por propia diversión, a medida que crecía. Los cómics underground que hice en mis inicios fueron mi aprendizaje, y todos mis errores han quedado impresos. Aprendía muy despacio, y echando la vista atrás al principio de todo, mi material gráfico, especialmente el del primer número (de la revista Brainstorm Comix), no era muy bueno, así que me da un poco de vergüenza volver a mirarlo.
- Probablemente no seguiré trabajando con personajes de las grandes editoriales de cómic (DC). Prefiero escribir y dibujar (y tener los derechos) de mis propios personajes.
- Sí, ‘Las aventuras de Luther Arkwright’ influyó a escritores británicos como Alan Moore, Neil Gaiman o Warren Ellis. Desde luego. Warren ha escrito el epílogo de la nueva colección de lujo en tapa dura de Las aventuras de Luther Ark-wright y El corazón del Imperio que publicó Dark Horse en septiembre. Arkwright se publicó varios años antes de que ellos empezaran, con lo que probablemente sería una de las primeras novelas gráficas que leyeron.
- Hay un fuerte contenido antifascista en la historia. Las aventuras de Luther Arkwright se crearon en reacción al contexto de la escalada de poder de la extrema derecha en el Reino Unido de los 80, con el comienzo de la dictadura de Margaret Thatcher y con el partido fascista del Frente Nacional desfilando en las calles.
- Conocí a Neil Gaiman años antes de que se convirtiera en escritor de cómics. Después de la publicación de su primer libro (antes de que empezara a trabajar para DC) le invité a que diera una charla en Speculative Fiction Group en Preston, donde yo vivía entonces. Fue la primera vez que hizo un acto público y le encantó la experiencia. Para algunas de nuestras colaboraciones posteriores, Neil venía a casa y se quedaba con Mary y conmigo un par de días, con lo que podíamos hablar de todo ello antes que nada y yo podía conocer sus ideas desde el principio. Mientras dibujaba, le enviaba por fax mis bocetos a lápiz de las páginas para que pudiera ver cómo se iba desarrollando. A veces él cogía personajes que yo había dibujado en segundo plano y los introducía en la historia.
- Para ‘Historia de una rata mala’ leí muchos libros sobre los efectos posteriores del abuso sexual de menores y hablé con personas que habían sobrevivido al abuso. Encontré un libro que me fue excepcionalmente útil en la biblioteca municipal, contenía transcripciones de conversaciones de personas que habían sufrido abusos. Se repetían muchas palabras y frases en transcripciones de personas de diferentes países, clases y etnias. Muchos de los diálogos de Helen contienen estas frases o los parafrasean. Me di cuenta de que el agresor, el padre de Helen, no debía ser un monstruo sino un tipo ordinario. Lo único que tienen en común los agresores es que tienen una piel muy gruesa. Con esto quiero decir que son insensibles hasta el punto de que les da igual atemorizar a alguien de por vida con sus acciones. No tienen empatía. Además son tan egoístas que simplemente les da igual si lo que hacen tiene un efecto negativo en otro ser humano.
- El título del ‘Corazón del Imperio’ está inspirado en ‘El corazón de las tinieblas’ de Joseph Conrad. La idea era que, como para el protagonista de la novela de Conrad, para mi protagonista, Victoria, también fuera un viaje de des-cubrimiento personal. Así que, a lo largo de la historia, el personaje evoluciona como reacción a sus experiencias. Es un personaje femenino muy, muy rico.
- Siempre he tenido predilección por el steampunk, desde mi adolescencia en los 60, décadas antes de que se acuñara el término. Probablemente vino por mi pasión por Sherlock Holmes y el hecho de que la época victoriana estuviese de moda entonces, con Jimi Hendrix y Mick Jagger vistiendo túnicas militares victorianas, y el arte psicodélico retro-victoriano que se creaba en aquellos años.
- Cuando mi mujer Mary se jubiló anticipadamente, hace unos cinco años, le sugerí que escribiera una novela gráfica para que yo la dibujara. Escribió ‘Dotter of Her Father’s Eyes’ (publicada en España por La Cúpula con el nombre de ‘La niña de sus ojos‘) que se convirtió en la primera novela gráfica británica en ganar un premio de literatura importante, el Costa Biography Award. Desde entonces hemos creado otro libro juntos, esta vez en colaboración con el ilustrador Kate Charlesworth, Sally Heathcote: ‘Suffragette‘, que se publicó hace unas semanas. Ahora que he terminado ‘Grandville Noël’, voy a empezar a dibujar su tercer libro antes de ponerme otra vez con la saga Grandville.
- Estoy metido en un proyecto civil para Sunderland, donde vivo. He diseñado una tira de 260 metros sobre pavimento que cuenta la historia de la ciudad en ilustraciones. Esta pieza se extenderá a lo ancho de la nueva plaza de la ciu-dad que está en construcción ahora mismo. ¡Las piedras de granito que componen el pavimento se están puliendo ahora mismo mientras escribo esto!
- He ideado y escrito el primer capítulo de una novela gráfica de 230 páginas que diseñé como webcómic para que se publique mensualmente en entregas de diez páginas. Este es uno de los proyectos que me gustaría que dibujase otra persona pero estoy teniendo muchos problemas para encontrar un artista. Los dibujantes de cómic profesionales que me gustaría que lo hicieran están demasiado ocupados, y los artistas jóvenes con los que he probado, algunos de ellos grandes ilustradores, son demasiado lentos.
- Un cómic que recomiendo: ‘Binky Brown conoce a la Virgen María‘ de Justin Green, ¡un clásico atemporal!
Las obras de Talbot
‘Brainstorm Comix’
Mi trabajo en Brainstorm Comix estaba muy influido por artistas del cómic underground como Robert Crumb, Gilbert Shelton y Dave Sheridan. También me influyó la revista de historietas francesa Metal Hurlant, que apareció en 1976 y mostraba la obra de artistas como Moebius y Druillet. Me encantaban los cómic de Marvel y DC de Jack Kirby y probablemente él también fue una gran influencia en mi obra, junto con ilustradores clásicos como William Hogarth, Gustave Doré, John Ten-niel, Arthur Rackham y Edmond Dulac.
‘Las aventuras de Luther Arkwright’
Fue un intento de hacer una historia de aventuras inteligente para adultos tan rica como una novela de texto y dibujada con calidades de ilustración, no al estilo “rápido” de los superhéroes que la mayoría de los artistas de cómic usaban en aquella época. También fue una reacción en contra del insulso mundo de los cómics de super-héroes comerciales de la época; Arkwright tenía sexo, drogas, los personajes soltaban tacos, vomitaban, etc. Esto suena vano, manido ahora mismo, pero en la época fueron cosas muy sorprendentes para un cómic y desde luego no aparecían en los ejemplares de DC y Marvel. Pensé “si las novelas de texto y las películas comerciales tienen todas estas movidas, ¿por qué no los cómics?” Respecto a la historia, también quería alejarla de la fórmula clásica; quería crear una historia compleja y con muchas capas, una historia realmente profunda que tuviese que ver con la política, la religión, el sexo, la filosofía, (cosas que nos interesan a los adultos pero que estaban totalmente ausentes de los cómics comerciales británicos y americanos) y que a su vez fuera una aventura excitante.
‘El cuento de una rata mala’
El estilo de Rata Mala evolucionó a medida que me di cuenta de que lo que tenía entre manos era una historia sin género que podía leer un lector mainstream. Como sabes, la gran mayoría de los cómics, sobre todo a principios de los 90, pertenecían a un género y atraían sólo a los fans dentro del gueto que suponía cada género: superhéroes, ciencia ficción, terror, romance, lo que fuera. Cuando pensé que el libro podría leerlo el público general, gente que quizás nunca antes había leído un cómic, supe que el principal atributo que tanto el estilo gráfico como la historia debían tener era la claridad. Las ilustraciones, que eran una parodia de las de Beatrix Potter, las hice muy rápido, la semana de navidad de 1984. Estaba muy apurado con la fecha de entrega (¡el cómic estuvo en las tiendas al mes siguiente!) y no me acerqué tanto como debiera a las ilustraciones de Potter a pesar de que conocía muy bien su estilo. Las ilustraciones de esa secuencia se realizaron usando una pluma de la misma época y exactamente el mismo tipo de tinta sepia francesa que Potter usaba, de la tienda en la que ella compraba sus suministros, Cornelissen’s, cerca del Museo Británico. Todavía sigue ahí, sigue teniendo plumas de la época y sigue haciendo su propia tinta.
‘El Corazón del Imperio’
El Corazón del Imperio es ciencia ficción socialista para adultos. Aunque tiene elementos detectivescos (la investigación de Victoria sobre la desaparición de su padre) y aventuras históricas y todos los demás géneros que mencionas. Sin embargo básicamente es ciencia ficción. Tardé unos tres años e acabarla, ¡pero con Alicia en Sunderland estuve más de cinco!
‘Grandville’
La idea original de Grandville tiene su origen en las ilustraciones antropomórficas del artista de principios del XIX Jean Ignace Isadore Gérard. Él solía firmar sus obras como JJ Grandville y un día estaba mirando su trabajo y de repente pensé. “Grandville podría ser el sobrenombre de París en un mundo alternativo, poblado por animales parlantes, en el que Francia tiene un imperio que abarca todo el mundo y París es la ciudad más grande del mundo.” La inspiración original, las ilustraciones de Jean Gérard, eran muy satíricas, así que continué con ello. Creo que es importante crear una historia que sea algo más que un paseo divertido, que también provoque pensamientos y anime a los lectores a comparar y con-trastar el mundo de Grandville con el nuestro. Grandville Noël se publicará en noviembre. Hice el guión del quinto y último número de la serie hace un par de años y es el más largo y oscuro de todos los libros. Como sabes, los libros de Grandville se escribieron como aventuras independientes, pero como cada libro se ha ido componiendo un mes después de acabar el anterior, se ha ido con-struyendo una historia que une a todos los libros y que llega a su clímax en el quinto.
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