[ FOTOGRAFÍA: FERRAN FREIXA]
Afirmar que Pau Riba (Palma de Mallorca, 1948) es un artista inclasificable no es una exageración. De hecho, incluso puede resultar un adjetivo insuficiente a la hora de describir a este compositor, letrista, cantante, instrumentista, diseñador gráfico, ilustrador, poeta, actor, amigo de los juegos de palabras, de la filología y de las ciencias con más de medio siglo de carrera profesional a sus espaldas.
Nieto de los poetas Carles Riba y Clementina Arderiu, dos instituciones de las letras catalanas, Riba protagonizó algunos de los momentos más brillantes de la contracultura de los años sesenta, vivió en una comuna en plena dictadura franquista y, cuando en España solo se veían los hippies en el No-Do, lo dejó todo para irse a vivir a Formentera, no sin antes firmar uno de los discos claves de la música popular: ‘Dioptría’.
Hoy, cincuenta años después de su aparición, ‘Dioptría’ ve la luz en una nueva edición de la mano de Munster Records compañía que, por primera vez, respeta la idea con la que fue concebido. Un trabajo que se presentará por todo lo alto el próximo 12 de abril en el Teatre Joventut de l’Hospitalet en un concierto que dará inicio a la gira ‘Dioptría50′ que recorrerá diferentes ciudades de España. Para esa ocasión, Pau Riba y su banda, De Mortimers, estarán acompañados de invitados de lujo cuyas identidades el músico prefiere mantener en secreto.
- Se trata de una reedición, pero se ha puesto extremo cuidado en ella como si de una primera edición se tratara. Munster Records se empecinó santamente en rehuir las digitalizaciones y remasterizaciones de los noventa y optó por partir de los másters como si fuera la primera vez. También en lo gráfico lo han cuidado al extremo, de tal forma que a ratos nos daba la sensación de edición en lugar de reedición. Después de tantos años lo he vivido como volver a casa al cabo de un larguísimo viaje y encontrarte con que todo sigue en su sitio. Que aunque el mundo haya cambiado, tu casa sigue siendo tu casa, cosa que celebro.
- Un detalle es que no saliera como disco doble o, mejor dicho, que se hiciera una funda para dos discos pero que solo se incluyera uno. Además, en el interior había unos papeles de color que tenían que reproducir la bandera republicana pero, no sé si fue un lapsus de los trabajadores de la imprenta o un error malintencionado, el orden de los papeles fue alterado y no formaban ya la bandera. Eso que estaba mal en la primera edición, en las reediciones en CD ya no estaba bien ni mal porque desapareció. Ademas, en la actual edición se ha incluido también el apellido de Toti Soler en los créditos, que en las carpetas originales aparecía solo como Toti.
¿Por qué no salieron los dos discos juntos en su momento?
- Empezamos con el primero y, cuando el editor cayó en la cuenta del agujero que se generaba en su generoso bolsillo, concluyó que para atacar el segundo era más sensato esperar a ver cuál era la respuesta comercial del primero.
El retraso entre la publicación de un disco y otro fue aprovechado por Ermengol Passola, dueño de discos Concèntric, para rebatir en la contraportada de Dioptría/2 lo que afirmabas en Dioptría/1. ¿Cómo te sentó?
- Soy surrealista pero el señor Passola resultó serlo mucho más. Eso fue un acto surrealista cien por cien, que elevó el surrealismo mucho más allá de la estratosfera: defender o rebatir en nombre de todos los catalanes, algo escrito en clave poética por un adolescente airado es, cuando menos, ridículo. Que eso se haga mancillando la obra artística, metiéndose en ella y opinando en su contra ya ni siquiera tiene palabras. Es como si un galerista añadiera, de forma indeleble en el cuadro de un pintor, su opinión sobre él mismo, sobre todo si es contraria. Todo es más surrealista aún si tenemos en cuenta que el editor es el que intenta vender la obra. Con la notita típica de “el editor no se responsabiliza de las opiniones del autor” habría sido suficiente.
¿Quién era el señor Passola? Si no estoy equivocado, era dueño de una tienda de muebles que también editaba discos de artistas catalanes.
- El señor Passola era un comerciante muy catalanista, con un carácter muy fuerte, que pensó que para que lo de la Nova Cançó funcionase, había que hacerle la competencia a Edigsa, echando mano de la misma fórmula de marketing que nos dice que la Coca-cola necesita una Pepsi-cola para romper el mercado.
Grabación de ‘Dioptria1′ en los Estudios Gemma con Toti Soler.
Siempre has cantado en catalán, incluso durante la dictadura franquista, lo que no quiere decir que el franquismo fuera receptivo y amable con las expresiones artísticas en otras lenguas distintas al castellano. ¿Tuviste algún problema por ello?
- El nacimiento de la Nova Cançó fue precisamente un “truco” para salvar la prohibición franquista: alguien descubrió que, aunque no se nos permitiera hablar en nuestro idioma, no se atrevían a prohibir que cantáramos en él. Imagino que lo consideraban algo muy íntimo que era inútil o imposible prohibir. La prueba es que permitieron que se editara una extensa discografía en catalán.
Además de estar cantado en catalán, en ‘Dioptría’ hay tacos e incluso referencias explícitas a la república en versos como «Pugeu a la barca, que naufragarem! / farem la república amb jo president / vosaltres ministres i el rei res de res / omplint-li la bossa ja el tindrem content». ¿Cómo pasaron censura versos como esos?
- Por un lado ni Jaume Sisa ni yo, que en este aspecto vamos en paquete, hemos sido activistas del asunto como podían ser Raimon o Llach y, por lo tanto, nos tenían catalogados como no conflictivos. Por otro lado, al ser ambos de tendencia surrealista, no captaban por dónde iban nuestros tiros, es decir, no nos entendían, y daban el visto bueno sin meterse a fondo. De todas formas, algunos de mis temas llevaron el sello de no radiables, pero nunca fui muy consciente de ello ni me sentí afectado.
Desde su propio título, el disco es una crítica a la sociedad occidental. ¿Por qué ‘Dioptría’?
- Bueno, una dioptría, o diòptria con acento abierto en catalán, es un término médico que indica hasta qué punto estamos “cegatos” y, en consecuencia, no vemos con claridad. El título quiere significar un “estáis ciegos, no os enteráis de nada” en el sentido de: “los tiempos están cambiando pero vosotros seguís anclados al pasado”. La crítica que conlleva el título ‘Dioptría’ no reside tanto en lo político como en lo social, en la moral pequeño burguesa y en la forma en cómo la sociedad estructura la familia cristiana, entendida como célula básica de la sociedad. Fundamentalmente el disco es un alegato contra eso.
Pero además, el disco es una crítica a la mujer (Dioptría/1) y al hombre (Dioptría/2). ¿Por qué esa división conceptual?
- En el momento de crear las canciones todavía era un adolescente encerrado en el huevo familiar en una sociedad machista, paternalista, belicista y me parecía más grave el hecho de que la mujer acatara las actuaciones prepotentes del hombre, que el hecho de que el hombre se comportara con esa prepotencia. Quizás era por ser yo hombre y llevar incrustado el virus secular del machismo, virus ciertamente difícil de erradicar. Aunque puede que el planteamiento fuera este, el primer disco acabó siendo un alegato contra la sociedad caduca y el segundo, otro a favor de la utopía hippie.
Has defendido siempre el movimiento hippie. Recientemente le comentabas al escritor Jordi Costa que, lejos de estar desfasada, esa filosofía era la inspiradora de movimientos actuales como el feminismo, la libertad sexual, el anticapitalismo… ¿A qué cree que se debe esa obsesión por desprestigiar el movimiento hippie?
- Ha sido la primera revolución ética con alcance mundial de la historia. La primera perpetrada por jóvenes, la primera incruenta y la primera que, en vez de reivindicar territorios o poder político, ha reivindicado valores morales, algo que hasta el momento se consideraba una ridiculez. Además, se hizo con la ayuda de los nuevos psicotrópicos –que nos pusieron en estado de gracia y nos hicieron visionarios– y de la nueva música, un ejercicio de lucidez impulsado por una nueva clase social, la juventud, exenta de compromisos, intereses creados y responsabilidades. O sea, personas libres.
Intentaste hacer realidad esa utopía hippie marchándote a Formentera, viviendo en una casa si luz ni agua corriente, ayudando al alumbramiento de su hijo Caïm con métodos totalmente naturales y viviendo sus primeras experiencias con LSD.
- La experiencia psicodélica me cambió el tarro para bien, y el verano de aquel año cayó justamente en medio de la realización de ambos discos. Es por esto que el primer ‘Dioptría’ es contra lo caduco y el segundo a favor de lo venidero: una vuelta a los valores éticos, humanistas, y un retorno a la naturaleza.
Hablando del LSD y la experiencia psicodélica, ¿cuál es tu postura sobre la legalización de las drogas?
- Creo que las llamadas drogas son un componente básico del hombre sin el cual el homínido nunca habría llegado a ser hombre y, menos aún, sapiens. Su ilegalización es, además de absurda, inútil: algo que ha provocado el efecto contrario y que, encima, al no propiciar el control sanitario o de mercado, ha dado pábulo a la drástica especulación, a los síndromes de abstinencia y a las sobredosis. Algo nefasto, se mire como se mire. Dejando aparte que la definición de droga es política, ya que todo lo que venden en las farmacias es droga, y las sustancias etílicas, nicotínicas, teínicas y un largo etcétera, también son drogas pero no se las considera así, simplemente porque son legales y usadas corrientemente. El día que legalicen la marihuana ¿dejará de ser una droga?
Hace tiempo me hablaste de un libro en el que estabas trabajando que repasaba la relación entre la música con las matemáticas, la física y la química. ¿Cómo está ese proyecto en la actualidad?
- La música es matemática, la matemática del sonido. Todo en la música se mide por números. Y la historia de los números viene del ábaco y llega hasta la computadora, hoy en día el instrumento madre de todos los instrumentos, musicales, me refiero. La música es sonido y el sonido es un efecto físico, el dinamismo de las moléculas del aire que hemos llegado a controlar a través del electromagnetismo, algo que arranca de las propiedades del ámbar –electra en griego–, y el magnetismo de la piedra imán de la región de Magnesia. La química alude al hecho que desde siempre los músicos han ingerido distintos tipos de sustancias, prohibidas o no, para inspirarse. El libro está prácticamente acabado. Solo me falta completar la historia de la electricidad, algo incomprensible hasta hace muy poco. Me falta eso y tiempo, porque ahora, con la celebración de los 50 años del ‘Dioptría’, el proyecto discográfico con la Orchestra Fireluche y ambas giras, voy de cráneo.
Hablando de promoción, ¿cómo fue la presentación de ‘Dioptría’ en la España de 1969?
- Se presentó en Granollers y luego en Barcelona. En Madrid no recuerdo haberlo presentado. En todo caso, el recuerdo que tengo de las presentaciones de ‘Dioptría’ es caótico. Iba muy prepotente, muy lanzado. De hecho, el concierto del Price en Barcelona fue un gran descontrol que me hizo pensar que no estaba lo suficientemente preparado y fue uno de los motivos que hizo que me exilara a Formentera.
Creo que otro motivo para marcharse fue un problema con el casero de la vivienda que habitabas con otros amigos que os denunció porque decía que eráis una comuna. ¿Cómo sucedieron realmente los hechos?
- Fue durante los juicios de Burgos contra ETA. El gobierno decretó un semi estado de excepción y muchas leyes quedaron anuladas. El dueño de la casa, que no veía con buenos ojos el hecho de tener como inquilinos a unos hippies melenudos, aprovechó la ocasión para presentarse con dos furgones de la policía y se nos llevaron a la cárcel, donde pasamos el fin de año. Al salir nos encontramos la casa precintada, así que entramos a robarnos lo imprescindible y nos fugamos a Formentera.
No fue ese el único problema que tuviste con las autoridades. En 1978, muerto ya Franco, el cartel que diseñó para el Canet Roc con una virgen de Filippo Lippi y el lema “Contrita contradictio Virgo inseminanda” [Completada la revisión, vamos a inseminar a la virgen] fue prohibido y estuvo a punto de provocarle graves problemas legales.
- Se reunieron en casa de Santiago Belloch, que era el gobernador civil de Barcelona en ese momento, él, el obispo y creo que también el jefe de la policía para discutir con qué argumentos empapelarme, hasta que entró la mujer del gobernador. Ella les hizo ver que cualquier cosa que hicieran redundaría en mi favor y daría alas a los que estaban de mi parte, además de magnificar un problema que, bien mirado, no tenía tanta importancia porque, aunque en el cartel aparecía una virgen de Filippo Lippi, en realidad la modelo era una monja que se había fugado con él. O sea, que no era tan virgen.
Eres nieto de Carles Riba y Clementina Arderiu, dos grandes poetas en lengua catalana. El catalán es tu lengua, Cataluña es tu tierra, eres aficionado del Barça, ¿cómo has vivido el procés hasta este momento y cómo estás viviendo ahora el juicio?
- Procuro no entrar en política. A ratos me mosquea, a ratos me asquea. Yo voto poesía.
¿Te gustaría que se convocase un referéndum de autodeterminación?
- Referéndum de autodeterminación y referéndum para todo. Estoy a favor del referéndum continuo que nos dé voz en todo. Tema a tema. No solo urnas para votar listas.
Moncho Alpuente me comentó hace unos años que, cuando le encargaron escribir el artículo sobre rock and roll para la enciclopedia Espasa, incluyó en la entrada que ‘Dioptría’ era el mejor disco de la historia del rock español. Enderrock lo eligió como mejor disco catalán de todos los tiempos y hay coleccionistas internacionales que lo incluyen como un disco clave de los 60/70. ¿Eres consciente de la importancia de tu trabajo en la historia de la música?
- Sí. No se me escapa. Y no lo encuentro exagerado: sus intérpretes son músicos excepcionales.
Al hilo de lo anterior, tienes una de las obras musicales más influyentes de la música española/catalana. Además escribes libros, poemas, eres actor… Otros por mucho menos tienen medallas a las Bellas Artes y medallas de Sant Jordi. ¿Te sientes valorado como artista?
- Me siento valorado por mucha gente, aunque comparativamente sea poca, y las instituciones me importan un comino. Como mucho, ahora empiezan a valorar mi “trayectoria”. ¡Que les den!