Que los de Pamplona vuelvan con canciones nuevas siempre es fuente inagotable de alegría. Héroes del underground, libres, hedonistas militantes de lo punk desde la retaguardia, en provincias: para muchos, para muchas el mejor grupo de su generación. Para mí, también. Kokoshca son Amaia Tirapu e Iñaki López (voces, guitarras y letras), Íñigo Andión (bajo) y el batería Álex López y siempre hay una extraña fuerza que nos atrae a ellos.
Charlamos con ellos acerca de su recién estrenado disco ‘El Mal‘ (Sonido Muchacho, 2018), un álbum complejo, rico, denso, lleno de matices, donde coexisten de forma natural distintos géneros. Muy a gusto todo, muy Kokoshca.
- Este es nuestro tercer disco en vinilo y el que más hemos currado. También el que hemos grabado con mejores medios y estamos muy orgullosos de cómo ha quedado. En principio, no teníamos una idea fija de cómo lo queríamos antes de grabarlo, lo fuimos descubriendo al hacerlo; ahora sabemos que tenía que ser como es. Lo de la madurez pues es algo natural. Cada día eres más viejo, tienes más vivencias, historias, datos, visión de la vida…, y todo ello se va plasmando en las canciones.
- ¡Qué bien lo que dices! Es exactamente lo que pensamos, que quizá no sea un disco inmediato pero es el mejor con diferencia.
Mira el disco de Rosalía es un buen “tocho” denso, conceptual y ¡lo está petando! Pero cada vez que te paras a escucharlo, una vez más, descubres algo nuevo y te va gustando más y más. Hay esperanza para la escucha lenta.
- A favor de ir contra el poder siempre, y eso es el punk, ¿no? La gente traga con lo establecido, se deja llevar sin plantearse otra vía y nosotros muchas veces nos vemos muy lejos de lo que la gente quiere. Por lo menos, nos tenemos a nosotros.
- ¡En todo! Hay que probarlo todo, ¿NO? Y en la música también. Siempre hemos sido muy libres, haciendo lo que nos salía sin tener un estilo definido, sin complejos ni miedo a hacer el ridículo. En algunos momentos pensamos que quizá nuestros discos eran una mezcla de cosas sin cierta forma propia, pero justo ahora, con este disco, nos hemos dado cuenta de que esa es en realidad la marca de la casa: tocar todos los palos, mezclar y que suene a Kokoshca a la vez.
- Txomin existió sí, era un personaje de Tafalla. No le conocimos pero sabemos de su historia que nos dio mucha ternura y nos inspiró.
Las letras siempre tienen algo de nosotros, de ciertas vivencias, sentimientos o emociones que luego se trasladan a canciones y que aderezas, claro, con datos, partes inventadas…
- ¡Como que en Madrid las noches no son largas! ¡Jajajaja!
Nosotros lo hemos vivido todo de una manera muy natural. Como que ha coincidido que nosotros, nuestros amigos y conocidos hemos montado grupos y al ser una ciudad pequeña con pocos sitios a los que ir, acabas en los mismos bares (en el bar). Y si encima el que monta el bar también es colega… En realidad, creo que es la historia típica de una ciudad de provincias, y bueno, no olvidemos que Pamplona es famosa en el mundo entero por Los San Fermines: una fiesta que consiste en beber nueve días seguidos… Blanco y en botella.
- Luis estuvo ya muy presente desde antes de ir al estudio a grabar. Nos ayudó mucho con todo el tema de producción de cada canción, por donde queríamos llevarlas… Y también mucho con los sintes (que él es un experto).
Cuando fuimos al estudio nos encerramos una semana en el caserío de Kaki –Garate Studios– en medio del monte. Fue una pasada, con él conectamos desde el minuto uno tanto en lo personal como en lo musical, y aportó muchísimo. Luis vino un par de días también y se creó un ambiente muy especial… Nos dio muchísima pena que acabara.
- ¡Exacto! Luis F. Bayo le prestó el libro a Amaia (que es una fanática de los psicópatas, de las sectas… Y de todo el universo de las mentes perturbadas, ¡jajaja!) y a los días nos mandó la canción compuesta para nosotros. Es todo un honor que nos la compusiera, la verdad.
- Las dos cosas nos encantan. El proceso de crear y de terminar canciones de la nada es muy enriquecedor. Y cuando nos vamos a tocar nos lo pasamos también muy bien, todo es divertido… Ir en la furgo, parar a comer, conocer sitios, gente, estar en el hotel… Somos como cuatro niños de campamento.
En ciertos momentos de nuestras vidas salir de gira nos ha salvado totalmente de problemas personales.
- La última canción del disco se llama ‘El mal’ y resume bastante bien todas las caras del mal del último siglo. La estupidez de la moda, los tratamientos psiquiátricos basados en medicar y medicar, la política que es una conga que se ríe de nosotros…….. en esa canción están las respuestas.
El 25 de enero Kokoshca compartirá cartel con Hidrogenesse en el Escenario Eslava. Y allí estaremos, disfrutando de su directo y de la noche larga. Un concierto al mes de los de Pamplona sería lo suyo. Total.