De los más de 10.257 castillos inventariados en España por la Asociación Española de Amigos de los Castillos (los expertos dicen que hay más de 20.000), 277 se encuentran en Castilla y León (con entrada propia en la Wikipedia y sin contar los recintos amurallados, oiga). Entre ellos, castillos tan impresionantes como el de La Mota, el de Ponferrada, el Alcázar de Segovia, el de Peñafiel, el de Coca o el de Arévalo. Y solo en la provincia de Salamanca, hay 40, entre los que destaca el Castillo del Buen Amor, por su cercanía con la turística ciudad de Salamanca, y porque mezcla a la perfección los ingredientes de la escapada exótica: el confort de un hotel de lujo donde vivir las intrigas palaciegas de un castillo encantado.
La cercanía con Salamanca convierte al Castillo del Buen Amor en un secreto fácil de descubrir. Situado en el km 317,6 de la carretera nacional 630, en un paraje conocido como Villanueva de Cañedo, en el municipio de Topas, la historia de la fortaleza está llena de intrigas desde su origen: los Reyes Católicos lo comienzan a utilizar en el siglo XV (aunque tiene su origen en el siglo XI, con fines estratégicos en la Reconquista) pero es en 1478 cuando Alonso de Fonseca y Quijada, obispo de Ávila, transforma el castillo en una casa palacio señorial para vivir con su amante Doña Teresa de las Cuevas, alejados de las habladurías, dando nombre desde entonces al castillo como Del Buen Amor. Los hijos fueron reconocidos por las Reyes católicos dotando a Gutierre, primogénito de los cuatro que tuvieron, como primer Señor de Villanueva de Cañedo.
El castillo además tiene su propio fantasma, como no podía ser menos. La Dama Blanca, probablemente Doña Teresa de las Cuevas, dice la leyenda vaga por sus pasillos laberínticos e incluso en recpeción se reciben llamadas de habitaciones desocupadas. Habladurías, que dan más morbo a la estancia en el hotel, pero no pasan de ahí.
Porque la estancia en este hotel medieval es una experiencia que hay que vivir. Tras siglos de abandono, la familia Fernández de Trocóniz lo adquiere en 1958. Comienza su restauración para ir más allá de su esplendor original.
Restaurado en 2003, el castillo acoge en sus cuatro plantas 44 habitaciones, cinco de ellas suites, entre su claustro (¡impresionante!), torreones, fosos, pasillos medievales y espacios abovedados. Con el confort de un cuatro estrellas y la sensación de la corte medieval. Entre sus habitaciones, la fortificación cuenta además con seis salones, entre los que destacan el de La Nobleza, el más señorial, con su chimenea mudéjar del siglo XV y el artesonado decorado con los escudos; la Biblioteca o el salón del Homenaje cuyos muros de hasta 5 metros de espesor impresionan al visitante. Un cuidado restaurante y bar además, permiten las visitas diurnas a los viajeros.
No solo el interior del Castillo del Buen Amor es sorprendente. Junto a una impresionante piscina en uno de sus fosos, los alrededores del castillo cuentan con un viñedo de siete hectáreas donde elaboran sus propios vinos (La venganza, Montelvira, CBA) con variedades de tempranillo, pinot noir, syrah y sauvignon blanc. Y una de las joyas de este chateau castellano es su laberinto vegetal de setos en mitad de sus jardines.
El Castillo del Buen Amor es así el lugar perfecto para culminar una visita a Salamanca, descansar entre sus muros medioevales con comodidad, y comer y beber la alta gastronomía castellana.
CASTILLO DEL BUEN AMOR
- Dónde: km 317,6 de la carretera nacional 630. Villanueva de Cañedo, Topas (Salamanca). Ver mapa
- Cuándo: cualquier época del año. Su piscina y chimeneas te protegerán del calor y del frío.
- Precios: de 81 a 231 € (precio por habitaciones/día).
- Más información: www.buenamor.net