Hace unas semanas, Martin Scorsese recogía en Oviedo el Premio Princesa de Asturias de las Artes. El jurado justificó el galardón afirmando que el realizador estadounidense es «uno de los directores de cine más destacados del movimiento de renovación cinematográfica surgido en los años setenta del siglo XX. Ha dirigido más de una veintena de películas que ya forman parte de la historia del cine y se mantiene actualmente en plena actividad, aunando en su obra, con maestría, innovación y clasicismo». También se destacaba su «intensa y amplia tarea de recuperación, restauración y difusión del patrimonio cinematográfico histórico en todo el mundo, a través de proyectos como The Film Foundation y World Cinema Project».
A todos esos méritos, Scorsese suma otro más que pasó desapercibido al jurado: haber sido inspirador de uno de los tebeos sobre la mafia neoyorquina más adictivos de los editados el pasado año. Su título: ‘El método Gemini‘; su autor, Magius, pseudónimo del ilustrador murciano Diego Corbalán.
«En el fondo lo que yo quería hacer era una película de gángsters. Mis referentes proceden más del mundo del cine, de películas de Scorsese o de Tornatore que, en algunos de sus trabajos, incluye rituales de iniciación en la mafia, como pactos de sangre. Si hago cómic es porque el cine no solo cuesta mucho dinero, sino que tienes que ponerte en contacto con un montón de personas que a mí me resulta imposible».
‘El método Gemini’ cuenta la historia de Mike Dioguardi, un muchacho italoamericano que, aprovechando que su apellido es el mismo que el del mafioso John Dioguardi, se inventa un falso parentesco para comenzar a hacer negocios por su cuenta. Gracias a su espíritu emprendedor, Dioguardi no tardará en ascender socialmente y abandonar la carnicería en la que trabaja para incorporarse a un banco, desde el que blanqueará el dinero de varias familias mafiosas de la Gran Manzana. Aceptado finalmente dentro de la «onorata societá», el joven Mike pondrá en marcha el Gemini Lounge, un negocio que servirá de pantalla a sus actividades delictivas y en el que trocea los cadáveres de los rivales, demostrando así su destreza como carnicero.
Hasta aquí, nada diferenciaría ‘El método Gemini’ de una historia de mafiosos convencional, sin embargo, Magius dota al conjunto de un ritmo, una estética y unas decisiones creativas realmente sorprendentes. Por ejemplo, el uso de colores primarios, las referencias al cómic underground de los setenta o que los mafiosos hablen en murciano.
“A la hora de hacer un cómic, hay cosas que las sacas de las películas, otras de los libros y otras surgen de tus propias conclusiones. Es un hecho que en los bajos fondos la gente no habla correctamente. Eso ya se ve en, por ejemplo, las películas de quinquis, en las que se expresan mal para acentuar las diferencias entre los personajes. En Murcia es cierto que hablamos un español más dejado, un español más, entre comillas, mal hablado. Así que decidí que los personajes utilizasen expresiones murcianas”.
Las aportaciones españolas a ‘El método Gemini’ no se limitan únicamente a que los mafiosos empleen expresiones como «acho» o «pijo». A la hora de explicar el origen de las tres ramas de la mafia italiana, por ejemplo, Magius se remonta a la Sevilla del Siglo de Oro y lo hace con tal convicción que, como diría uno de sus personajes, «se non è vero, è ben trovato»
«Hay una leyenda calabresa que habla del origen de las tres mafias italianas. Según esa leyenda tres caballeros españoles mataron a un noble español porque había abusado de una de sus hermanas y huyeron a Sicilia. Allí hicieron las reglas de la mafia y se separaron. Uno se fue a Nápoles, otro se fue a Calabria y otro se quedó en Sicilia. Tiene su lógica porque los tres eran territorios de la corona española, pero yo lo llevé más allá y, después de leer ‘Rinconete y Cortadillo’, en el que aparece Monipodio y una sociedad de ladrones, decidí que esos tres caballeros eran originarios de Sevilla y que fue allí donde surgió la mafia, cosa que, por otra parte, también tiene sentido».
Antes de convertirse en una novela gráfica, ‘El método Gemini’ fue el proyecto de fin de carrera de Magius en la disciplina de Diseño Gráfico. Sus profesores la calificaron con un ocho, una pobre valoración que contrasta con la buena acogida que ha tenido por parte de Autsaider Cómics, editorial que la ha publicado, y de los lectores, entre los que se encuentra el propio Martí Riera, mítico dibujante barcelonés autor de uno de los cómics españoles más influyentes de los 80: ‘Taxista’.
«Me sorprendió mucho el comentario elogioso de Riera. Yo había leído ‘Taxista’ hace mucho tiempo y luego le conocí en Barcelona. Nunca hubiera pensado que iba a llegar a ser amigo suyo. Por lo demás, las primeras páginas, esas en las que se explica la vida del personaje, cómo le pegan en el colegio y cómo decide hacerse mafioso porque ve a los gángsters en las portadas de las novelas pulp, son las que formaban parte del primer proyecto. Esas fueron las que me costaron más porque sabía qué quería hacer pero no acababa de encontrar cómo. Sin embargo, las últimas 75 las hice en dos meses y medio. Sinceramente, para mí son las mejores».