“Y te lo digo otra vez
Que yo quisiera ser un pez
Y respiraaaaaar… en la botella de MG”
Pocas marcas de ginebra puede presumir de tener una canción compuesta en su honor. Es el caso de la ginebra MG y la canción ‘El Pez’, uno de los hits del único disco, ‘A secas’, que grabaron a finales de los 80 esos efímeros e —injustamente— ignotos ases del pub rock madrileño llamados Los Sobrios.
Es lo que pasa cuando formas parte del imaginario colectivo de un país. La ginebra MG, una de las primeras ginebras españolas, nació hace casi 80 años. Aunque las siglas que componen su nombre bien pudieran ocultar las expresiones “Muy Gustosa” o “Mezclas Gloriosas”, el protagonismo nominal recae sobre Manuel Giró, miembro de la familia propietaria de la empresa licorera (fundada en 1835), quien, en 1940, creó la receta de Gin MG a partir de alcohol de cereales y bayas de enebro recogidas a mano en campos propios y siguiendo el método tradicional London Dry Gin en alambique de cobre. Desde entonces, la Gin MG ha sido una de las favoritas de España.
Recientemente, y al calor del boom de las ginebras, la empresa ha recuperado la receta original, cambiando su graduación actual de los 37,5 grados a los 40 iniciales, lo que siempre es una buena noticia. Organolépticamente, este aumento supone el punto perfecto de alcohol para conseguir una ginebra extra seca y equilibrada. Para acompañar esta vuelta a los orígenes, MG le ha metido también mano a la botella. La nueva es una preciosidad de aire retro —sus las letras en relieve recuerdan a los viejos frascos de farmacia— en cuya etiqueta se reproduce la firma del maestro Manuel Giró, al fin y al cabo el culpable de todo.