Películas que, de un modo u otro, han influido en ‘Stranger Things’ y que podrás ver de nuevo o descubrir por primera vez para entender de primera mano el olorcillo a videoclub, el sabor del refresquito servido en botella de cristal en el interior del cine y el espíritu que ha empujado al último éxito de Netflix.
‘Fuego en el cielo’
(Robert Lieberman, 1993)
Basada en hechos reales. Travies Walton era un tranquilo leñador de Arizona que, en 1975, fue abducido por unos extraterrestres. Lejos de los relatos de amor y fraternidad de algunas experiencias relatadas por otros abducidos Travies contaba en su libro ‘Fire in the sky, the Walton Experience’ que los malvados alienígenas le habían sometido a experimentos médicos y a tortura psicológica. En plan cobaya humana, vamos. La película dejó traumados a sus espectadores que comenzaban a sudar como gorrinos al escuchar las palabras ‘sonda anal extraterrestre’.
‘Millenium’
(Michael Anderson,1989)
Bill Smith (Kris Kristofferson) es un inspector que investiga un accidente aéreo. Lo que, en un principio, es solo una tragedia se va transformando en un caso de mucho intríngulis conspirativo ya que Bill comienza a sospechar que los pasajeros no han fallecido si no que han sido, de algún modo inexplicable, sacados del vuelo antes de que el avión llegara a estrellarse. ‘Millenium’ fue un discreto éxito de videoclub de comienzos de los 90. Una de esas películas que funcionaron muy bien entre los clientes gracias al ‘boca a boca’ y que pasaron de reproductor en reproductor pese al bajo presupuesto y al aspecto un poco cutre.
‘D.A.R.Y.L’
(Simon Wincer, 1985)
Exitazo del cine juvenil de los 80 gracias, seguramente, al éxito de ‘E.T., el extraterrestre’ que nos unió un poco más a las civilizaciones que habitan más allá de nuestro Sistema Solar. En este caso la cosa va de un matrimonio sin hijos que acoge en su casa a un niño que ha aparecido perdido, y con insomnio, en una carretera del estado de Virginia. El chiquillo es un encanto pero la cosa comienza a complicarse cuando su familia adoptiva, y todo el vecindario, descubren que el recién llegado desarrolla habilidades especiales que dejan a todos con la boca abierta. Si a estas alturas de la lectura no has intuido que D.A.R.Y.L. es una de las influencias directas de ‘Stranger Things’ no vamos a decir más.
‘Exploradores’
(Joe Dante, 1985)
Esta película no es solo icónica por reunir a Ethan Hawke y River Phoenix, apenas unos niños, en su reparto o por estar dirigida por uno de los mejores directores de la historia. Lo es también por ser un cuento de unos empollones castigados por el bullying que se empeñan en construir una nave espacial para surcar la galaxia. Una película de chiquillos que, con el tiempo, va ganando en entrañabilidad (¡chúpate esa RAE!) y en calidad. Los coleccionistas, que los hay, se zurran por las carátulas de VHS y Betamax que la distribuidora Columbia sacó a los videoclubes y que reproducían la nave espacial en relieve. Hay pocas porque el material era un plástico quebradizo horrible. En fin, no les contaremos nada de la sinopsis de la cinta porque sería reventársela innecesariamente pero les recomendamos encarecidamente el visionado.
‘Starfighter, la aventura comienza’
(Nick Castle, 1984)
Alex Rogan (Lance Guest) es un adolescente que vive en un camping de caravanas y está un poco flipado con una máquina de marcianitos llamada ‘Starfighter’. Lo que no sabe es que el aparato es, en realidad, una sibilina forma de reclutar pilotos para unirse a una batalla interestelar contra las fuerzas malvadas del universo. Sí, una flipada. Pero una flipada tierna, con un personaje don nadie que se convierte en pieza indispensable para que sigamos disfrutando de nuestra vida en la Tierra. La película tuvo un rápido paso por salas comerciales que, a esas alturas, estaban atestadas de títulos de marcianos pero lo hizo con gran éxito convirtiéndose en un nuevo éxito con la llegada del vídeo casero. Desgraciadamente no suele aparecer en los listados de películas de los 80 pese a su calidad.
‘Starman’
(John Carpenter, 1984)
Una de las incursiones en el cine comercial y de alto presupuesto del genio de John Carpenter que aparcó su combativo discurso (aunque los poderes fácticos, como pasa habitualmente en las películas de este director, no quedan bien parados) para acomodar su enorme talento a la historia de un extraterrestre si nombre (Jeff Bridges) que adopta la figura humana del recién fallecido marido de una mujer llamada Jenny Hayden (Karen Allen) y cuya misión es contactar con los humanos como respuesta al mensaje lanzado por la humanidad a través del satélite Voyager II. Por problemas con la traducción resulta que la presencia del simpático alien es tomada como una amenaza y se desata una caza del hombre (del espacio) que desembocará en romance intergaláctico entre él y la joven viuda terráquea. Una historia con mucha emoción y finísima factura, un ochentazo con mucha enjundia y mensaje, que tuvo versión televisiva: la serie ‘Starman’. 22 episodios donde el extraterrestre fue interpretado por el actor Robert Hays, famoso por encarnar a Ted Stryker, el piloto protagonista de las dos películas de ‘Aterriza como puedas’.
‘Mi amigo Mac’
(Stewart Rafill, 1988)
Producción dirigida, de manera descarada, a la menos glamurosa e interesante temporada de estrenos de verano –algo habitual en ese momento- que, sin embargo, encontró gran éxito de público. La cosa va de un niño parapléjico llamado Eric (Jade Calegory) que se encuentra con un extraterrestre –un niño como él- al que bautiza como MAC (acrónimo de Mysterious Alien Creature, misteriosa criatura alienígena) y al que tiene que ayudar a reunirse con su familia y regresar a su planeta. ‘Mi amigo Mac’ es una de las referencias principales de la entrañable ‘Paul’ (Gregg Mottola, 2011) y una de las referencias sentimentales de cualquiera que tuviera entre siete y quince años en 1988. El bicho es un poco cantoso, los efectos especiales no son de campanillas y la historia no es muy original pero, eh, ¡La emoción! ¡Quédate con la emoción!
‘El vuelo del navegante’
(Randal Kleiser, 1986)
Una de esas historias que, ahora sería difícilmente, producida para un público infantil por lo peliagudo de la sinopsis: En 1978 David Freeman (Joey Cramer) está jugando con su hermano cuando tropieza, se da un golpe y queda inconsciente. Al despertar se entera de que su familia se ha mudado, de que el mundo ha cambiado y de que ha estado inconsciente (¿O cómo?) durante ocho años pese a que para él no han pasado más que unos instantes. El muchacho comenzará a buscar a su familia y el ejército querrá darle caza porque sabe o intuye que ya sido abducido por los extraterrestres. Otra serie B juvenil que se convirtió en un exitazo porque antes el personal se preocupaba mucho menos por el cantazo de los FX que ahora.
‘Cherry 2000′
(Steve de Jarnatt, 1987)
El mismo año en el que se estrenó ‘Robocop’ (Paul Verhoeven) se estrenó esta otra sátira a medio camino entre ‘Tank Girl’, el cómic, y ‘Mad Max’, la película. En un futuro muy lejano, en realidad para nosotros es nuestro presente ya que la película se desarrolla en 2017, el mundo se compone de megaciudades rodeadas de grandes llanuras desérticas donde los hombres pueden adquirir robots femeninos llamados ‘Cherry 2000’. Cuando se rompen, como le pasa a Sam Treadwell (David Andrews), no tienen más remedio que acudir a cazarrecompensas para que les ayuden a reemplazar al viejo modelo. En este caso el papel de heroína recayó en Melanie Griffith. Película raruna pero muy divertida, con todos los componentes de las películas que se toman así mismas un poco a chufla.
‘La Mosca’
(David Cronenberg, 1986)
El hecho de que Cronenberg dirigiera este remake de la película homónima de 1958 dirigida por Kurt Neumann disponiendo de un holgado presupuesto y con dos estrellas del momento como Geena Davis y Jeff Goldblum hizo que muchos afilaran los colmillos antes de tiempo y que se lanzaran a gritar el consabido “¡Te has vuelto comercial!”. Por suerte para todos Cronenberg, si bien resultaba más contenido que en anteriores ocasiones, no rechazó las escenas chungas protagonizadas por un científico, Seth Brundle (Jeff Goldblum), que accidentalmente mezcla su ADN con el de una mosca común cuando experimenta con dos cabinas de teletransporte. Su novia, a la que da vida Geena Davis, será la primera en sufrir las ventajas y desventajas de tener a un novio mutante. Una historia clásica que se convirtió en una feliz película de chillidos y diversión a raudales que, incluso, tuvo una segunda parte protagonizada por Eric Stolz , haciendo del hijo de Brundle, y la por entonces estrella juvenil Daphne Zuniga.