Mi plan ideal de vacaciones es pasar un mes en un convento para pensar, leer, escribir, rezar y llorar. Un mes sin selfies. Un mes sin Internet. No se me ocurre nada más provocador y feminista que esto. Hay que recordar que la sororidad entre mujeres existe en nuestra sociedad desde hace siglos gracias a las comunidades religiosas. Y Santa Teresa de Jesús fue nuestra primera Barbijaputa.
Nunca imaginé que en el año 2017 lo punk y underground sería ir a misa o a los toros o votar al PP. Hemos caído en una corrección política tan rancia que ni Martes y 13 podrían existir hoy. La posvergüenza reina en todas las redes sociales y la autocensura está a la orden del día, no vaya a ser que alguien te llame facha sin ser tú nada de eso. En Twitter o en la barra del bar. La misma que, por desgracia, se ha instalado en el Congreso de los Diputados.
He hecho muchas cosas en 32 años: He besado a chicos guapísimos y con pelazo. He visto Londres, París, Nueva York y el Nuevo Mundo. Me ha dado un estendalazo en Florencia. He trabajado con Urdaci y con Terelu. He moderado los foros del As. He hecho reír a Aznar y he hecho llorar a Gallardón. He sido tuitstar. Ahora ya sólo queda meterme a monja. Por molestar.
[ FOTOGRAFÍA: aNdrzej cH. ]