Cada verano el majestuoso Royal Albert Hall se desajusta un poco la corbata para recibir a los miles de asistentes del festival de música clásica más popular de Londres, los Proms.
El nombre del festival hace referencia a los espectadores más informales, los prommers, que por un precio muy reducido (hay entradas desde seis libras) pueden disfrutar de los conciertos del ciclo en las galerías y en la arena del recinto, donde no hay asientos. 80 conciertos en 70 días con prácticamente las 6.000 localidades de este recinto agotadas en cada uno de ellos hacen de este evento la prueba de que la música clásica no es un terreno exclusivo de la élite cultural.
Los Proms son un acontecimiento tanto para el público como para los músicos que consideran la invitación a participar en sus diferentes ediciones como un hito en sus carreras. Este año han pasado por los Proms intérpretes tan destacados como Joshua Bell o Anne-Marie Mutter, directores consagrados como Daniel Baremboin y Charles Dutoit, y agrupaciones como la Royal Philarmonic Orchestra y el Orfeón Catalán.
La clave del éxito de los Proms está en combinar una programación llena de reconocidas obras clásicas con propuestas novedosas que tienen más dificultades para encontrar espacios para su representación, y en el ambiente festivo que impregna todo el evento y que llega a su máxima expresión la noche de su clausura. El 9 de septiembre los Proms se despedirán con la celebración de la ‘Última Noche’ en la que las normas de protocolo saltarán por los aires con un auditorio engalanado con disfraces y que canta al ritmo de la orquesta.
A falta de una tradición de tal magnitud en nuestro país que acerque la música clásica a un público más heterogéneo, aunque puedas conseguir localidades en el Auditorio Nacional de Madrid por precios muy reducidos, proponemos a continuación cinco formas de perderle el miedo a este género musical tan innecesariamente encorsetado. Cine, literatura, series, radio y, por supuesto, conciertos, para que empieces a mirar a Mozart como la ‘rockstar’ que fue en su época y no como a tu aburrido profesor de solfeo.
Un libro: ‘Instrumental’ de James Rhodes
Además de una durísima autobiografía, ‘Instrumental‘ es una carta abierta de amor a la música clásica y una perfecta introducción para los que alguna vez hayan sentido curiosidad por ella. Tanto la playlist de Spotify que acompaña al libro como los prólogos a cada capítulo, recogen una selección de obras maestras de diferentes épocas que sirven al oyente inexperto para orientarse en la inmensidad de este género musical. De hecho su autor, James Rhodes es, ante todo, un embajador de la música clásica que está lidiando una batalla por liberarla de su olor a naftalina. Sus conciertos son accesibles y divertidos porque James habla con el público, les hace reír y emocionarse con los relatos sobre las piezas que interpreta y obvia las etiquetas de vestuario y demás formalidades.
Una serie: ‘Mozart in the Jungle’
Si cuando piensas en un músico de orquesta te imaginas a un friki antisocial es que no has visto esta serie de Amazon Studios inspirada en el libro ‘Mozart in the Jungle: Sex, Drugs, and Classical Music’. En ella Gael García Bernal da vida a un excéntrico director de orquesta (una suerte de Gustavo Dudamel) contratado por la Filarmónica de Nueva York que pondrá patas arriba la vida profesional y personal de los componentes de la orquesta. Pasiones, celos, intrigas y una música tan genial que te olvidarás de que es clásica. (Atención a la bellísima sintonía de cabecera, una versión de ‘Listztomania’ de Phoenix arreglada e interpretada por Roger Neill.)
Un concierto: bandas sonoras de cine
Una entrada sencilla en los grandes recintos de la música sinfónica es a través de los conciertos dedicados a las bandas sonoras de películas que todos sabemos tararear. Tan popular se ha convertido la fórmula que hasta se han creado orquestas exclusivas para este tipo de conciertos, como la Film Symphony Orquestra o la Cinema Symphony Orchestra. Pero también las más reputadas, como la Orquesta y Coro Nacionales de España y la Orquesta Clásica Santa Cecilia, se han apuntado a interpretar los grandes éxitos del cine. Entre los habituales nunca faltan las composiciones de John Williams para ‘La Guerra de las Galaxias’, ‘Tiburón’, ‘E.T.’, ‘Indiana Jones’, ‘Parque Jurásico’ o ‘Harry Potter’.
Una película: ‘Amadeus’
La película de Milos Forman se ha convertido en un film de culto en parte gracias a los ocho Óscars que consiguió tras su estreno en 1984, entre ellos el de Mejor Película y el de Mejor Dirección. La trama de ‘Amadeus’ utiliza la supuesta rivalidad entre dos grandes compositores, el beato Salieri y el libertino Mozart, para trazar un retrato del mayor genio que la música ha dado en su historia. No hay que entender a ‘Amadeus’ como una película biográfica (su guión no tiene fundamento histórico) sino como una joya cinematográfica de la que disfrutar independientemente de nuestros conocimientos musicales.
Un programa de radio: ‘La música que nos inspira’
Eliana Cabrera es una musicóloga que, a través de sus selecciones de piezas de cámara y orquesta, acerca la música clásica (y no tan clásica) de una forma didáctica y entretenida a sus oyentes. Los programas de ‘La música que nos inspira’ desgranan anécdotas, cuentan las vidas y el contexto histórico de compositores e intérpretes y explican las formas en las que se construye una obra musical. En RNE cada sábado de 12 a 13 horas y en su web para que puedas descargar los programas y escucharlos cuando quieras.