Llega la segunda entrega de la mejores películas veraniegas que se pueden disfrutar después de la piscina, o la playa, por la noche al lado del camping gas en la acampada o durante la larga y agobiante siesta.
11. ‘Funny games’ (Michael Haneke, 1997)
Una pareja desembarca, como todos los veranos, en su segunda residencia y son visitados por un par de adolescentes, vestidos de blanco, que dicen que pasan a saludar. Lo que pasa a continuación, no queremos hacerles spoilers, construye una narración que pone al espectador en diversas situaciones como intentar no echar la pota, no morir de pánico, no volver por el apartamento de la playa…un juego retorcido en el que Haneke, que se ha convertido en un especialista de la provocación física y psíquica, juega en todo momento con lo mejor de los espectadores para que aflore lo peor de todos ellos. Se permitió el lujo de rodar una versión norteamericana de la película que era una copia “plano a plano” por el simple placer de demostrar que las películas eran trances irrepetibles.
12.’Krámpack’ (Cesc Gay, 2000)
Dani (Fernando Ramallo) y Nico (Jordi Vilches) pasan el verano juntos en un pueblo de la costa. Su amistad, forjada en la infancia, ha unido a los dos en la adolescencia pese a que tienen un carácter completamente diferente. Ese verano las cosas cambiarán cuando conozcan a dos chicas y se haga evidente que los sentimientos de ambos están tomando caminos diferentes. ‘Kràmpack’, la palabra secreta que comparten Nico y Dani, es el título de esta adaptación del texto teatral de Jordi Sánchez (conocido a nivel nacional por su papel de Antonio Recio en ‘La que se avecina’) que estrenó junto a Joel Joan –su pareja teatral y televisiva en la serie ‘Plats Bruts’-, Mònica Glaenzel (que también era parte de ‘Plats Bruts’) y Karim Alami. La frase promocional de la película (“¿nos hacemos un kràmpack?”) formó, fugazmente, parte del vocabulario de la modernidad allá por el comienzo de siglo que aplaudió a rabiar esta película tierna y agridulce.
13.’Haz lo que debas’ (Spike Lee, 1989)
El calor sofocante de un día de verano en Brooklyn parece sacar lo peor de los vecinos. Los italianos de la pizzería, los viejos afroamericanos sentados en la calle, la familia coreana que ha reabierto la tienda del barrio, los puertorriqueños que se quedan bajo la sombra de los edificios escuchando salsa mientras Radio Raheem atraviesa el barrio con su enorme radiocassette que escupe el ‘Fight the Power’ de Public Enemy y solo se detiene para explicarle a Mookie (Spike Lee) cómo funciona la maquinaria del odio y el amor en una de las secuencias épicas (Homenaje a ‘La noche del cazador’) de la película. ‘Haz lo que debas’ es una película coral que se ha convertido en un icono del cine internacional por su despliegue de energía, una energía que aún dura y que sigue vigente pese a que la película ha cumplido 18 años.
14. ‘American Graffiti’ (George Lucas, 1973)
Llega septiembre y los adolescentes de Modesto (California) agotan sus últimas horas antes de entrar en la edad adulta. Al día siguiente unos se marcharán a la universidad, otros se incorporarán a filas y otros cuantos comenzarán a trabajar. El resultado es un clásico de reparto coral con el que Lucas se quitó a dentelladas el fracaso de ‘THX 1138’ (1969) y la etiqueta de director experimental. Un fresco americano sobre las últimas bocanadas de la América del bienestar y el ‘American way of life’ y sus primeros pasos hacia la contracultura, una explicación (mejor que buena) sobre el sentimiento de toda una generación.
15. ‘¿Quién puede matar a un niño?’ (Narciso Ibáñez Serrador, 1976)
Aunque Ibañez Serrador alcanzó la gloria con el concurso ‘1,2,3 ¡Responda otra vez!’ , lo cierto es que su fama viene de la serie ‘Historias para no dormir’ que puede ser considerada nuestra particular ‘En los límites de la realidad’: un puñado de buenísimas historias de terror autoconclusivas que aterrorizaron a un país entero. En ‘¿Quién puede matar a un niño?’ viajamos hasta la isla de Tabarca con Evelyn (Prunella Ransome) y Tom (Lewis Flander), una pareja de turistas, que la encuentran deshabitada. O eso creen. Pronto descubren que los únicos habitantes del lugar son los niños pero…¿Dónde están los adultos? Nosotros sí lo sabemos pero no les vamos a estropear la sorpresa e impedirles disfrutar de una de las películas más crueles y oscuras del cine internacional.
16.‘El cálido verano del Sr. Rodríguez’ (Pedro Lazaga, 1965)
Cuando llegaba el verano las familias urbanitas partían hacia el descanso estival mientras el cabeza de familia se quedaba en casa, trabajando. El hombre, el que vive en la España de Franco, es un inútil que no sabe cocinar, barrer o lavarse la ropa y esta trágica minusvalía sirvió a Lazaga para crear al primer Señor Rodríguez que fue interpretado por José Luis López Vázquez. Sí, la expresión ‘estar de Rodríguez’ viene de esta película en la que veremos las aventuras de un padre de familia expuesto a las tentaciones de la capital de España semidesierta y a todos los peligros como encontrar una cafetería donde cenar y no morirse de hambre. Una buena cinta para saber como éramos.
17. ‘Adventureland’ (Gregg Mottola, 2009)
James (Jesse Eisenberg) sueña con viajar a Europa pero como no tiene un duro tiene que aceptar un empleo en un parque de atracciones muy casposo. Lo que deberían de haber sido unos meses de verano lamentables se convierten en una experiencia única cuando traba amistad con Paulette (Kristen Stewart) que, como siempre, tiene las cosas más claras que él y le ayudará a entrar de pleno en la madurez (mental). Una película entretenidísima para estos días, y para cualquier estación del año, que cuenta con una banda sonora original compuesta por los míticos ‘Yo la tengo’.
18. ‘El nadador’ (Frank Perry y Sidney Pollack, 1968)
Ned Merrill (Burt Lancaster) es un cincuentón que, todos los veranos, recorre el condado de California en el que vive para darse un baño en las piscinas de sus amigos. ‘El nadador’ es una de esas películas sobre la forma en la que el ser humano afronta la llegada de la madurez anterior a la vejez y esas cosas. Una película catártica para 1968 y que, ahora, aún se ve con la congoja con la que se disfruta de ‘El crepúsculo de los dioses’ (Billy Wilder, 1950) o ‘Dulce pájaro de juventud‘ (Richard Brooks, 1962). Una obra maestra contenida de una belleza singular y de una extraña rareza.
19.‘Pauline en la playa’ (Éric Rohmer, 1983)
Pauline (Amanda Langlet) se va a pasar las vacaciones con su prima Marion (Arielle Dombasle) a Normandía y ambas viven y tienen romances y todo se desarrolla con la elegancia y la pausa de todo lo que ha tocado en su vida Rohmer, uno de los pocos directores capaces de convertir lo cotidiano en un sentido homenaje a la vida. En la fotografía estuvo el grandísimo Nestor Almendros que supo darle a la historia sentido desde la luz, un poco mortecina, de esa zona de Francia. Por cierto, es la tercera de la entrega de la saga de películas bautizada por Rohmer como ‘Comedia y proverbios’ a la que pertenecen ‘La mujer del aviador‘ (1981), ‘La buena boda’ (1982), ‘Pauline en la playa‘ (1983), ‘Las noches de la luna llena‘ (1984), ‘El rayo verde‘ (1986) y ‘El amigo de mi amiga‘ (1987). Todas muy recomendables, por cierto.
20. ‘Admiradora secreta’ (David Greenwalt, 1985)
Toni (Lori Loughlin) está enamorada de su amigo Michael (C. Thomas Howell) pero tiene miedo de que una declaración de amor comprometa su amistad y, sobre todo, porque sabe que su amigo está enamorado de Deborah Ann (Kelly Preston) que es la chica más popular del instituto. Por diversos enredos Deborah Ann se acaba fijando en Michael y… tendrán que verla para saber qué locos enredos amorosos les esperan en esta suerte de versión de Cyrano de Bergerac con adolescentes americanos. ‘Admiradora secreta‘ fue un ochentazo en toda regla que, en nuestro país, tuvo un enorme éxito (con spot en televisión incluido) en cine y luego fue un gran éxito de videoclub. Si tienen ustedes familiares que vivieran a tope aquella época se matarán por verla con ustedes.