El cine de miedo goza de una salud terroríficamente buena. Más allá de chistes malos, esta selección de películas tiene dos cosas en común: son películas recientes (la más antigua es de 2014) y con todas ellas te vas a hacer caquitas de puro miedo. Palabrita del niño Jesús.
‘Corki Dancigú’ / ‘The Lure’, de Agnieszka Smoczynska (2015)
Si alguien nos hubiera dicho que en Polonia se iba a rodar un musical sobre la vida de dos hermanas que se ganan los duros en una discoteca de la Varsovia de los años 80 podríamos haber pensado que, bueno, que vale, que era factible. Lo que nadie se hubiera creído es que el cine polaco iba a parir el mejor musical del año pasado que va sobre dos hermanas que son sirenas antropófagas y, antes de dirigir sus pasos a América, deciden convertirse en estrellas del pop polaco pre-caida del Telón de Acero. Sí, esa es la loca propuesta de la directora Agnieszka Smoczynska, una debutante que se arriesgó a dirigir esta película protagonizada por las actrices, también desconocidas, Michalina Olszanska y Marta Mazurek que dan vida a las dos sirenas llamadas “plata” y “oro”. Una chaladura deliciosa con un par de números musicales notables que, además, regala imágenes de mal rollo y transmite una atmósfera que está a medio camino entre Aki Kaurismäki y F.W. Murnau y cuyo final, por atmósfera, parece arrancada de”El tiempo de los gitanos” de Emir Kusturica. ¿Creíste que “La La Land” era lo mejor que se podía hacer usando cante y baile? Pues te equivocas. Tenemos pocas posibilidades de que esta película se estrene en nuestro país y tendremos que encomendarnos a que Netflix, HBO o Movistar TV se compadezcan de nuestras ansias cinéfilas.
`Tusk’, de Kevin Smith (2014)
Hace mucho tiempo que Kevin Smith saltó definitivamente la frontera que divide al director y al cinéfilo o al analista de la cultura popular. Sus películas, desde hace tiempo, ya son celebraciones de su propio universo (el que naciera con ‘Clerks’) y un cruce de caminos de referencias cinéfilas y comiqueras de toda índole. ‘Tusk’ es el resultado de uno de esos experimentos que solo los más avezados investigadores de los géneros cinematográficos puede llevar a cabo: la idea principal es que fuera un experimento, que se le fueran uniendo elementos de género y chaladuras de aquí y de allá para convertir el monstruo en un argumento que pudiera rodarse. La cosa va sobre Wallace Bryton (Justin Long), un podcaster que viaja a Canadá para entrevistar a un tipo, “Kill Bill Kid”, que se ha hecho famoso con un vídeo viral en el que se veía como se cortaba una pierna. Por desgracia para él se encuentra con Howard Howe (el recientemente fallecido Michael Parks) que le ofrece visitar su casa y contarle la mejor historia que podrá contar en su programa. Lo que Wallace desconoce es que Howard es un chalado que tiene un loco plan para convertirlo en una morsa.
La cosa resulta tan chalada que, a veces, saltamos de la comedia de situación, al género absurdo y volvemos al género de terror. Una película en forma de tren de la bruja, bajonera como pocas pese al cariz irónico que quiso darle Kevin Smith que se estrelló en la taquilla con esta peli de bajo presupuesto que consiguió rodar en solo dos semanas. Si lo tuyo es el terror y la falta de prejuicios y quieres pasar un buen-mal rato esta es tu película.
‘The Eyes Of My Mother’, de Nicolas Pesce (2016)
Ópera prima de este director norteamericano. Rodada en blanco y negro y en el norte de Portugal. Por cierto, al más puro estilo de la serie B: Intentando que te olvides todo el tiempo de que no está rodada en USA La cosa va de Francisca (Kika Magalhaes) que vive junto a su padre y su madre, que son muy religiosos y muy de campo, en una granja perdida. La madre de Francisca la ha enseñado a hacer todas las labores del sector agropecuario, entre ellos, a curar a los animales. Aislada de la realidad, la familia recibe la visita de un visitante desconocido que acaba matando a su madre. Francisca consigue reducir al criminal y, como no tiene amiguitos, su padre y él deciden limpiar los restos del crimen y que el chalado se quede permanentemente en la casa tomando todas las medidas oportunas para que no pueda escaparse.
Nicolas Pesce ha dirigido una de las películas más escalofriantes del año pasado, escalofriante al nivel en el que usamos ese adjetivo para definir películas de Haneke como ‘Funny Games’ o ‘La cinta blanca’ de las que esta película es heredera directa. La frialdad y la suciedad de la historia conviven en un equilibrio criminal con la dolorosa y violenta violencia de la protagonista que, en definitiva, solo quiere alguien con quien ver la televisión. Una versión estilizada de las familias zumbadas de ‘La matanza de Texas’ o ‘Las colinas tienen ojos’ pasado por las formas del cine independiente que han dado como resultado una película escalofriante y casi muda.
‘Pyscho Raman / Ragman Raghav 2.0′, de Anurag Kashyap (2016)
Todo el mundo sabe que la producción india de cine es enorme y del éxito que tienen las producciones de dicho país dentro de sus fronteras al que se ha unido, cosas de la globalización, el interés de Occidente por un cine que, tradicionalmente, tenemos en mente como especializado en películas con grandes números musicales que se entrelazan en almibaradas historias de amor. Sí, el espíritu de Bollywood. Pues nos equivocamos, claro está. El número de películas que se producen en India es tan inmenso, necesario para alimentar un mercado de millones de personas que la mayoría de las veces solo consumen cine nacional (¡Aprende Occidente!), que toca todos los palos. En este caso ‘Psycho Raman /Ragman Raghav 2.0′ es una película sorprendente pues está tímidamente basada en un caso real y se centra en la caza del ratón y el gato que mantienen un psicópata de manual llamado Raman (Nawazuddin Siddiqui) y un policía farlopero, atormentado y guaperas llamado Raghavan (Vicky Kaushal) y que da como resultado una película violentísima de género que para el avezado espectador español le sonará a aquella “La semana del asesino” de Eloy de la Iglesia y a los más puestos en cine más contemporáneo con cosas como ‘Seven’ o ‘El Teniente Corrupto’, de Abel Ferrara. Espectacularmente bien rodada y bien interpretada por ambos protagonistas a la sensación que podría parecer un poco pobre de asistir a otra película del manido género de los pshychokillers hay que añadirle que tenga como escenario el Mumbai más deprimido, pobre y chungo que uno pueda echarse a la cara. ¿Quiere diluir/reprimir sus ganas de decir que “en la India la gente es muy espiritual”? Pues olvídese de ‘Slumdog millionaire’ y échele un vistazo a esta rareza que, por cierto, se puede disfrutar en el catálogo de Netflix.
‘Catfight’, de Onur Tukel (2016)
Anne Heche (Ashley) y Sandra Oh (Veronica) interpretan a dos mujeres que fueron rivales en la universidad y que, por casualidad, se encuentran en una fiesta después de un montón de años. La vida les ha tratado de forma muy diferente: Ashley está allí en calidad de camarera, ayudando a su novia Lisa (Alicia Silverstone) con el cátering que soporta la economía familiar y Verónica como esposa de uno de los invitados, un ricachón que está a punto de firmar un contrato para limpiar los escombros de los conflictos bélicos de Oriente Medio. El encuentro de ambas hará que todos sus malos rollos salgan a la luz en el peor momento.
Una película cruda y violenta que, como muchas otras como ‘La muerte os sienta tan bien’ o la serie ‘Feud’, se centra en la rivalidad de dos antiguas amigas que se han hecho dolorosas enemigas. Una película cruda con una historia de fondo sobre perdedores y pretendidos ganadores y sobre las vueltas que da la vida pero, sobre todo, sostenida sobre la vieja y buena venganza como motor para moverlo todo. La película puede disfrutarse en Netflix, por cierto.