Que algo sea difícil de conseguir no impide que al menos se intente. Si no, que se lo digan a los diferentes cineastas que han intentado llevar a la gran pantalla satisfactoriamente las novelas de Philip Roth. Desde 1960 con ‘Goodbye Columbus’ hasta el pasado año con ‘Indignation’, el eterno candidato al Nobel ha visto cómo sus novelas se convertían en adaptaciones cinematográficas aceptables a medida que construía una obra literaria personal y consecuente con las circunstancias de su tiempo. ‘Portnoy’s Complaint’, ‘La mancha humana’, ‘Elegy’ y ‘The humbing’, unidas a las mencionadas anteriormente, son los títulos de las películas que tienen como argumento una historia de Roth. Ahora bien, si adaptar a Roth es ya tarea difícil de por sí, debido a la complejidad y profundidad de sus temáticas, imaginaros atreverse con la novela por la que ganó el Premio Pulitzer en 1997.
Aunque para Ewan McGregor no parece ser un factor determinante. El escocés, que cuando se publicó el libro, acababa de alcanzar la fama mundial gracias a su interpretación del adicto a la heroína Mark Renton en ‘Trainspotting’, reconoce que es un autor muy difícil de adaptar, porque resulta imposible resumir en dos horas todos los temas de los que habla y reflexiona. Sin embargo, el intérprete escogió ‘American Pastoral’ precisamente por este motivo para su debut como director.
Más de 400 páginas resumidas en hora y cincuenta minutos de metraje en las que McGregor intenta empaparse de esa vena ‘philiprothiana’ que recorre ‘American pastoral’ para hacer justicia al objetivo de la mítica obra: mostrar las convulsas décadas de los sesenta y setenta a consecuencia de la agitación social estadounidense. Para ello, ¿qué mejor que tomar como punto de partida una familia típica americana? Estamos a finales de los 60 y las manifestaciones por la integración racial y en contra de la Guerra de Vietnam están a la orden del día, excepto para la conservadora e idealizada familia Levov. El mejor atleta del instituto, reconvertido ahora en hombre de negocios, y la reina de la belleza son el mejor ejemplo del sueño americano. Su relación superó el instituto y sus carreras profesionales fraguaron lo suficiente como para poder casarse y tener una hija. La vida de Seymour Levov, “el Sueco”, y Dawn parece impecable.
Sin embargo, siempre hay algo (o alguien, en este caso) que trastoca esta idílica normalidad propia de las películas. Su hija Merry decide posicionarse en la otra parte del absorbente conflicto, a favor de los grupos de defensa de los Derechos Humanos, aunque ello implique acciones violentas. Su existencia se hace añicos cuando Merry desaparece tras haber sido acusada de poner una bomba en la oficina de correos de su ciudad natal. “El sueco”, entonces, se propone encontrarla a cualquier coste, forzándose a enfrentarse cara a cara con una situación que modificó el estado doméstico estadounidense para siempre.
Aunque Roth continuó la historia con dos novelas más, ‘Me casé con un comunista’ y ‘La mancha humana’ (que forman la conocida ‘Trilogía Americana‘), McGregor se centra únicamente en la primera parte. Y, para ello, el también protagonista de la cinta se apoya en las interpretaciones de Jennifer Connelly y Dakota Fanning (hermana de Elle Fanning, o viceversa. El talento de ambas empieza a dificultar quien debiera ostentar el título “hermana de”).
Quienes ya han tenido oportunidad de verla (se estrenó en la Sección Oficial de la pasada edición del Festival de San Sebastián), aseguran que está presente la herencia de Roth, que mantiene el espíritu de la novela y refleja de forma sólida y sobria los valores de la nación estadounidense en un momento en el que éstos parecían diluirse a causa de la historia, las revoluciones y la propia educación.