En 2009, cuando apenas tenía 20 años, el nombre de Xavier Dolan comenzó a oírse en los portales cinematográficos gracias a ‘J’ai tué ma mère’ (‘Maté a mi madre’), ópera prima del ahora considerado ‘enfant terrible’ del cine de autor y una de las grandes promesas del cine franco-canadiense. El drama autobiográfico de un adolescente que desarrolla un profundo odio hacia su progenitora situó a este director que, hasta entonces solo había coqueteado con el cortometraje, en el punto de mira de la prensa internacional. La película, que nació de la rabia adolescente del propio Dolan (escribió el guión con dieciséis años), ganó tres premios en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, donde se presentó en primicia y cuya proyección consiguió una ovación continuada de más de nueve minutos.
El filme que Dolan escribió, dirigió, produjo y protagonizó supuso una revolución estilística y narrativa y le sirvió para que le denominaran “genio”. Ocho años después, esa mirada sensible y neurótica que le caracteriza sigue presente. Con menos de 30 años, el “niño prodigio del cine” ya ha conseguido ocho premios en Cannes, tiene a su espalda seis largometrajes y está montando el séptimo, su primera producción en habla inglesa: ‘The Death and Life of John F. Donovan’, de la que acaban de presentarse imágenes:
El punto de partida es John F. Donovan (Kit Harington), estrella de la televisión gracias al drama adolescente Hellsome High, que se cartea con Rupert Turner (Jacob Tremblay/Ben Schnetzer), un niño de 11 años que vive con su madre en Inglaterra. Esa amistad por correspondencia sale a la luz y provocan un halo de rumores y acusaciones que harán que su carrera se tambalee. Una década después, Turner recuerda a su ídolo en una entrevista con la periodista Audrey Newhouse (Thandie Newton).
Dolan se apoya en un reparto de lujo para su debut inglés. Al actor de ‘Juego de tronos’ y al joven promesa de ‘Room’, se unen Kathy Bates, como la agente de Donovan, Natalie Portman, como la madre de Rupert, y Jessica Chastain, como Moira McCallister-King, columnista de cotilleos que publica las cartas.
“Es la historia de un niño que idolatra a un actor. Kit es el héroe imaginario, y mi película y Hellsome se construye en torno a temas recurrentes y específicos del cine americano, como el superhéroe y el villano“, explica Dolan. Y en ese enfrentamiento héroe-villano, Donovan-McCallister, la relación madre-hijo cobra una importancia desmesurada. De hecho, el vínculo entre ambos es la parte más importante, más que la de Rupert y Donovan que, para el director, son elementos narrativos secundarios. Como suele ser habitual en sus películas, a esas referencias autobiográficas, al aislamiento adolescente y la búsqueda identitaria se une la familia. De hecho, Dolan parece continuista en su temática y si tuviéramos que señalar un único rasgo definitorio del cine de Dolan éste podría ser perfectamente la exploración de la unidad familiar.
La estela de su ópera prima continuó con ‘Mommy’, ese transgresor drama rodado en 1:1 para centrar la atención sobre los actores en el que una madre viuda decide educar a su hijo Steve que padece trastornos por déficit de atención e hiperactividad. Reincidió con ‘Solo en el fin del mundo’. Con la obra de teatro de Jean-Luc Lagarce como base, la película narra cómo un joven escritor de 34 años, Louis-Jean (Gaspard Ulliel) vuelve a su hogar tras una larga ausencia para despedirse y contar a su madre, (Nathalie Baye), hermanos (Vincent Cassel y Léa Seydoux) y cuñada (Marion Cotillard) que se va a morir.
‘The Death and Life of John F. Donovan’ que aún no tiene fecha de estreno (se espera que debute en un festival de otoño), promete un nuevo reencuentro familiar y ese talento innato que el director canadiense ya ha demostrado en su filmografía.