Ahora que tanto se habla de la tensión Ciudad-Pueblo en las redes sociales, queremos recordar a nuestros lectores 15 películas en las que urbanitas y labriegos se ven las caras, se ponen pingando y se hacen pupa. Esperamos que disfruten recordando algunas de ellas o tomando nota de las que no hayan visto nunca.¡Feliz Semana Santa!
Perros de paja (Sam Peckinpah, 1971)
Un apocado profesor universitario norteamericano y su atractiva novia británica deciden retirarse a un pueblo de la apacible campiña inglesa que, para su desgracia, está llena de salaces desdentados que llevan años cruzándose entre ellos. La cosa no termina bien y, de paso, Peckinpah nos da una lección sobre los mecanismos de la violencia.
Los coches que devoraron París (Peter Weir, 1974)
Una pareja tiene un accidente de coche y termina en un pueblo donde parecen rendirle culto a los automóviles. Un grupo de jóvenes se pasea en sus coches tuneados por la localidad que esconde, además, un horrible secreto. Por cierto, el escarabajo de la foto fue homenajeado por George Miller en ‘Mad Max: Fury Road’ (2015), reconociendo así el peso de esta película en la creación de Mad Max.
2.000 maniacos (Herschell Gordon Lewis, 1964)
Una de los primeros films de la historia que entran dentro de la etiqueta de ‘Gore’. Un pueblo del Sur profundo celebra su centenario secuestrando a seis desgraciados turistas a los que torturará y asesinará como venganza por la Guerra Civil Americana. Película de culto donde las haya es necesario verla para comprender su valor dentro de la historia del cine de terror moderno.
La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos (Antonio Blanco & Ricardo Llovo, 1993)
Un par de parejas de una urbe gallega se pierden en los bosques y van a dar con una amable familia de labriegos que, para su desgracia, se pirran por la carne humana. Como dirían ‘Os resentidos’: “Galicia Canibal”. Descacharrante cinta protagonizada por Manuel Manquiña, un desconocido entonces fuera de su tierra, que cuenta con César Strawberry y Julián Hernández en su reparto.
The eyes of my mother (Nicolas Pesce, 2016)
Una extraña familia recibe la visita inesperada de un zumbado urbanita que les pone loca la cabeza. La hija, para no quedarse sola en medio de la campiña, comienza a descubrir el valor de la cirugía recreativa y comienza a reconstruir el nucleo familiar de la forma más retorcida posible.
¿Quién puede matar a un niño? (Narciso Ibáñez Serrador, 1976)
Una pareja de turistas llega a una isla del mediterráneo y descubre que los niños del lugar han asesinado a todos los adultos. Una película sobrecogedora sobre el ambientito de la Guerra Fría y la certeza de que esta acabaría con el mundo conocido si los peques de la casa no ponían remedio.
Easy Rider (Dennis Hopper, 1969)
Dos hippys inician un viaje por la América Profunda y descubren, en su propia carne, que los valores de libertad y solidaridad que promulgaba la contracultura se van a dar de bruces contra el viejo y clásico conservadurismo temeroso de dios y de las ligerezas de costumbres. Toda una declaración de principios sobre el pesimismo que sobreviene a una gran juerga.
La presa (Walter Hill, 1981)
Una pequeña unidad de soldados reservistas queda atrapada en los pantanos de Louisiana durante unas maniobras y tienen la ocurrencia de levantarle unas canoas a los lugareños comecaimanes que no se toman nada bien el asunto. Película bajonera donde las haya y de pasarlo mal todo el rato. Recomendabilísima.
Caro Diario (Nanni Moretti, 1991)
En ‘Islas’, una de las historias que componen esta película, Nanni y un filósofo amigo suyo salen de Roma escapando del ruido y la furia de la gran ciudad para iniciar un periplo absurdo por las islas italianas y acaban descubriendo que todo lo peor de Italia ya ha llegado al mundo rural.
Una historia de violencia (David Cronenberg, 2005)
Un hombre protagoniza un acto heroico en su pueblo y el karma le paga devolviéndole las cuentas pendientes que dejó de pagar antes de convertirse en el tímido pueblerino que es ahora. Una reflexión brutal sobre el tiempo y la vida que primero fue un cómic creado por John Wagner y Vince Locke y, más tarde, se convirtió en película. En una escalofriante película.
Footloose (Herbert Ross, 1984)
Un muchacho bailongo y su madre se establecen en el pueblo de esta para comenzar una nueva vida. El chico de ciudad quiere bailar, quiere molar y quiere ser moderno pero el pueblo en el que se ha establecido tiene unas leyes que prohíben la música y mover el esqueleto. Tiernísimo hitazo juvenil de los ochenta.
El día de la madre (Charles Kauffman, 1980)
Tres alegres muchachas salen al campo a darse aire y a vivir en contacto con la naturaleza pero tienen la mala suerte de caer en las garras de dos zumbados que las quieren convertir en un sangriento regalo para su aún más tarada madre. Una de las películas más feístas de todos los tiempos, sin duda. Te dejará mal cuerpo.
La violencia del sexo (Meir Zarchi, 1978)
Una escritora se retira al campo para terminar un libro pero se encuentra con un grupo de hombres que la violan salvajemente y la dan por muerta. Al sobrevivir, Jennifer, decide que tiene que vengarse de esos gañanes de la forma más cruel y violenta posible. Titulada originalmente ‘Escupiré sobre vuestra tumba’ esta es una de las mejores películas de género de los años 70.
La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974)
Los campistas que caen en manos de una familia cuyo miembro más icónico pasaría a la historia con el nombre de Leatherface por llevar una máscara hecha con piel (se entiende que humana) y blandir con brutalidad y soltura una sierra mecánica por encima de su cabeza. Un clasicazo. Una cita con los terrores adolescentes. Una película imperdible.
Deliverance (John Boorman, 1972)
Un grupo de urbanitas decide pasar unos días de campo y rafting pero no cuenta con la mala virgen de los habitantes autóctonos que deciden que esa gente no les cae bien y que van un poco de chulos con sus ropas caras y todos los dientes en su sitio.