Es posible que Ryan Murphy sea el hombre que necesitamos para acabar, definitivamente, con el debate sobre Alta y Baja Cultura. Seguramente no haya un guionista en todo el mundo capaz de rendir a tan diversos niveles de comprensión y narrativa y que sea capaz de levantar producciones tan diversas ‘Scream Queens’, ‘American Horror Story’, ‘American Crime Story’ o ‘Feud’ (estrenada por HBO en España) y que en todas ellas se note su mano y, lo que es mejor, su capacidad para contar y hacer interesante cualquier historia independientemente de modas y/o estudios sobre los usos y costumbres de la audiencia.
En ese caso es notable como Ryan Murphy ha convertido una historia que parece tan lejana en el tiempo, la rivalidad personal y profesional de Joan Crawford y Bette Davis, a la actualidad y hacerla interesante para un público que por cosas que tienen que ver con la oferta inmensa que disfrutan en términos audiovisuales y otros mucho menos agradables seguramente no hayan visto ‘¿Qué fue de Baby Jane?’, la película sobre cuyo rodaje y sus consecuencias gira toda la serie o no hayan visto a la Crawford o a la Davis en ninguna película. ¿Se han dado cuenta de lo difícil que resulta ver cine en blanco y negro en TV desde que ya no está Garci?
‘Feud’ es la historia de la rivalidad entre dos grandísimas actrices que, durante un par de décadas, se disputaron el trono de ‘Mejor actriz de Hollywood’ y que, por el camino, se despellejaron mutuamente. Una historia retorcida sobre la maldad, la envidia y, como bien dicen en el comienzo del primer episodio de la serie: el dolor.
A comienzos de los años 60 ni Joan Crawford ni Bette Davis estaban en su mejor momento profesional. Por un lado eran ya actrices de cierta edad (56 y 54 años, respectivamente) a las que les costaba encontrar papeles de interés y, por otro, por aquella época comenzaba a acentuarse la crisis de los grandes estudios hollywoodienses que eran arrollados, literalmente, por la televisión que comenzaba a restar espectadores a los cines y vivían una crisis de ideas y de organización que les impedía avanzar en la dirección correcta.
Pueden ustedes trasladar esta historia a los tiempos actuales y a las actrices protagonistas de la serie: Jessica Lange, que interpreta a la Crawford, tiene 68 años y Susan Sarandon, que interpreta a la Davis cumplirá 71 este año (respiren, pueden gritar “¡71 años! ¡Pues está estupenda!”) y ambas llevan unos años en los que no protagonizan películas a la altura de su leyenda. En este sentido ha sido Ryan Murphy el que ha devuelto a Jessica Lange a las producciones de calidad gracias a que es una de sus actrices fetiche y la rescató para ‘American Horror Story’. Y sí, los estudios cinematográficos han sido vencidos por la TV e Internet y ofrecen películas cada vez menos interesantes para desgracia de los cinéfilos.
Ni que decir que el trasfondo es bastante actual y que, por tanto, el dolor de ambas protagonistas se puede sentir como cercano, como una tragedia intensa que tiene que ver con envejecer y con tener la sensación de que tienes cosas que ofrecer.
Como entenderán a estas alturas Ryan Murphy vuelve otra vez a superponer la realidad con la ficción y, a la vez, le da a todo un poco más de ficción para que todo tenga coherencia y vigencia. Así, y si no saben ustedes se lo explico ‘¿Qué fue de baby Jane?’ que era la historia de dos hermanas actrices: una de ellas, la interpretada por Bette Davis, había sido una niña prodigio que comenzó a perder papeles a medida que iba cumpliendo años y su hermana, más discreta y menos mona desde niña, consigue hacerse una carrera como adulta que es truncada por un accidente donde queda paralítica y al cuidado de su hermana que es una completa desequilibrada.
Como entenderán la película no es más que la proyección ficcional de la rivalidad real de Joan y Bette (dos actrices encerradas en sus propios malos rollos que tienen un sentido de la vida y del trabajo actoral diametralmente distinto y, pese a ser muy parecidas en los detalles personales, se odian mutuamente pese a que parecen hermanas) y ‘Feud’ viene a ser algo así como la proyección real sobre la ficción del drama profesional de las actrices con muchos años y mucho talento interpretadas por Susan Sarandon y Jessica Lange que, en algún momento de sus carreras, se podrían haber disputado el trono de ‘Mejor actriz de Hollywood’ si no fuera por la existencia de Meryl Streep.+
En fin, Feud es una caja china llena de sorpresas, un rompecabezas interesante rodado con la firmeza que suelen tener las producciones que llevan el sello de Murphy y que, como todo en su sello personal, tiene parte de mundano y parte de divino, parte de historia reconfortante y parte de petardeo y cotilleo. Una buena cita semanal que, tras el primer episodio deja con ganas de más y maldice las razones que han llevado a las plataformas a no ofrecer las temporadas completas y a racionarlas semana a semana (en este caso se entiende porque Feud es una producción de FX que la estrena del modo convencional en los USA).
Lo mejor de la serie, además de su factura, de sus interpretaciones y de su gran guión es que uno tiene la sensación de que servirá como acicate a muchos nuevos espectadores para abrir el abanico de gustos y probar un poco de cine clásico, aunque sea en blanco y negro y esté protagonizado por gente de la que nunca había oído hablar.