W. E. Bowman nunca fue un escritor famoso. Más bien se convirtió en un escritor de culto pero de un nicho de lectores tan pequeño (alpinistas, montañeros, escaladores…) que su muerte en 1985 no ocupó mucho tiempo informativo. De hecho, además de un montón de cuentos y artículos, Bowman solo tiene dos novelas: ‘Hasta arriba’ y su secuela ‘The cruise of the talking fish’ que permanece inédito en nuestro país. De hecho, la primera de ellas, fue publicada aquí como ‘El asalto al Khili-Khili’ hace algunos años pero, ahora, Blackie Books la reedita con una impecable traducción de Julia Osuna y el tradicional mimo que esta editorial le pone a sus libros. Además de un prólogo de Bill Bryson (el autor del increíble ‘Una breve historia de casi todo’, francamente recomendable).
Para entender ‘Hasta arriba’ hay que entender los libros de viajes y aventuras que se vienen publicando desde mediados del siglo XIX. Narraciones épicas, de corte épico, con anécdotas épicas, muchos héroes y, claro está, muchos actos de heroísmo y sacrificio. Bien, pues ‘Hasta arriba’ es una sátira de este tipo de libros. Una sátira sanguinolenta que no se toma en serio así misma y, claro está, tampoco a los libros del género. La sátira humaniza y nos da una mirada más humana sobre los aventureros. Se puede decir que es una especie de ‘El Quijote’ para los libros de aventuras o, si lo prefieren, el ‘Wilt’ de los libros de aventuras.
WE Bowman – Hasta Arriba (Blackie Books) – Comprar
En el libro de Bowman encontrarán un viaje descacharrante, plagado de aventureros atrapados por sus defectos y, claro está, por la falta de conexión con el medio en el que se desenvuelven. En definitiva: el espíritu de aventura no lo es todo y hay algunos problemas importantes como, por ejemplo, saber el idioma local o no dejarse llevar por las leyendas o por las ideas preconcebidas que tenemos del lugar de destino.
Página a página el autor va contando la aventura del ascenso a una mítica montaña de 40.000 metros de altura llevada a cabo por un grupo de farsantes. Sí, de farsantes. Porque el cartógrafo no sabe interpretar mapas, el jefe de la expedición es una persona sin dotes de mando aparentes, el cocinero no sabe cocinar etc. Etc. Y, por su fuera poco, arrastran tras de sí a un nutrido grupo de nativos (hubo un malentendido con las contrataciones) que hacen las veces de sirvientes y guías que transportan cantidades ingentes de champán lo que permite que los aventureros se pasen ciegos la mayor parte del tiempo.
Las peleas, los conflictos, incluso da la sensación de que si los personajes no hicieran absolutamente nada también nos reiríamos porque Bowman teje uno de esos relatos amenos, fáciles de leer y agradecidísimos en todos los sentidos.
Es la condensación de lo que un texto humorístico tiene que ser o nos gustaría que fuera. Le des las vueltas que le des y lo mires por donde lo mires el asunto tiene muchísimas gracias y nos hace recordar los mejores pasajes y autores de la satira anglosajona y el humor (desde Bierce hasta Wodehouse pasando por contemporáneos como Sharpe, Adams o el propio Bryson).
En fin, uno de esos libros para echar el rato…lo que no quiere decir que sea un libro menor, ni mucho menos. No confundamos a la comedia y al humor con un género menor porque no lo es. De hecho ‘Hasta arriba’ está completamente vigente, solo tienen que echarle un vistazo a todos esos aventureros contemporáneos (esa gente que igual te intenta atravesar el Atlántico subidos en una balsa de palos que atravesar el desierto del Gobi en triciclo) o esos señores acaudalados que, pensando que nada se les pone por delante, deciden gastarse una millonada en ascender al Everest y son llevados elegantemente hasta la cumbre por una legión de sherpas para luego poder soltar lo de la superación de los límites en charlas TED o de motivación. O a la mínima oportunidad. Sus historias están llenas de gastos superfluos, meteduras de pata astronómicas y, cuando no hay muertos de por medio, resultan ser anécdotas de lo más catastróficas y, a la vez, de lo más divertidas.
No pierdan la oportunidad de gastar su tiempo y un poco de su dinero en carcajadas. Teniendo en cuenta que, últimamente, la mayor aventura va de llegar a fin de mes, es posible que quieran ustedes echarse unas risas en el empeño.