La influencia de la vida cotidiana es una fuente de inspiración básica para los artistas, pero no solamente se crea a partir de lo real, también se puede hacer a partir del propio arte. Katerina Belkina es una fotógrafa que funde ambos conceptos. El trabajo de la fotógrafa rusa muestra un mundo auténtico y real: refleja la sexualidad y la cotidianidad de la mujer contemporánea pero jugando con guiños a varias fuentes estéticas, desde las pinturas de vírgenes renacentistas, los bodegones flamencos hasta los pintores más influyentes del siglo XX.
Al ver una instantánea de esta artista la sensación es extraña para el ojo, ya bien porque no sabe si está viendo una pintura o bien una fotografía. Esta fascinación por el lienzo le llega a Belkina de su rama materna, ya que es hija de una artista visual que le ayudo a comprender el arte en su concepto. Su hogar residía en Samara, donde fue a una academia de arte en la que estudió las técnicas clásicas que ahora aplica. En el año 2000 entró en la escuela de Fotografía de Michael Musorin donde aprendió a plasmar sus ideas y canalizó su atrayente visión del mundo. Desde entonces ha sido premiada con variados galardones como el FAPA, Mifa, Hasselblad Master o IPA.
Entre sus colecciones, encontramos ‘Repast’ ( Comida), ‘Revival’ (Renacimiento), ‘Light and heavy’ (Ligero y Pesado), ‘Empty space’ (espacios vacios), ‘Not a man´s world’ (No es el mundo de los hombres), ‘Hieroglyph’ (Jeroglífico) , ‘Homework’ (trabajo de hogar) y ‘Paint’ (pintura).