Aunque nos ha quitado un poco el aliento, que cosas como ‘Oz‘(Tom Montana, 1997) o ‘El Show de Larry Sanders‘(Dennis Klein y Garry Shandling, 1992) no aparezcan en la oferta de HBO España (a ver si con el tiempo nos ofrecen dos de las mejores producciones de la cadena de los últimos años) lo cierto es que nos congratula poder tener a la famosa cadena americana a un click y que, finalmente, su desembarco en nuestro país nos permita ver algunas series que, hasta la fecha, permanecían ineditas en nuestro país. Hemos rebuscado por ti algunas de las mejores cosas a las que puedes echarle un vistazo.
Los Soprano
'Los Soprano'(David Chase, 1999): Posiblemente la primera serie que fuera declarada 'mejor serie de la historia'. Se lo merecía. La historia de un capo menor de una familia menor de Nueva Jersey llamado Tony Soprano (James Gandolfini)dedicado a dirigir una empresa criminal visto desde la prespectiva de todos los traumas que crea y produce una dilatada (y exitosa) carrera criminal.Una verdadera obra maestra original, excesiva y violenta mental y físicamente. Una gozada
Larry David
'Larry David' (Larry David, 2000): Imagina que eres un cómico y guionista de no mucho éxito que, de pronto, triunfa con una serie llamada 'Seinfeld' y te conviertes en toda una personalidad del entertainment pero, la fama, lejos de hacerte mejorar en el plano personal solo magnifica tu torpeza social y tu mezquina personalidad. Si 'Seinfeld' pasó a la historia por no tener un argumento claro lo cierto es que Larry David hizo de 'Larry David' (Titulada originalmente 'Curb your enthusiasm', es decir, 'frena tu entusiasmo') un enorme y chiflado chiste de su propia existencia.
Hermanos de sangre
'Hermanos de sangre' (Stephen Ambrose, 2001): Las aventuras de la Compañía Easy desde su entrenamiento hasta su llegada al Nido de las Águilas de Adolf Hitler pasando por el Desembarco de Normandía. Una superproducción bélica que pone los pelos de punta y que nos hace entender mejor las motivaciones por las cuáles Estados Unidos entró en la II Guerra Mundial y cómo toda una generación de jóvenes entregaron su vida en pos de un ideal tan difuso como la libertad y combatir el mal. Una serie estupendamente bien rodada, bien narrada y completamente emocionante.
A dos metros bajo tierra
'A dos metros bajo tierra' (Alan Ball, 2001): Tras dar la campanada con 'American Beauty' (Sam Mendes, 1999) Alan Ball volvió a la televisión para ofrecernos este increíble retrato de una familia disfuncional que regenta una funeraria y que vive, literalmente, entre la vida y la muerte manteniendo un diálogo vital con los cadáveres que se encargan de apañar.En las cinco temporadas que la serie se mantuvo en pantalla tuvimos oportunidad de descubrir el significado del adjetivo 'rompedor', en tanto en cuanto, para 'A dos metros bajo tierra' no hubo tema controvertido que se quedara sin tratar. Por cierto: tiene uno de los mejores finales de serie de toda la historia de la televisión.
The Wire
'The Wire' (David Simons, 2002): La mejor serie para entender la inutilidad de la famosa 'Guerra contra las drogas' impulsada por Richard Nixon y sus efectos colaterales posteriores: 40 años de fracasos. Entre medias la historia de como la policía se mueve por el borde de la legalidad para alcanzar sus objetivos y la vida de camellos, adictos, prostitutas y marginados sociales como ejemplo y trasfondo de un país, EE.UU., que se desangra económicamente mientras pierde los valores del pasado a pasos agigantados.
Big Love
'Big Love' (Mark V. Olsen y Will Scheffer, 2006): Las cuitas de un patriarca mormón que mantiene una familia polígama que cuenta con tres esposas y una recua de chiquillos de diversas edades. Una historia curiosa que se planteaba los límites de la familia tradicional, la idea de vivir según a uno le haga feliz (con la excusa religiosa o sin ella) y que también ponía el dedo en la llaga sobre las relaciones de pareja y las implicaciones de la misma.
Vinyl
'Vinyl' (Rick Cohen, Martin Scorsese y Mick Jagger; 2016): Todavía no nos hemos repuesto de la noticia de la cancelación anticipada de esta serie cuyo 'season finale' prometía una segunda temporada donde la historia del punk iba a ser la columna vertebral. Como saben su excesivo coste y el hecho de que no alcanzara el beneplácito de la audiencia masiva -necesaria para mantener la productividad- provocó su apresurado cierre que dejó a sus fans (pocos pero fieles) con tres palmos de narices. El personaje de Richie Finestra (Bobby Cannavale), el productor musical politoxicómano, alcohólico y tramposo quedará para la historia como el brillante trasfondo de la serie: la explosión musical de comienzos de los 70.
The night of
'The night of' (Richard Price y Steve Zaillian, 2015): Remake de la serie británica 'Presunto culpable'. El asunto va de un tipo que, tras pasar una noche de juerga loca con una desconocida, se despierta al lado de esta y, bueno, no tiene que disimular que llega tarde a alguna parte para salir por patas porque la mujer está a su lado asesinada a puñaladas. A partir de ahí comenzará un calvario para demostrar su inocencia y lo tendrá difícil porque Naz (Riz Ahmed), el protagonista, es de ascendencia pakistaní y no está el horno para bollos. El abogado del muchacho está interpretado por John Turturro que ha encontrado en esta serie uno de esos papeles que parece que Hollywood no tiene para un actor de sus características y talento.
Vice Principals
'Vice Principals' (Danny McBride y Jody Hill, 2016): Hill y McBride repiten en HBO tras aquella 'De culo y cuesta abajo' (2009) que nos puso los pelos de punta provocándonos carcajadas y escalofríos de vergüenza ajena. En esta ocasión Danny McBride comparte protagonismo con Walton Goggins al que recordarás como 'el actor de Los Odiosos Ocho (Quentin Tarantino, 2015) que parece que le ha robado la dentadura a Gary Busey' formando una de las parejas más execrables y visualmente detestables de la pantalla. Pese a que el tono es un poco más amable que el de 'De culo y cuesta abajo' lo cierto es que el asunto vuelve a rendir bien y se pasa un rato que te deja la sensación de ponerte un jersey de esos que calientan pero que pican un poco.
Better Things
Better Things (Pamela Adlon y Louis C.K., 2016): Tras su colaboración en 'Louie' (Louis C.K., 2010) la pareja se ha especializado en hacer humor de las tristezas cotidianas, de estar en un escalón intermedio de la fama y de esos de tener que bregar con la vida cotidiana y, a la vez, querer hacer reir. Una serie espectacular que te deja como el Campari: sabor amargo en la boca y la cabeza dando vueltas tras los cuatro primeros tragos. Una buena ocasión para ver en solitario a una de las cómicas más divertidas de los últimos años.
Lucifer
Lucifer (Tom Kapinos, 2015): Una de esas series de género fantástico al estilo de 'Sobrenatural' (Eric Kripke, 2005) firmada por el autor de 'Californication'. Bueno, más bien adaptada del cómic del mismo nombre que es un 'spin off' del 'Sandman' de Neil Gaiman. Como en ' Constantine'(Frank Lawrence, 2005) o en la novela 'Buenos presagios' (escrita a cuatro manos por el propio Neil Gaiman y Terry Pratchett) el demonio toma aquí una forma más humana de lo habitual: vive en Los Ángeles, regenta un club nocturno y se mueve entre los seres carnales castigando a las malas personas.
Ballers
Ballers (Stephen Levinson, 2015): Ya lo dijimos hace algunas fechas aquí pero vamos a insistir: Dwayne Johnson está increíble en 'Ballers'. La cosa va de un ex jugador de la NFL que quiere transformarse en un exitoso asesor financiero y consejero particular de estrellas de la liga de fútbol americano. Un divertido retrato de la vida de los deportistas más descerebrados tras los jugadores de fútbol australiano y los de hockey sobre hielo con Andy García bordando, otra vez, un papel de malvado.
High Maintenance
High Maintenance (Ben Sinclair, 2012): En esta serie seguiremos las peripecias de un camello de marihuana neoyorquino y, a través de su periplo, una serie de clientes que representan a todos los psicóticos que es posible encontrar en Nueva York. Una serie algo rarita pero que, sin duda, es de lo más curioso y divertido que puede encontrarse en la oferta de HBO.
Insecure
Insecure (Issa Rae, Larry Willmore; 2016): Uno de los últimos estrenos de la cadena americana que llega, casi sin referencias, a los espectadores patrios. Issa Rae, una de las creadoras, protagoniza esta serie que va de las tribulaciones de ser una mujer negra en Estados Unidos y tenerte que enfrentar diariamente no solo al machismo si no también al racismo rampante. No creemos que esta serie encaje muy bien en la América de Trump pero, para nosotros, está siendo de lo más entretenida.
Casual
Casual (Zander Lehman, 2015): Alex (Tommy Dewey) se ve obligado a compartir casa con su hermana mayor Valerie (Michaela Watkins), divorciada y con una hija adolescente. Entre ambos tendrán que reconstruir sus vidas amorosas y echarse una mano en eso de volver a tener citas. Amable, entretenida, humana, ideal para echar un buen rato y perfecta para ver en pareja riéndose de solteros que hacen el tonto.
The Young Pope
The Young Pope (Paolo Sorrentino, 2016): Coproducción italo-franco-española de altos vuelos que nos cuenta el día a día de Pío XIII (Jude Law), el primer Papa norteamericano de la historia.Si no te suena que haya habido ningún Papa norteamericano en la historia acertaste porque es todo ficción, cero histórica. Una serie curiosa sobre la aventura de ser el portavoz de Dios en la Tierra y de un Papa de ficción que resulta de lo más intrigante, inteligente y reflexivo.
Heroína en el Cabo Cod
Heroína en el Cabo Cod (Steven Okazaki, 2015): Documental escalofriante sobre como una droga tan poco glamourosa y tan unida popularmente a la marginación ha arraigado en una zona tradicionalmente pija como Massachussets. Ocho historias brutales sobre cómo afrontan ocho adictos muy jóvenes su relación con el jaco que te deja sin aliento a los cinco minutos de visionado.
Divorce
Divorce (Sharon Horgan, 2016): Sarah Jessica Parker y Thomas Haden Church son los protagonistas de esta serie en la que interpretan a una pareja que pasa por un largo y encabronadísimo divorcio. Sinsabores, dramón y algo de mala leche para representar fielmente eso de la pérdida marital y la recuperación forzosa de la soltería.
Sarah Silverman: We are miracles
'Sarah Silverman: We are miracles (Sarah Silverman, 2013)': Hasta ahora ninguna cadena había ofrecido completo un 'stand up' de la cómica Sarah Silverman en nuestro país. Divertida hasta el histerismo Sarah Silverman, poco conocida en nuestro país porque no ha tenido una carrera cinematográfica muy prolífica, se desata como suele con su humor a medio camino entre el surrealismo, la cultura pop y su visión desquiciada de la vida cotidiana.
Amy Schumer: Live at The Apolo
'Amy Schumer: Live at The Apolo (Amy Schumer, 2015)': Chris Rock dirige este show de Amy Schumer, una de las actrices cómicas que ha conseguido la bendición pública gracias a saltarse todos los estereotipos del humor 'hecho por chicas'. Honesta y brutal Amy desgrana las flores de su gracia en forma de rutinas que caen como bombas de racimo y que nos dicen que las mujeres no solo pueden ser más divertidas que los tíos si no que, también, si se lo proponen pueden llegar a ser más tarugas. Por cierto, Chris Rock dirige la pieza que tiene como enclave al Sancta Sanctorum de la escena negra neoyorquina: El Teatro Apolo.
Banshee
Banshee (David Schickler, Jonathan Tropper; 2013): Lucas Hood (Anthony Starr) es un ex convicto que, por una carambola, tiene que asumir la identidad de un sheriff asesinado y, con ello, sumar a su actividad criminal las de hacer cumplir la ley. Un hecho contradictorio. O no tanto porque en 'Banshee' todo es una puta locura. A partir de ahí se desarrollaron cuatro temporadas que dejaron a sus espectadores sin aliento. Una buena oportunidad para ver una de las series mejor rodadas, más violentas y retorcidas de los últimos años.
Por Ángel Ramos