Feeas son joyas de encanto macabro, hechas para no gustar, hechas con historia porque eso es lo que son. No son simples alhajas, sino piezas que recupera la artista Remedios Vincent de anticuarios y mercadillos con más de un siglo de experiencias. Muchas de ellas las decora y ensambla con alegorías del cuerpo humanos como globos oculares, pestañas e incluso dientes. Es una moda que muerde y desgarra lo convencional, lo que busca son las sensaciones no visibles de las historias ya pasadas de sus antiguos portadores. Son nostalgias al cuello, son anomalías y estados de ánimo a modo de colgador, broche o anillo. Esta artista salida del ‘Laberinto del Fauno’ o de sueños burtonianos ha conseguido crear arte a raíz de sortijas y el feísimo.
- Se puede decir que empecé haciéndome mis propias joyas, por necesidad vital. Llevaba mucho tiempo colaborando con artistas y haciendo otro tipo de trabajos por encargo, y buscaba una ocupación manual en la que no tuviera que rendir cuentas de los resultados a nadie. A día de hoy sigo un poco con esa filosofía, yo soy mi mejor clienta, y lo que hago me lo pongo con orgullo, al resto, le pueden gustar mucho o nada, esto no tiene término medio, pero desde luego no me cuestionan, si acaso piensan: es rarita, qué le vamos a hacer…
- Ahí es donde residen muchos de mis miedos, ¿quién no ha soñado que tenían problemas con los ojos o que se le caían los dientes o el pelo? Para mí son imágenes recurrentes y como me dan miedo me las pongo, junto con todo tipo de instrumental médico o quirúrgico, que me aterra a la vez que me fascina.
- Diría que no, yo no me encuentro el material sino que lo busco intencionadamente, le dedico mucho tiempo y esfuerzo a esta búsqueda, no me vale cualquier objeto de deshecho, prefiero aparatos y piezas únicas que cuidadosamente voy recopilando, atraída por su forma, originalidad, uso, antigüedad o particularidad. Aprecio la huella que el tiempo y el uso han dejado en ellas. Suelo comprar en anticuarios y mercados especializados.
comprender la joyería?
- Ojalá pero no, ya hay muchos joyeros que verdaderamente están buscando cambiar la percepción que tenemos de la joyería, hacerla más cercana a la realidad en la que vivimos y a los condicionantes físicos del que se la pone. Hay joyería revolucionaria que no quiere ornamentar como principal fin, sino corregir errores físicos o facilitar la vida del que la usa, creo que por ahí van los tiros en cuanto a lo que podrías ser revolucionario. Mi planteamiento es mas tipo sentimental-artístico, con mis Feeas trato de ahondar en los recuerdos, en los sueños y en los miedos. Son piezas obscuras pero con cierto humor macabro, y a veces resultan difíciles de usar por su aparente incomodidad, hay en ellas añoranza de tiempos pasados, que según dicen, siempre fueron mejores.
En ellas hay sentimientos, miedos, gustos frustraciones y fobias, son como pedacitos de mi persona, pequeños frankensteins que voy construyendo a base de tiempo y observación juntando partes que ya no tienen uso practico ni valor monetario estipulado, que fueron importantes para alguien, y que ahora cogen polvo en los cajones de las abuelas o de los anticuarios. Yo sólo trato de darles una segunda vida.
Pues eso, nada revolucionario lo que yo hago, sino mas bien íntimo y
personal