‘Westworld‘ fue primero una novela de Michael Chrichton, después dos películas y, finalmente, serie de TV en los 80 (titulada ‘Beyond Westworld’ (1980) y cancelada a los tres episodios de emisión) y otra serie ahora. Qué digo serie, hablemos con propiedad: Es la ambiciosa apuesta de HBO. Digamos cosas de crítico: es un caro artefacto de ficción. Hablemos como persona: por ahora no me llena el ojo.
Mi generación recordará ‘Almas de metal’ (Michael Crichton, 1973) como un éxito de videoclub. La película pasó de mano en mano como “la del vaquero que es un robot” y la secuela, ‘Mundo Futuro’ (Richard T. Heffron, 1976), como “la segunda parte de la del vaquero que es un robot”. Fue todo un icono. La imagen de un Yul Briner robótico disfrazado de vaquero persiguiendo a los protagonistas, Richard Benjamin y James Brolin, por un gigantesco parque temático dividido en tres zonas (Roma clásica, Medievo y Oeste Americano) poblado de androides que se han rebelado contra sus creadores forma parte del imaginario colectivo mundial.

La imagen de Yul Briner robótico disfrazado de vaquero en ‘Almas de Metal’ forma parte del imaginario colectivo.
Entiendo que los productores de ‘Westworld‘ han dado por hecho que la sinopsis de la obra era lo sobradamente conocida como para no detenerse ni cinco segundos en contarnos donde estamos. Se entiende también que habrán pensado que la promoción previa ha explicado esto por la serie y que, por tanto, no es necesario contarlo pero, la verdad, en este primer episodio ha jugado a la contra del ritmo del episodio. Se echa de menos, un poco, un planteamiento de comienzo menos abrupto y unos pocos minutos para contarnos de qué va todo, aunque solo sea porque ‘Westworld’ es una obra del 73 y que muchos espectadores nuevos no habrán disfrutado de las dos películas anteriores (mucho menos de la serie que fue un absoluto fiasco).
El episodio comienza a cholón, un poco torpe, y se pierde toda la magia. De acuerdo, un recurso tonto como un vídeo promocional vendiendo el Parque Temático y las posibilidades de explorarlo interactuando con androides podría estar un poco visto pero hubiera servido bastante bien para ponerlo todo en orden.
Si la necesidad de los productores era dignificar, en algún modo, la Ciencia Ficción dándole un tono más serio y menos “comiquero” al asunto deberemos de añadir que no era necesario, que nos va la mandanga, que la mandanga va primero y que le pongas después todo el discurso sobre robots que toman conciencia de su existencia. Si haber rodado una serie de disparos y acción, desde el primer minuto, hubiera podido ser facilón también lo es colocarle a la audiencia la enésima reflexión sobre la creación de la vida y las implicaciones morales de crear seres vivos semejantes a nosotros.
Si ‘Almas de Metal’ y ‘Mundo Futuro’ apenas se detenían en estas cuestiones, o las dejaban en un segundo plano, lo cierto es que da la sensación de que ‘Westworld’ va a tener una buena ración de ellas. Algo que, por ahora, solo es un palo en las ruedas. Al asunto le faltan tiros y emoción y le sobran imágenes de androides confundidos por la última actualización a la que han sido sometidos por sus creadores. La propuesta de Jonathan Nolan y Lisa Joy Nolan, pese a lo que la intención fuera la contraria, resulta un tanto simplista e insiste una y otra vez en que los visitantes del Parque acuden allí a dispararle a los robots o a violarlos sin detenerse a tener una conversación con ellos o a plantearse, una vez más, si lo que están haciendo es malo o bueno. Una pena también que, por ahora, los tres espacios del escenario de la novela original se hayan reducido a uno solo (échale la culpa al presupuesto o a que las siguientes temporadas se desarrollarán en otros lugares) y que, en general, se haya perdido el espíritu clásico de la Ciencia Ficción que, en cierto modo, es muchísimo más sutil y enseña entreteniendo.

Pero es pronto para recomendar a HBO que no tenga piedad con ‘Westworld’ –toda la que no tuvo con ‘Vinyl’- porque solo se ha visto el primer episodio y este plantea dos o tres tramas que pueden dar mucho juego. Sobre todo la de Ed Harris haciendo el enigmático papel de ‘Hombre de Negro’ (a medio camino entre Johnny Cash y el Gunslinger que interpretaba Yul Brinner en las pelis originales) y que no sabemos muy bien a donde nos llevará. Las otras se dividen entre la del enfrentamiento entre científicos y empresarios (con Anthony Hopkins a la cabeza que cada día parece más encasillado en estos papeles de señor rico e inquietante) y la de la robot protagonista, encarnada por Evan Rachel Wood, y su historia de amor y búsqueda del ser con el robot que interpreta James Mardsen.
Por ahora este primer episodio no deja más que dudas: las propias de saber si esto levantará el vuelo de algún modo (han tenido margen de mejora) y las del conocedor de la saga cinematográfica y conocedor del mundo de ‘Westworld’ sobre si lo que está viendo es una relectura de un clásico o una secuela de todo lo anterior. Le daremos la oportunidad de que nos sorprendan.