Morirse es una putada. Eso es así. A nadie le gusta palmarla. No tenemos pruebas empíricas que demuestren que estar muerto está bien o mal: las escuelas científica y religiosa no se ponen de acuerdo en si mola o no morirse porque sus posturas son más antagónicas que las de Rajoy y Sánchez en estos momentos. Para los creyentes morirse no es tan malo porque vas al cielo, te esperan tus parientes, aquello es una fiesta continua, como una pool party pero sin David Guetta (de momento). La corriente científica dice que cuando te mueres tu cuerpo deja de respirar, tu cerebro de funcionar y te conviertes en poco menos que una piedra. La nada. Menos para los gusanos, que pillan cacho (si no te queman claro).
Ayer, los medios de comunicación se llenaron de artículos e imágenes de Gene Wilder, fallecido el día anterior a los 83 años, recordando sus películas, sus orígenes, sus frases célebres, sus escenas memorables, y en alguna televisión se pondría alguno de sus filmes como homenaje póstumo. Y mientras, con el cuerpo aún caliente (o blandito que diría Mariló) los cuervos de la prensa ya están mirando hacia otro lado, porque hay en Hollywood al menos un puñado de viejas glorias que hace años que pasean por el corredor de la muerte. ¿Quién será el próximo se preguntan?
Pero la muerte puede esperar en el caso de Kirk Douglas, Olivia De Havilland, Zsa Zsa Gabor, Doris Day y Angela Lasbury, los actores de Hollywood más longevos.. Si te va el morbo y lo siniestro haz una porra con tus amigos. La web deathlist.net ya ha hecho la suya y de momento situa a Zsa Zsa en el número 2, a Olivia en el 4 y a Kirk en el 10 en su macabra lista de famosos que palmaran antes de que acabe el año.