Se cumplen 30 años del estreno de ‘Todo en un día‘, la película de John Hughes que marcaría a toda una generación de actuales treintañeros y cuarentones. Para celebrar semejante aniversario hemos querido rescatar otras películas de los 80 que no consiguieron el éxito de esta pero, por derecho propio, deberían de estar mejor valoradas o han sido injustamente olvidadas. La mayoría de ellas han pasado bien el test del tiempo y son pequeñas joyas que se alejan de las habituales recomendaciones. Seguro que a ti se te vienen a la memoria muchas más pero esta es nuestra selección de películas juveniles de los 80.
‘Mis locos vecinos’ (John G. Alvidsen, 1981)
Adaptación de la novela de Thomas Berger, ‘Neighbors‘ (inédita en España), que supuso el primer patinazo en taquilla importante de las películas protagonizadas por cómicos de ‘Saturday Night Life’. John Belushi interpreta a un apocado y aburrido padre de familia que ve como su aburrida vida se pone patas arriba cuando la casa de al lado de su urbanización es ocupada por un matrimonio de chalados formado por Dan Aykroyd y Kate Moriarthy. La película resultó incomprensible por su tono amargo y tragicómico y porque, en el último momento, Aykroyd y Belushi decidieron intercambiar sus papeles protagonistas: Belushi interpretaría al payaso triste y Aykroyd al zumbado. La dirección recayó en John G. Avildsen (‘Rocky’, ‘Karate Kid’, …) que recibió el proyecto casi como un encargo y mantuvo, durante todo el rodaje, un pulso con la pareja protagonista por el control artístico de la cinta. El resultado es tan irregular como brillante pero vale la pena verla y reivindicarla aunque solo sea por descubrir que un desastre es menos desastre cuando está protagonizado por dos bestias pardas de la interpretación.
‘TAPS, más allá del honor’ (Harold Becker, 1981)
Los cadetes de una Academia Militar afrontan el cierre de la institución por culpa de la especulación inmobiliaria y porque, al parecer, el lugar se toma un poco demasiado en serio el código militar y lo aplica con especial dureza. Timmothy Hutton, Sean Penn y Tom Cruise, los tres alumnos más destacados y fieles deciden entonces saltarse el poder civil y amotinarse dentro del centro educativo-militar provocando una situación de secuestro con rehenes y adolescentes armados hasta los dientes que se posiciona entre ‘Mishima’ (Paul Schrader, 1985) y ‘El Señor de las moscas’, la novela de de William Golding. Pese a que, en el fondo, resulta escalofriante que se plantee una situación como esta como “heroica” y que el hecho de que para los norteamericanos los pronunciamientos militares resulten algo ajeno a su historia contemporánea lo cierto es que allí caló a la perfección con los aires militaristas impuestos por la administración Reagan muy empeñada en limpiarla la cara al ejército de su país. En el nuestro, la verdad, ‘TAPS, más allá del honor‘ se convirtió en un éxito de taquilla y en una de esas películas que era difícil encontrar en el videoclub porque el personal flipaba. No tanto con el mensaje que, bueno, eso quedaba al fondo como que, maldita sea, en Estados Unidos te dejaban coger una ametralladora y vestirte de carapintada antes de que te salieran las muelas del juicio.
‘El mundo según Garp’ (George Roy Hill, 1982)
Emocionante novela de John Irving cuya adaptación corrió a cargo del malogrado Steve Tesich y cuya dirección corrió a cargo de George Roy Hill, un director de esos honestos que conocían su oficio al dedillo. ‘El mundo según Garp‘ cuenta la historia del único hijo de una mujer de una familia adinerada y conservadora que decide saltarse las reglas, cometer pecado, tenerle siendo soltera y negarse luego a casarse con ningún hombre. La vida de ambos se establece en el distanciamiento moral de su época y en un grado de libertad que hace que vivan una vida paralela a los convencionalismos de su época. Los papeles protagonistas recaerían en Robin Williams y Glenn Close (solo cuatro años mayor que su “hijo” en la pantalla). Si Glenn Close rinde a un nivel magnífico es Robin Williams el que se lleva la palma en esta primera tentativa de alejarse de los papeles cómicos (por aquel entonces era famoso por interpretar a un extraterrestre loquito en la serie ‘Mork y Mindy’) y dotó a su personaje de toda la ternura y la distancia necesarias demostrando, por enésima vez, su grandeza interpretativa y sus infinitos registros. ‘El Mundo según Garp’ es una película pequeña sobre grandes cosas como aprender a vivir como te de la gana.
‘La clave del éxito’ (Michael Chapman, 1983)
Antes de convertirse en el maravilloso chalado que es ahora y que, últimamente, nos está regalando algunas películas inolvidables como ‘Al filo del mañana’ (Doug Liman, 2014) Tom Cruise fue un ídolo de películas juveniles. ‘La clave del éxito‘ fue su primera película tras el éxito cosechado por ‘Risky Bussiness‘ (Paul Brickman, 1983) y, bien porque era un drama, bien porque se estrenó en el mismo año pasó sorprendentemente desapercibida pese a ser, ciertamente, un peliculón. Cruise interpreta a Stefen Djorjevic, un joven americano de segunda generación, nacido en una familia trabajadora muy humilde de Pittsburgh que es la estrella del equipo de fútbol americano de su instituto. El objetivo de Stefen es conseguir una beca deportiva de una gran universidad y convertirse en profesional pero, en su camino al éxito, se encontrará con el drama económico de su propia familia y la figura de un terco entrenador que le hace la vida imposible. Película rarita para la época de Reagan por tratarse de un dramón que le sacaba los colores a la desindustrialización del país y a las altas cifras de paro obrero que se registraban por aquel entonces. En España la cinta pegó fuertísimo en su estreno cinematográfico porque las revistas juveniles de la época ya flipaban bastante con Tom y porque, en esta ocasión, su fanaticada femenina lo percibía como un tipo sensible y pobretón que, en el fondo, era más cercano que el proxeneta juvenil de su anterior película. La carrera posterior de Tom Cruise ha sepultado a esta pequeña película de manera bastante injusta porque la factura y el guión rayan a muy buen nivel.
‘Repo Man’ (Alex Cox, 1984)
Alex Cox es posiblemente uno de los directores que están en nuestro altar de directores tarugos. Todo lo que ha rodado Cox está indefectiblemente unido al punk. No solo su ‘Sid y Nancy‘ (1986), como no podía ser de otro modo, si no todo lo que ha hecho ya sea ‘Directos al infierno‘ (1986), la espectacular ‘El patrullero‘ (1991) o ‘Revengers Tragedy‘ (2002). ¿No le ponen cara? ¿Se acuerdan de ‘Perdita Durango’ (Alex de la Iglesia, 1997)? Alex Cox es uno de los policías que persigue a Romeo Dolarosa. Justo. El que no estaba interpretado por James Gandolfini. Otto Madox (Emilio Estevez) es un rockero de medio pelo de Los Ángeles que se queda sin trabajo y, por casualidad, conoce a Bud (Harry Dean Stanton) que trabaja en un agencia de recuperación de vehículos de morosos. Pese a que el trabajo no le gusta muy pronto descubre que los trabajos se pagan en efectivo y acepta unirse a su nuevo socio. Por el medio Otto descubrirá que sus padres, unos confiados hippies, han decidido donar el dinero que habían guardado a Otto para ir a la universidad a un telepredicador y, entonces, decide recuperar su pasta y tomarse venganza.
Alucinada, rocosa, dura, ‘Repo Man‘ avanza a tirones y pistoletazos en un estilo que pondría de moda Tarantino que, sin duda, tiene en Cox una de sus grandes influencias aunque casi nunca hable de ella. Ochentazo de bajo presupuesto y altísimas prestaciones que pasó casi desapercibido en Europa y que se convirtió en una pieza de culto allá por mediados de los 90.
‘Click, Click’ (Jerry Schatzberg, 1984)
Charles (Jon Cryer) es un muchacho de 16 años apasionado de la fotografía que, accidentalmente, un día fotografía por la calle a Laura (Demi Moore) una cantante de 23 y singular belleza que intenta abrirse paso en el complicado mundo de la música. Jon Cryer, actor cómico de singular capacidad para interpretar papeles de torpe y que no ha alcanzado la fama hasta su papel protagonista en ‘2 hombres y medio’, completa aquí uno de los papeles más reconocibles de las películas juveniles de los 80: un muchacho bueno y empollón que sobresale en alguna disciplina académica y que sufre por su incapacidad para ligar y/o perder la virginidad. Eran otros tiempos: el paradigma por entonces de héroe que caía bien era el de la gente especial pero inadaptada y los malos eran los capitanes de los equipos deportivos de los institutos y las animadoras. Podemos decir que esa tendencia acabó con la estúpida ‘Varsity Blues‘ (Brian Robbins, 1999) que nos enseñó que los tradicionales malvados también tenían su corazoncito.
‘Click, Click‘ es una de esas películas juveniles de los 80 que, en la actualidad, se dirigirían a un público más adulto aunque solo sea por la trama sexual de la película. Vale la pena darle una oportunidad a esta comedia de enredo que cuenta el paso de sus dos protagonistas de la inocencia a la madurez. No se pierdan el subtexto de la cinta. No queremos ser fuente de spoilers.
‘Cuando llega la noche’ (John Landis, 1985)
Desde ‘Desmadre a la americana‘ (1978) el director John Landis había cosechado grandes éxitos firmando grandes películas . desde el 78 hasta el 83 dirigió ‘Granujas a todo ritmo’, ‘Lobo hombre americano en Londres’ y ‘Entre pillos anda el juego’. Taquillazos inconmensurables que hablaban de un director que podía rendir en géneros tan dispares como el musical, la comedia o el terror. Pero en el mismo 83, Landis fue el protagonista de una horrible tragedia. Cuando rodaba uno de los segmentos de la película ‘En los límites de la realidad‘, un accidente con un helicóptero se llevó por delante la vida del actor Vic Morrow y de Myca Dinh Le y Renee Sin-Yi Cheen, dos niños de corta edad que participaban en la filmación como extras. El accidente se produjo cuando se rodaba de noche con niños presentes, algo prohibido por la legislación, y sin tomar las medidas de seguridad necesarias, con un equipo agotado y sin la prevención de contar con un equipo médico de urgencias. Las demandas comenzaron a caer y Landis cayó en desgracia. En realidad nunca se recuperó del todo y las películas posteriores, pese a que tiene alguna joya, ya no rindieron al mismo nivel. En los dos años siguientes el director aceptó solo trabajos de encargo lejos de los grandes estudios (acababa de rodar ‘Thriller‘ para Michael Jackson, el antes y el después del videoclip). Hasta 1985 no volvió a rodar una película: ‘Cuando llega la noche‘. La historia tiene todos los ingredientes de un comeback triunfal y encierra algunas de las cosas que hicieron grande a Landis: ritmo trepidante, espectacular puesta en escena y grandísima planificación de cámaras a favor de una historia alocada. Añádanle la aparición de muchísimos cameos: en este caso, por ejemplo, el de David Bowie. La historia cuenta las aventuras de un controlador aéreo, Jeff Goldblum, aquejado de insomnio por el agotamiento de su trabajo y porque su mujer le pone los cuernos. Deambula todas las noches metido en su coche de aquí y allá recorriendo Los Ángeles para agotarse y caer dormido. Una de esas noches encuentra a Michelle Pfeiffer y la salva de morir asesinada. Junto a ella recorrerá la ciudad en busca de la salvación de esta y para poner a buen recaudo el botín que esconde la rubia: una fabulosa cantidad de piedras preciosas procedentes de la fortuna personal del Sha de Persia a la que todo el mundo quiere echar el guante. La película es una comedia de enredos e intriga con chiflados resultados agradabilísima de ver y muy apetecible para una noche calurosa. Pegajosa e inmoral, ‘Cuando llega la noche’ es un dignísimo retorno de un director que decidió exorcizar así los dos años de sequía profesional y, de paso, arrancarse los demonios de aquella noche en que se llevó por delante la vida de tres personas.
‘¡Te pillé! Gotcha!’ (Jeff Kanew, 1985)
Los 80 fueron una época convulsa políticamente hablando y marcada por la Guerra Fría y la política de bloques. El cine juvenil no huyó del pánico a una inminente guerra nuclear y se rodaron un buen número de películas con el tema de fondo de la lucha entre USA y la URSS.
Así a bote pronto: ‘Juegos de Guerra‘ (John Badham, 1983), ‘Amanecer rojo‘ (John Milius, 1984) o ‘Espías sin identidad‘ (1988) fueron el lado juvenil de otras producciones para el público adulto que han hablado de los mismos temas como la TV movie ‘El día después‘ (Nicholas Meyer, 1983), la serie de culto ‘Amerika‘ (Donald Wrye, 1987) o la más actual ‘The Americans‘ (Joseph Weisberg, 2013).
‘¡Te pillé! Gotcha!‘ es la historia de Jonathan (Anthony Edwards) un nerd que es la estrella de un juego a medio camino entre el rol en vivo y el paintball que se desarrolla en su universidad. El muchacho ha encontrado en este juego el sustitutivo ideal para olvidarse de que todavía es virgen (una obsesión constante en las películas juveniles de los 80) pero, cuando llega el verano, decide embarcarse en un viaje a Europa con su mejor amigo, Manolo (Jsu García), que es un ligón latino, para ver monumentos y, como no, probar suerte con las europeas que, como todo el mundo sabe en América, se pirraban por lo primero que bajaba de un avión de la TWA. Para su suerte o su desgracia se encuentra con una mujer de acento del este, Sasha (Linda Fiorentino), de la que caerá completamente rendido. A partir de ahí se separa de su amigo y prosigue su andadura europea con su ligue sin saber que esta es una espía internacional que lo meterá en una operación secreta.
El resultado es una peli de acción, entrañablemente tontorrona que se deja ver sin ningún problema, sin daño y sin querer tirar la televisión por la ventana. Otro exitazo de videoclub que, para su promoción en España, usó la voz del entrañable Joaquín Luqui como voz en off de sus anuncios en TV y radio. No te va a cambiar la vida, no te va a dar mucha información sobre la Guerra Fría pero, bueno, como entretenimiento es mejor que cualquiera de las cosas que ven tus sobrinos.
[ EN BREVE LA SEGUNDA PARTE DE OCHENTAZOS OCULTOS ]