Es una realidad: nos hacemos más mayores y más selectos (que no más viejos ni más pijos, no confundamos). Antes podíamos comernos casi cualquier cosa que no llevara la palabra Cicuta o Polonio en la etiqueta, pero con el tiempo nuestro paladar ha memorizado que no todo lo que cabe en la boca es comestible (¡olé los dobles sentidos!). Y hablando de juegos de palabras, hemos pedido a los miembros de este equipo que nos cuenten sus sitios favoritos para ‘hamburguesarse’ a gusto en Madrid.
La burger-chic de Alta Burguersía. (Javier Díaz de Lezana, redacción)
Llevan ya un año largo hamburguesando al barrio de las Letras. Tal vez por eso su clientela es un mix entre actores y artistas residentes y los cientos de giris que cada día pasean por este barrio madrileño. Decoración neoyorquina, carne100% ecológica y hasta 20 tipos de hamburguesas distintas: de la ‘Trufus Maximus’, a ‘Te la dieron con queso’ o la sensual ‘Le petit mort’ (mmmmm).
La tiki burger de Lunch Box. (Noelia Fariña, moda y redacción)
Mi hamburguesa favorita se llama ‘Ava Gardner’ es una ricura vegeta que sirven en el Lunch Box, un sitio muy tiki y rockabilly de calle Barco. Todas las cosas tienen nombre de estrellas de los cincuenta, está muy bien de precio y te invitan a un chupito de Licorcafé cuando te vas. Además un domingo al mes hacen el día del tentáculo y hay pulpiño.
Goiko Grill, la catedral de la carne (Alejandro Parilli, audiovisual)ç
Llevan tres años y su expansión es imparable. En breve podrán formar partido político y presentarse a las elecciones. Y probablemente ganarlas. No es coña. Su lema, ‘yo amo lo que hago’ se nota en todos los detalles: la decoración de los locales, el buen rollo del equipo, y una carta tan extensa que a veces resulta difícil elegir. Hamburguesas de autor con raíces vasco-venezolano.
El toque americano de Tommy Mel’s. (Javier Moreno, audiovisual)
Entrar en el Tommy es como subirte en un DeLorean y viajar en el tiempo: la estética colorista, el rock & roll que sale de los altavoces, la ropa de los camareros… ¡Tienen hasta una jukebox! En la carta una decena de hamburguesas (grandes y generosas) para elegir aunque siempre acabo pidiendo el ‘Viva Las Vegas’ con una crema de queso con nueces que le da un toque. ¡Oh yeah!
Gin & burger de Cafetería HD. (Cristina Pardeza, maquetación).
Es un local diferente, que mezcla a la perfección el estilo más castizo de Madrid con un toque cool y moderno —me encantan los retratos en B&W de una de sus paredes—. La comida está riquísima; sobre todo, los aros de cebolla y, por supuesto, sus hamburguesas. Mi favorita es la Eggburger HD, con crujiente de cheddar, cebolla frita, cebolla, tomate, leghuga, crispy bacon, mahonesa y huevo plancha. ¡Y todo por unos deliciosos 8,90€!
Rock & Burger en In Dreams Café (Javier Moya, dirección)
Hamburguesería para amantes del rock and roll fuera del circuito de cadenas de hamburguesas o locales muy fashion. Carne de primera, buen pan, patatas fritas caseras, estética underground y una selección musical llena de oscuras gemas de los 50 y 60. Su otra especialidad son los cócteles. Un lugar muy céntrico, pero un pelín escondido.
La hamburguesa castiza del Peyma. (Jessica Bermudez, audiovisual).
Aunque el Home Burguer siempre tendrá un huequito en mi corazón para puntuales agujeritos en mi bolsillo, me voy a salir del barrio (Malasaña) para recomendar una opción menos gourmet pero más cañí: el Peyma. En la calle Sombrerete, casi pegando a Embajadores, hay un bar de toda la vida con camareros majísimos y una hamburguesa de esas como las que te haría tu madre con la carne picada de la carnicería de tu pueblo. Olvídate de panes fancy y de montañas de 5 dedos de carne: la hamburguesa del Peyma es austera y no muy gruesa pero sabe a carne de verdad y cuesta 4/5 euros. Y te la sirven en una terraza con una sonrisa, ¡copón!
Viva Burger: la carne NO es lo primero. (David Pérez, audiovisual)
Pilla un poco a desmano, pero esta hamburguesa vegana puede alimentar a una familia durante tres meses. Su oferta de burgers 100% animal free es tan extensa como el listado de apellidos de vegetas en España (unos dos millones). Para suplir la carnufa su carta abunda en otros ingrediente: quesos, setas, tofu… Además sus menú del día parece la agenda de la ONU: lunes italiano, martes chino, miércoles ruso…
Y de propina: Big Mac de McDonald’s (Rafael Benítez, dirección)
¿Qué es eso de hamburguesas de autor? ¿Hamburguesas premium? ¿Hamburguesas de más de 30 pavos hechas a base de carne de vaca criada con cerveza y masajeada por diligentes japonesitos? ¡Venga, hombre!
La hamburguesa es un bocado delicioso pero de medio pelo, y así debe ser, basta de ínfulas. De ahí que, más allá de las hamburguesas de bareto, esas de la carne rosada, mi hamburguesa favorita sea el BigoMaco, la burguer estrella del imperio de los arcos dorados (hamburguesa que por cierto le patea el culo mil veces al Whopper).
No la como demasiado pero, un par de veces al mes, se activa la droga que le deben echar, y todas mis células aúllan exigiendo su dosis de Big Mac, dos pisos de deliciosa buryer aliñada con cebollita, lechuga, pepinillo y esa salsa secreta que es la clave.
Y todo por menos de seis pavos y con papitas y cerveza, ¡já!