Extracto de ‘Todo el mundo adora nuestra ciudad‘, de Mark Tarm (Es Pop Ediciones) . Capítulo dos.
El evangelio según Buzz
BUZZ OSBORNE (alias King Buzzo; cantante/guitarrista de Melvins) Nunca tuve a mis padres demasiado al tanto de lo que estaba haciendo musicalmente. Pero es normal. Bastante tenían ya con lo suyo. Tuvieron que enfrentarse al hecho de ser padres con las herramientas que les habían proporcionado los suyos, lo cual equivale a ninguna. Mi padre nació en Virginia Occidental, en un cuchitril sin electricidad ni agua corriente, y su padre era minero del carbón. Mi abuelo se marchó de casa a los doce años porque su padre no podía seguir alimentándolo. Fue vagabundo. Mi madre tenía quince años cuando me tuvo a mí. De no haber sido por eso, mis padres nunca se habrían casado ni de puta coña.
Mis padres se las apañaron excepcionalmente con lo que tenían, que venía a ser nada, igual que sus padres, que salieron de ninguna parte. Así son cantidad de familias: muerte, destrucción y todo lo malo que puedas imaginar.
No me fío de la humanidad. Perdí la fe en todo eso hace mucho tiempo, probablemente de adolescente. Pero no pasa nada. Entiendo que no soy normal. Sólo soy un tío raro que va por la vida como Bozo el payaso.
MATT LUKIN (bajista de Melvins/Mudhoney) Nací en Aberdeen, pero me crié en Montesano. Un entorno muy rural y simplón.
BUZZ OSBORNE Nací en Morton, Washington, un pueblo a aproximadamente hora y media de Aberdeen y Montesano. En mitad de la nada. Mis padres eran gente pobre, de clase media-baja en el mejor de los casos. Mi padre trabajaba en la industria maderera.
Cuando tenía unos doce años, nos mudamos a Montesano. Fue entonces cuando empecé a comprar la revista Creem. Estamos hablando de 1976-77. Me interesé por los Sex Pistols únicamente por las pintas que tenían en aquellas revistas. Al mismo tiempo, me aficioné a David Bowie.
MIKE DILLARD (batería de Melvins) Iba a segundo de bachillerato cuando conocí a Buzz. Él estaba un curso por encima del mío. Recuerdo perfectamente su dormitorio. Tenía un enorme amplificador estéreo que le habían regalado sus padres y puso el ‘Never Mind the Bollocks’ de los Sex Pistols en el tocadiscos. Para entonces ya lo tenía completamente desgastado, sonaba rayado, cargado de estática y chasquidos. Me dejó flipado: «¡Oh, Dios mío, es lo mejor que he oído en la vida!».
Conocí a Buzz en el instituto. Era un tío raro que tocaba la guitarra. Completamente distinto a todos los demás tanto en actitud como en el pelo. Llevaba un enorme peinado afro. Resultó que otro buen amigo mío al que conocía desde tercero, Mike Millard, era colega de Buzz y se juntaba con él para tocar. Mike tenía una batería, Buzz tenía una guitarra y el primo de Dillard tenía un bajo. Intentaron reclutarme como segundo guitarrista, porque tenía una Les Paul y un amplificador, pero el primo de Dillard casi nunca aparecía, así que me dejaron tocar el bajo.
BUZZ OSBORNE Matt Lukin también tenía una guitarra, lo cual era una rareza en nuestro instituto. Venía de un entorno más tradicional. También estaba más integrado. Yo no dejaba de ser un intruso, porque me mudé allí en séptimo. De repente te encuentras estudiando con críos cuyos padres fueron juntos a ese mismo colegio, que fueron novios entre sí, que se dan trabajos unos a otros. No hay nada que hacer, ¿sabes? Igualmente podría haber llegado del puto Marte.
Buzz y yo trabajábamos en Thriftway. Metíamos la compra en bolsas y se las llevábamos a las ancianas hasta el coche. Siempre nos tocaba cerrar por la noche y sacar unas enormes cajas de basura por la parte trasera. Metíamos un par de paquetes de cerveza en las cajas, los cubríamos con basura y tirábamos las cajas al contenedor. Después, cuando todo el mundo se había marchado, volvíamos con el coche, sacábamos las cervezas del contenedor y nos dábamos el piro.
Cuando empezamos, tocábamos versiones de los Who, alguna que otra de Hendrix, de Cream, mucho rock clásico. Recuerdo que Lukin se nos acercó a mí y a Buzz unas dos semanas después de empezar a tocar con nosotros. Y va y dice: «¡Hostia puta, estáis chalados! ¡En estas dos últimas semanas he fumado más porros y he privado más que en toda mi vida anterior!». Probablemente fuimos los responsables de que se aficionara a las drogas y el alcohol.
BUZZ OSBORNE Lo del alcohol era realmente extraordinario. En una situación desesperada, te hace sentir como si tuvieras algo por lo que vivir. Si me hubiera quedado allí y no hubiera descubierto la música, me habría saltado los sesos. Sin duda. Habría acabado matando a alguien o suicidándome. Pero dejé de beber en los ochenta. Me pareció que era lo mejor para mí y para los que me rodeaban. Cuando bebía, acababa envuelto en problemas con la ley o envuelto en vendajes, una de dos.
TIM HAYES (propietario de Fallout Records) Trabajaba en Aberdeen, en una tienda de discos de una cadena llamada DJ Sound City, en el centro comercial Wishkah. Me iban los rollos más marcianos. En aquella época hasta llevaba tupé. La peña venía buscando discos de los Doobie Brothers, Styx, Rush o Skynyrd. Cantidad de música mala. Buzz y Matt venían a pasar el rato y yo les descubría cosas: «Eh, tío, tienes que oír este disco de los Cramps o este disco de Black Flag». Un día entraron diciendo que habían formado un grupo.
BUZZ OSBORNE Le pusimos al grupo el nombre de un tipo que trabajaba en Thriftway. Melvin era un puto gilipollas. Era un adulto y estaba en una posición de autoridad. Era uno de esos individuos que te grita delante de todo el mundo para hacerse el importante. Un mierdas. Nos pusimos su nombre porque sonaba ridículo. Nos gustaba que fuese una broma privada.
MIKE DILLARD Justo detrás del Thriftway había un aparcamiento en el que podías dejar el coche para coger el autobús. Descubrimos que en un edificio contiguo tenían un enchufe exterior, así que llevamos un enorme alargador, conectamos todos los amplis con un ladrón y nos dispusimos a tocar a eso de las siete de la tarde de un sábado.
KURT COBAIN (fallecido cantante/guitarrista de Nirvana; marido de Courtney Love; de sus diarios) Recuerdo estar perdiendo el tiempo en el Thriftway de Montesano, Washington, cuando un empleado de pelo corto, el chaval que embolsaba los productos y se parecía al tío de Air Supply, me dio una octavilla que anunciaba: «The Them Festival. Mañana por la noche en el aparcamiento detrás de Thriftway. Música en directo gratis».
Montesano, Washington, un pueblecito nada acostumbrado a los conciertos de rock. Una población de un par de miles de leñadores y sus sumisas esposas. Fui con unos colegas fumetas en una furgoneta. […] Allí estaba el chaval de Air Supply con una Les Paul a la que le había pegado un anuncio de cigarrillos Kool sacado de una revista, un mecánico pelirrojo con pinta de motero y Lukin, el tío ése tan alto…
Tocaron más rápido de lo que jamás imaginé que pudiera tocarse y con más energía que la que pudieran ofrecer mis discos de Iron Maiden. Aquello era lo que había estado buscando.
BUZZ OSBORNE Hicimos un montón de cosas parecidas. En realidad no eran conciertos. Lo que yo considero nuestro primer concierto lo dimos en Olympia, Washington. Fue en el 84 en un local que se llamaba Tropicana. Nos dejamos el pellejo ensayando durante mucho tiempo y sólo tocamos temas propios. Un par de semanas más tarde, dimos otro concierto allí con los Fastbacks y todos los chavales que habían ido a vernos la primera vez repitieron la segunda. En aquel momento lo supe: vale, lo hemos conseguido. Les hemos convencido.
KURT BLOCH Los Melvins no se parecían a ningún otro grupo. Tenían un sonido absurdo que resultaba demoledor, pero al mismo tiempo no era el típico rollo hardcore de gritarle al mundo cuánto odias a tus padres, las clases y todo eso. Las letras no tenían ningún sentido literal, pero las gritaban como si de verdad se las creyeran. Eran muy pretenciosos pero sin ninguna pretensión. No tenían esa actitud de «abajo el gobierno y matemos a las estrellas de rock».
DONNA DRESCH (bajista de Screaming Trees; fundadora de Chainsaw Records) Los Melvins eran los tipos que venían a nuestras fiestas en Olympia, se comportaban como unos tarados detestables y hacían agujeros en las paredes. Recuerdo perfectamente esa sensación de vuelco en el estómago cuando los veías entrar en tu casa. Aun así, no te perdías ni uno solo de sus conciertos, te sabías hasta la última palabra rara que se inventaran y te desnucabas siguiendo el ritmo.
MIKE DILLARD Para nosotros supuso un gran paso salir del pueblo para ir a tocar a otros sitios. Empezamos a quedar con otro grupo, March of Crimes. Íbamos allí y nos quedábamos a pasar la noche en su casa. Ben Shepherd, que después estuvo en Soundgarden, era el guitarrista. Y el cantante era un chaval al que llamaban Munkeyseeker. Vivían en Bainbridge Island y como estaban más cerca de la movida, nos conseguían actuaciones.
JONATHAN EVISON (alias Munkeyseeker; cantante de March of Crimes) Rápidamente nos hicimos amigos de los Melvins y nos quedamos con ellos una noche en Montesano. Pillamos un buen colocón en su local de ensayo. Tocaron para nosotros y nos quedamos: ¡unhh! Eran tan rápidos y tan enérgicos que nos dejaron sin aliento. Acabamos tirados por el suelo, muertos de risa y ciegos a más no poder, en plan «¡hostia puta!». Le hablé de ellos a alguien en el Grey Door, donde solían pagarnos con marihuana —cincuenta gramos de grifa por concierto—, y fue el primer local de Seattle en el que tocaron.
BUZZ OSBORNE Fuimos el último grupo que tocó en el Grey Door cuando se les acabó el alquiler. Cuando terminó el concierto, el propietario repartió media docena de almádenas y destrozamos el puto local.
MATT LUKIN Dillard recibió la patada un año o dos después de que hubiéramos salido del instituto. Tenía una novia que era la típica novia pesada: «Pasas muy poco tiempo conmigo, bla, bla, bla». Y él: «No puedo ensayar. He quedado con mi novia. Tengo que ir al cine». ¿Qué coño es eso?
Buzz me hizo decirle a Dillard: «Buzz va a dejar el grupo. Va a formar uno nuevo con Krist Novoselic y con otro tío, un tal Crover. Puede que nos llame a alguno de los dos si la cosa no cuaja». Bueno, al parecer Novoselic no funcionó al bajo, de modo que me llamó a mí. Pero no llamó a Dillard. Ésa era su manera cobarde de echar a la gente del grupo para no tener que dar la cara. Me obligaba a mí a hacer el trabajo sucio.
BUZZ OSBORNE Nos buscamos otro batería y nunca hablamos de ello. Puede que fuese un error por mi parte, pero cuando estás metido con pasión en algo, no siempre tomas las decisiones adecuadas.
MIKE DILLARD: Yo tenía novia y estoy seguro de que mi falta de interés por el grupo era patente. Si no recuerdo mal, fue Buzz quien dijo: «No voy a seguir con esto. Lo dejo». Y recuerdo haber pensado: por mí, bien, de todos modos tampoco quería seguir. Creo que en aquel momento ya habían llegado a un acuerdo con Crover. Tampoco fue ningún drama. Y no podrían haber encontrado a nadie mejor que Crover. El tío es la polla.
BUZZ OSBORNE Conocí a Krist Novoselic a través de un amigo mío que fue expulsado del sistema educativo público de Aberdeen por encender una bomba de mano casera en el instituto. Se llamaba Bill Hull y en aquel momento era conocido como el Dinamitero de Aberdeen. Nos hicimos amigos cuando vino a mi escuela. Me pareció que Bill poseía una inteligencia excepcional, era un vago con un alto nivel de habilidad. Un genio anónimo, desde luego. Trabajaba con Krist en un Taco Bell de Aberdeen. Bill me contó que Krist tocaba la guitarra.
MATT LUKIN Buzz y yo nos pasamos por el Taco Bell. Mientras saludábamos a Bill, vimos a un tío raro y espigado en la parte de atrás, cantando los villancicos horteras que sonaban por los altavoces del local, porque estábamos en Navidades. Y nosotros: «Pero ¿qué hace el chalado ése?». «Oh, es mi amigo Krist».
BUZZ OSBORNE Le toqué a Krist un par de temas y fue una de las pocas personas que de verdad le pilló el punto.
KRIST NOVOSELIC (bajista de Nirvana) Fue como una revelación. Cambió mi modo de afrontar la vida. Buzz era el predicador y su evangelio era el punk rock.
MATT LUKIN Al cabo de un tiempo, dijimos: «Tenemos que encontrar otro batería. ¿Conoces a alguien?». Así que Krist nos llevó por ahí y nos presentó a un par de amigos suyos que tocaban la batería.
Resulta que el primer tipo que nos presentó fue Aaron Burckhard —que después estuvo en Nirvana— y a los pocos minutos de haberlo conocido nos dimos cuenta de que con aquel tipo no íbamos a ninguna parte. Fue una simple cuestión de personalidad. Y lo que vimos en el patio trasero de su casa: el típico grupo de «colegas» de fiesta. «¡Eeeh, colega!». Además, tenía bigote. Llevar un enorme y poblado bigotón a lo Tom Selleck significaba que intentabas ser algo que no eras.
BUZZ OSBORNE Yo lo que quería era un batería de heavy metal. Quería alguien que impulsara el grupo más allá de lo imaginable. Como un tren de mercancías, una combinación entre Keith Moon y el tío de Iron Maiden.
MATT LUKIN Después Krist nos presentó a Dale. Resultó ser un chaval del instituto que tocaba la batería de puta madre. Tenía pinta de metalero melenudo.
DALE CROVER (batería en Melvins/Nirvana) Antes de tocar con los Melvins estuve en un grupo que se llamaba Rampage. Aunque también les gustaba otro tipo de rock, como el que me molaba a mí, llevaban un rollo en plan: «oh, tenemos que tocar esta canción de Eddie Money. Tenemos que tocar baladas».
Nos invitaron a tocar en un programa de radio navideño en beneficio de una organización de adultos con problemas mentales llamada Sunshine Kids. De modo que fuimos allí, al Elks Hall en el centro de Aberdeen, y cuando llegamos había otro grupo tocando. Eran los Melvins. Los demás tíos de Rampage empezaron: «Pero ¿qué cojones es esta mierda?». Y yo: «No lo sé, pero tiene su punto. Y además tocan canciones propias». Tocaban a toda hostia, eran atronadores y enlazaban una canción tras otra.
BUZZ OSBORNE Había visto a Crover tocando con un grupo de versiones, temas de Loverboy, basura, mierda, pero me parecía buen batería. Cuando Krist nos lo mencionó, dije: «Oh, sí», y fuimos a hablar con él. Cuando Crover se unió al grupo, se pasaba el día rascándose la barriga. Creo que dejó el instituto después de repetir tercero por segunda vez.
DALE CROVER El orientador me dijo: «Parece que tienes claro lo que quieres hacer». Para entonces estaba saliendo de gira con los Melvins, tocando los fines de semana. Y él: «Mi consejo es que lo dejes, porque de todas maneras no vienes nunca y es evidente que vas a suspender».
DAN PETERS (batería de Mudhoney/Nirvana/Screaming Trees/Feast/Bundle of Hiss) Dale era un crío de chaqueta vaquera con forro de piel y larga melena enredada. Sus baterías siempre estaban montadas de cualquier manera, con timbales de todos los tamaños. Cada elemento era de una marca y un modelo distinto, asegurado con cable de embalar. Las aporreaba como si no hubiera un mañana.
MATT LUKIN En aquella época a Dale le iba el speed metal. Lo cual tenía su gracia, en el sentido de que los Melvins estaban empezando a bajar el ritmo: «Todo el mundo toca a toda hostia, vamos a ralentizar un poco el asunto. Así vacilaremos a la peña».
DALE CROVER La idea de frenar el ritmo surgió en gran medida de la cara B de ‘My War’, el disco de Black Flag. La cara B de ese disco es una serie de canciones lentas que sus fans rechazaron de pleno, porque querían ritmos acelerados para poder bailar el pogo.
BUZZ OSBORNE Desde luego nos gustaba ‘My War’, pero no sé si fue ése el motivo de que decidiéramos rebajar la velocidad. Resulta que vi a Black Flag en aquella gira, acompañados de un grupo llamado Saccharine Trust, que tocaban igual de lento y además eran más raros. Fueron muy influyentes en lo que a atmósfera se refiere.
Redujimos la velocidad, pero a mí siempre me pareció que simplemente era otra de las cosas que hacíamos. Siempre tocamos rápido, siempre. La gente se quedó colgada con eso de que tocáramos lento. Cada vez que veo que un periodista escribe «sludgecore… los Melvins»… Vale, sólo es cierto si únicamente escuchas un veinte por ciento de nuestras canciones. Lo cual indica que en realidad no tienen una idea clara de lo que hacemos.
DALE CROVER También había tocado en un grupo llamado Special Forces con un guitarrista, Larry Kallembach, que tuvo una influencia definitiva en los Melvins, porque le enseñó a Buzz cómo afinar en «drop D», bajando la sexta cuerda a un re. Ése era el secreto de Black Sabbath: ‘Into the Void” estaba tocada en re caído.
JEFF GILBERT (periodista; DJ en KZOK; organizador de conciertos) Seattle no es una ciudad glamurosa para nada. Era muy patética. Muy deprimente. De ahí salió toda esa música. No es la primera vez que lo digo: el grunge no es un estilo musical. Son quejas en re caído.
DAN RAYMOND («apalancado» de los Melvins) Buzz y yo fuimos juntos al instituto. Yo me marché a la universidad y cuando regresé de vacaciones, había empezado a tocar muy lento. Antes de haberlo oído siquiera, le pregunté: «¿Qué estás haciendo ahora que sea diferente?». Y me dijo: «Yo lo llamo “Sabbath retorcido”».
TRACY SIMMONS (alias T-Man; bajista de Blood Circus) Fui a ver a los Melvins en un pequeño almacén en la zona de Fremont, en Seattle, y me dejaron completamente boquiabierto. En plan: «la hostia, es lo más heavy que he oído en mi vida». Tengo que reconocerlo, fueron una gran influencia en Blood Circus. Más que cualquier otro, Melvins fue el grupo que inspiró el sonido del grunge.
MATT LUKIN Durante una temporada Dale vendió hierba en papelinas de 5 dólares. Llegó hasta tal extremo que teníamos que cerrar con llave la puerta de la sala de ensayo, porque si no cada cinco minutos entraba alguien para comprarle hierba a Dale.
DALE CROVER ¿Que si vendía maría? No voy a confirmarlo ni a negarlo. No, nunca le vendí a nadie maría en casa de mis padres, digámoslo así. Aunque probablemente alguien se fumara algún que otro peta de vez en cuando en mi jardín trasero. Éramos críos.
Quien diga que llamábamos «las rémoras» a la gente que se juntaba con nosotros es un mentiroso de mierda; jamás oí que nadie fuera descrito en esos términos.
BUZZ OSBORNE Yo no tenía absolutamente nada que ver con toda aquella peña que se pasaba las horas muertas en casa de los padres de Crover, en Aberdeen. Aberdeen es una letrina. Nunca me cayó bien ninguno de aquellos tipos. Eran un puñado de paletos arrogantes y gilipollas. ¿Has visto ‘Tulsa‘, el libro de fotos de Larry Clark? Es un buen ejemplo. Una ristra de cabroncetes porretas, alcohólicos y ladrones.
Sí éramos amigos de Krist y de Kurt. Entendían lo que estábamos haciendo y les gustaba. Con Krist hicimos buenas migas de inmediato, corrimos toda clase de aventuras juntos. Fuimos a Seattle y lo flipamos. La cosa no era tanto meterse en líos como descubrir el mundo, como Mickey Mantle llegando a Nueva York por primera vez.
MATT LUKIN Conocí a Cobain en el instituto. Cuando teníamos 14 o 15 años coincidimos en el mismo equipo de béisbol en la Babe Ruth. Siempre sentados en el banquillo. Era un chaval delgaducho y callado. Hablábamos sobre nuestros grupos de rock favoritos. No le prestábamos atención al béisbol. En aquella época a los dos nos molaba mucho Cheap Trick.
BUZZ OSBORNE Debía de tener 12 años la primera vez que vi a Kurt. Empezamos a conocernos en una clase de plástica que tuvimos juntos en el colegio. Se le daba muy bien dibujar, así que hacía cosas como, por ejemplo, un retrato del profe con la cabeza cortada, y le salía clavado; o dibujaba a una chica siendo violada y le ponía la cara de una tía de clase. Tonterías de octavo. Linchamientos, humor negro. A mí me sigue gustando ese rollo.
MATT LUKIN Recuerdo que estuve unos años sin ver a Kurt hasta que un día apareció en un ensayo de los Melvins acompañado de un vecino. Los dos venían muy mamados. Nosotros estábamos en el garaje de Dillard, tocando versiones de los Clash. Recuerdo que barbotó: «¡Uauh, tíos, sonáis de puta madre!». Le dio por pasarse por allí y empezamos a verle más a menudo.
BUZZ OSBORNE Una vez los maderos trincaron a Kurt, pero los demás tuvimos la suerte de escapar. Él, Lukin, yo y no recuerdo quién más andábamos por ahí pintando gilipolleces en las paredes; mi favorita era JÓDETE en letras gigantes. Creo que también puse DIOS ES GAY o algo así. La policía continuamente andaba buscándonos las cosquillas, pero ésa fue la única vez que uno de nosotros acabó de verdad en la trena. ¿Quién pagó la fianza de Kurt? Yo no. Si hubiera entrado en la comisaría, me hubieran metido en el mismo calabozo que a él. A tomar por culo, que se las apañara solo.
DALE CROVER ¿Que si es cierta la historia de que Kurt dormía en mi porche metido en una caja de cartón? Por algún motivo, mi madre se altera mucho cada vez que la oye: «¿Dormía en mi porche y yo sin saberlo?». Mira, probablemente se quedara dormido en el porche una noche que estaba borracho y eso fue todo.
Todos esos rollos han sido magnificados de manera exagerada, pero nadie quiere oír la verdad. Como esas historias que dicen que Kurt dormía debajo de un puente. ¡No es cierto! Sé que lo hizo una vez, pero nunca fue como lo contaba él, que se pasó horas y días allí debajo, convirtiéndose en un artista torturado. Ése es el mayor mito de todos: Kurt Cobain, el artista torturado. La gente no se da cuenta de que el tío era un cachondo de la hostia.
MATT LUKIN Sí, Kurt hizo una prueba para los Melvins, ¡y sonaba cojonudo! Un par de días más tarde le pregunté a Buzz: «Eh, ¿qué pasa con Cobain? Me gustó mucho cómo sonaba cuando tocó con nosotros». Y él: «Ya, mira, no creo que vaya a funcionar».
DALE CROVER Nos planteamos incorporar a Kurt al grupo, pero no tenía equipo. «¿Cómo va a tocar si no tiene un amplificador?». No es que pasara o no pasara la prueba, sino simplemente que no tenía un duro y no estaba preparado.
BUZZ OSBORNE Lo de que Kurt hizo una prueba para nosotros no es cierto, para nada. Practicamos con él en numerosas ocasiones, igual que con Krist, pero nunca le hemos hecho pruebas a nadie. Nunca. Siempre he tenido claro a quién quería en el grupo y he tomado la decisión mucho antes de llegar a las audiciones.
SLIM MOON (guitarrista de Earth; solista; fundador del sello Kill Rock Stars) Krist Novoselic tenía una furgoneta pintada con rayas de cebra con la que llevaba a los Melvins a sus conciertos. Era muy alto y siempre estaba pedo. En una fiesta vació un extintor y en otra se puso a bailar encima de una mesa hasta que se vino abajo. Sí, así era Krist en aquella época. Me recordaba a Shaggy, el de Scooby Doo.
MATT LUKIN No sé si llegaría tan lejos como para decir que Krist era nuestro pipa, pero empezamos a usar su furgo, nos llevaba a Seattle y nos ayudaba a cargar el equipo. Así que, sí, supongo que hacía de pipa. Cobain le sustituyó al cabo de un tiempo.
BUZZ OSBORNE Nunca tuvimos roadies, eso es una gilipollez. Simplemente eran amigos. A veces Krist nos llevaba adonde fuera. Siempre me ha hecho gracia eso: Kurt Cobain, roadie de los Melvins. Mírale bien, si apenas tenía fuerzas para salir solo de la cama. ¿Roadie? De qué, ¿de un circo de pulgas?