James Rhodes viene a España. El pianista británico tocará por primera vez en nuestro país, y de momento tiene confirmada su presencia en el Festival Primera Persona de Madrid y Barcelona, en Huesca, San Lorenzo del Escorial y en el Sonar. ¿Y qué pinta un pianista clásico en un festival de música avanzada? Mucho, porque James no es un concertista cualquiera. Vayamos por partes. Como las sonatas.
Hace un año James Rhodes era un artista conocido en los circuitos de música clásica por su virtuosismo autodidacta, su originalidad en los conciertos, por su amor infinito a Bach y por romper con las reglas del encorsetado mundo de la música clásica.
Pero en noviembre de 2015 un Tribunal dio una pequeña vuelta de tuerca a su vida al autorizar la publicación de su libro autobiográfico ‘Instrumental': “Una persona que ha sufrido del modo en que el apelante ha sufrido y que ha luchado para hacer frente a las consecuencias de su sufrimiento de la forma en que él ha luchado tiene derecho a hablarle al mundo sobre todo ello”, rezaba la sentencia. “¿Hablarle al mundo de qué?”, se preguntaron muchos. En ‘Instrumental’ (Blackie Books) James repasaba una vida marcada por abusos sexuales sufridos en la infancia, trastornos físicos y mentales, adicciones al alcohol, al sexo y a las cuchillas de afeitar.
Aprovechando que solo quedan 10 días para su primera visita a España, repasamos su vida y obra a través de 10 frases del artista.
“En mis conciertos hablo de las piezas que interpreto, cuento por qué las he elegido, qué importancia tienen para mí y en qué contexto se compusieron”. Sobre sus directos.
“Si comparásemos la vida con correr un maratón, los abusos sexuales en la infancia tendrían el efecto de quitarte una de las piernas y cargarte con una mochila llena de ladrillos en la línea de salida”. Sobre los abusos que sufrió cuando era pequeño.
“Si no hubiera conocido a Bach, yo estaría muerto”. Sobre su tabla de salvación.
“El hombre que me violó me advirtió una y otra vez de que si se me ocurría explicar lo que pasaba me iban a suceder cosas terribles. Y yo guardé silencio durante 30 años. Ahora unos jueces me decían exactamente lo mismo, que no tenía derecho a hablar de lo que me había ocurrido. Si lo piensas, es algo aterrador”. Sobre la demanda interpuesta por su exmujer para impedir que se publicara el libro.
“No dejes que unos pocos imbéciles vetustos y endogámicos impongan cómo debe presentarse esta música inmortal, increíblemente maravillosa”. Sobre los puristas de la música clásica.
“¡Ya está bien de acuarelas francesas y de tipos con frac!”. Sobre la imagen que se proyecta de ese mundo.
“Chopin, por ejemplo, era un racista, un trepa, un hombre horrible. Que alguien así pueda dejar un legado tan maravilloso y duradero es algo extraordinario”. Sobre el pasado dudoso de algunos genios.
“Mi hijo fue y sigue siendo un milagro. No voy a experimentar nada en la vida que pueda equipararse a la incandescente bomba atómica de amor que estalló cuando nació”. Sobre su hijo.
“Hay millones de personas que sufren horrores inimaginables. Muchos los superan y viven con dignidad. La creatividad no llega por el dolor, llega pese al dolor”. Sobre falsos mitos.
“En cualquier período de veinticuatro horas no hay momento peor que las cuatro de la mañana. La verdad es que la hora que va entre las 3:30 y las 4:30 es una putísima mierda”. Sobre la hora que va entre las 3:30 y las 4:30 a.m.