La cortinilla -peinado desesperado que en esencia consiste en dejarse largo el pelo de los lados para tapar burdamente el cráneo- es el subterfugio capilar más entrañable/fascinante/inexplicable de todos. Los usuarios -seres animosos, ingenuos, rebeldes- son los únicos que parecen tragarse su casi siempre cómica patraña; eso sí, contra viento (uno de sus mayores enemigos) y marea (en la playa lo pasan regular). Christian Bale en la secuencia inicial de ‘American Hustle‘ da una clase magistral de cómo hacerse una cortinilla pro, maestría que aún supera el arabesco imposible de Donald Trump. En España el Sr. Anasagasti es su adalid.