‘Searching for Sugar Man‘ (Malik Bendjelloul, 2012) es el documental de cómo un modesto pero talentoso músico de Detroit llamado Sixto Rodríguez se convirtió en una estrella en la Sudáfrica del Apartheid sin que él mismo supiera que gozaba de dicha fama.
Una historia tortuosa, muchas veces ocurrida y pocas veces contada, de cómo una discográfica abandona a un artista brillante en la cuneta de su catálogo y éste, poco a poco, se va alejando de los escenarios y que cuándo comienza a cobrar unos royalties provenientes de un mercado ignoto (Sudáfrica era un régimen dictatorial de mierda con todos los rasgos de mierda de un régimen dictatorial) prefiere coger la pasta y no informar al artista de dichos beneficios.
Si te gusta un poco la música habrás oído hablar de Sixto Rodríguez y, aunque solo sea por curiosidad melómana, habrás pinchado en su enlace de Spotify para descubrir la grandeza de sus dos únicos discos (‘Coming from Reality’ y ‘Cold Facts’ grabados, editados y publicados consecutivamente entre 1970 y 1971) pero solo si eres un convencido mod y/o fan del Northern Soul (lo que corresponde a una subcategoría dentro de los melómanos tan minoritaria y exquisita que su existencia percentual solo puede expresarse con decimales) conocerás las andanzas de Dean Parrish.
¿Y quién es Dean Parrish? ¿Y qué es el Northern Soul? ¿Por qué te siguen permitiendo publicar tus malditos delirios? Vamos a ello.
Dean Parrish nació en 1942 en Nueva York en el seno de una familia hispanoitaliana de Nueva York y es bautizado con el nombre de Phil Anastasia. Pasa su infancia y su adolescencia en el Brooklyn, más concretamente, en el barrio conocido como Little Italy. En su juventud destaca por su enérgica voz y, muy pronto, comienza a destacar hasta que llama la atención de Jim Gribble que, en ese momento, era el manager de The Mystics (grupo de do-woop en el que militaría durante un tiempo como cantante solista Paul Simon –su mayor descubrimiento- bajo el seudónimo de Jerry Landis) que le convence de que comience una carrera como solista y que lo encaja en la programación habitual del Peppermint Loung Club que, a comienzos de los 60, era el local de gamberreo de moda de Nueva York.
Allí, frente a una audiencia de celebrities como Marilyn Monroe o Truman Capote, desgrana un repertorio de versiones de éxitos actuando como telonero de grupos como The Ronnettes. Es la solista de las Ronettes, Ronnie Spector, la que le convence de que se ponga un nombre artístico como más gancho y es entonces cuando se rebautiza como Dean Parrish.
Philip, o Dean, firma su primer contrato discográfico con Warner Brothers en 1964 con los que graba un único single: La cara A contiene ‘Come on Down (To the World´s Fair)’ y en la B ‘The Pavilion’. En 1965 se pasa a Musicor donde publica ‘Bricks, Broken Bottles and Sticks’ y ‘I´m over eighteen’. Luego en 1966 firma con Boom con quienes consigue grabar otros tres singles y, en 1967, se pasa a Laurie para grabar lo que sería su último sencillo. La cara B contiene ‘Watch Out’ y la cara A un temarraco titulado ‘I’m On My Way‘ que, como todo su trabajo anterior, pasaría completamente desapercibido y que, sin embargo, le reportaría muchas alegrías varios años después.
Durante todos esos años Dean consigue colarse en la gira de de Dick Clark (¿Se acuerdan de la gira que protagoniza el grupo falso de la película ‘The Wonders’? Pues algo así) pero su carrera como solista va desapareciendo poco a poco. Sigue colaborando como músico de estudio, sobre todo con el sello Motown, y funda el grupo Steeplechase donde ejerce como cantante y guitarrista. Con ellos graba un LP titulado ‘Lady Bright‘ del que se extrae un solo single: “Lady Bright”. Ese mismo año colabora en una grabación con Jimmi Hendrix y Santana y no vuelve a aparecer una referencia suya como músico de estudio hasta 1972 cuando trabaja a las órdenes de Bob Marley.
A partir de entonces desaparece por completo y se convierte en músico de estudio y cantante de diversas formaciones anónimas que se hacen el circuito de la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones). Combina esta actividad con la de extra de diversas producciones de las que tampoco hay ninguna referencia (en el sagrado Imdb.com solo aparece su aparición fugaz, como cantante y cantando, en el episodio quinto de la sexta temporada de The Sopranos titulado ‘Mr. & Mrs John Sacramoni request‘ de 1999).
Pero la música es una fuerza poderosa y, a mediados de los años 70, se está produciendo la explosión del Northern Soul en Inglaterra. Un vestigio de la cultura mod, de aficionados al baile y al soul (conocidos como “allnighters”) que, literalmente, pasan toda la noche haciendo piruetas. Uno de los locales de referencia de la escena es el Wigam Casino y su disc Jockey residente: Russ Winstanley. Russ encuentra una copia de ‘I’m On My Way’ y, literalmente, se enamora del tema. Comienza a pincharlo y se convierte en uno de los éxitos de sus sesiones. La cultura “allnighter” es tan sumamente melómana que incluye el intercambio y venta de discos, la búsqueda continua de rarezas y la demanda de un single de ‘I’m On My Way’ crece sin parar hasta el punto de que en 1975 el sello UK Records compra los derechos de la canción y la reedita de nuevo alcanzando el puesto 38 de las listas y llegando a la cifra, nada desdeñable, de 200.000 copias iniciales. Luego publicaría todo el corto repertorio de Parrish.
Ninguna de las tres discográficas con las que ha grabó Dean Parrish se ponen en contacto con él con la excusa, agárrense los machos, de que Dean Parrish ya no existe. En parte tienen razón porque, por aquella época, Dean Parrish había vuelto a cambiarse el nombre por el de Phil Anastasia. Pero, al parecer, tampoco ponen mucho empeño en mandarle al músico un cheque. Durante unos cuantos años Dean (o Philip) no se entera de que ha tenido un éxito de ventas en UK y que tiene una selecta masa de seguidores que han urdido toda una red de leyendas urbanas sobre el paradero y destino de Dean Parrish. La más corriente: Dean murió en 1972 debido a una sobredosis de drogas. La más chiflada: Dean Parrish, en realidad, fue una invención de Russ Winstanley que quería vender unos cuantos discos más a costa de una historia sobre un músico desaparecido.
No es hasta 2001 cuando Dean Parrish (todavía Philip Anastasia) se entera de todo el embrollo y, sobre todo, de que alguien se ha quedado con un cheque que lleva su nombre. Contacta con Russ Winstanley y este le invita a viajar a Reino Unido. Lo hace por segunda vez porque ya había estado actuando en las Islas Británicas en 1964 pasando desapercibido. Philip vuelve a rebautizarse como Dean y da su primera actuación en el Northern Soul Weekend celebrado en Prestatyn (Gales) delante de una entregada audiencia que, definitivamente, enloquece cuando escucha los primeros compases de’I’m On My Way’ A partir de ahí inicia una pequeña gira por el Reino Unido. En 2006 Parrish entra de nuevo en un estudio de grabación de la mano de Steve Cradock, guitarrista de Ocean Colour Scene y amigo personal de Russ Winstanley, que le cede un tema musical que compuso con 15 años titulado ‘Left Right and Centre‘ y en 2008, en compañía de otros compinches, sale a la venta su primer disco como solista, el magnífico ‘Northern Soul Sound of Dean Parrish‘, 41 años después de grabar su último single.
Desde 2001 hasta la fecha Dean Parrish ha seguido visitando Europa. Viaja regularmente a Inglaterra y Holanda. En 2009 hizo su primer concierto en nuestro país. Se celebró en la sala Boite de Madrid un caluroso 12 de mayo. Dean se acompañó de la mítica banda granadina The Teenagers con la que poco pudo ensayar y que, sin embargo, estuvieron más que a la altura de las circunstancias y de la personalidad arrolladora y afable del cantante neoyorquino. Algunas de las fotos de este reportaje atestiguan la elegancia natural de Dean, su saber hacer y, sobre todo, la emotividad de la gala que puso a los presentes los pelos de punta.
El año pasado Dean Parrish volvió a grabar otro disco con, nada más y nada menos, que el batería Carmine Appice titulado ‘Northern Soul: I’M On My Way’. Carmine Appice bien vale un artículo por sí mismo, no será este, porque su recorrido musical comenzó con una de las bandas del rock psicodélico, Vanilla Fudge, es la influencia reconocida de modo directo por todos los que han tenido que decir algo detrás de una batería (Desde John Bonham a Roger Taylor pasando por Phil Collins o Tommy Lee), ha trabajado al servicio de Ozzy Osbourne, Pink Floyd y un largo etcétera de bandas míticas y, sobre todo, co escribió el imprescindible ‘Do Ya Think I’m Sexy’ junto a Rod Stewart.
En la actualidad Dean Parrish prepara su desembarco estival en este lado del charco. Seguirá desgranando sus temas clásicos y demostrándonos que la fama no es tan importante como hacer bien lo que sabes y te gusta hacer,… Eso y que hay que intentar no cambiar de nombre por si tu discográfica quiere hacerte llegar un cheque con unos royalties que cobraron por ti tres décadas atrás.