En otros tiempos menos feroces, en otros tiempos menos untados en mierda, furia y exceso de discurso crítico, el estreno de una nueva versión de un clásico como ‘Los cazafantasmas‘ habría sido una buena noticia. Por desgracia, si algo nos ha enseñado Internet, y todos los elementos que ha puesto a disposición del usuario medio para quejarse y/u opinar, es que nada es suficientemente bueno, nada es suficientemente interesante, nada es suficientemente inteligente, nada está suficientemente bien hecho y, sobre todo, no hay nada sobre la faz de la Tierra que nos haga ser felices más de tres segundos (segundo arriba, segundo abajo). Si algo nos ha enseñado Internet es que siempre hay alguien que hubiera hecho las cosas no ya de forma diferente, si no definitivamente mucho mejor que el que las ha llevado a cabo.
Hace unos meses que se filtró la primera foto promocional de ‘Los Cazafantasmas’. En ella -oh, sorpresa-, descubrimos que los Cazafantasmas serían, en realidad, ‘LAS cazafantasmas’. Es decir: los papeles protagonistas serían interpretados por actrices y no por actores como en las anteriores dos entregas. No se hicieron esperar las primeras reacciones amargas: la primera, evidentemente, es que no se hubiera rescatado a ninguno de los actores de los films originales para ningún papel (ni siquiera a Rick Moranis, que era el secundario cómico de campanillas) y la segunda, claro está, que se hubiera cambiado el sexo de los protagonistas.
Había dos razones de peso que hacían imposible la reunión del reparto original para una tercera entrega:
Bill Murray se ha negado repetidamente a participar en una nueva entrega de la saga como protagonista y, recordemos, solo participó en la secuela de 1989 porque necesitaba el dinero.
Harold Ramis falleció en 2014.
Incluso si Murray hubiera dicho que sí y se hubiera buscado un sustituto para Harold Ramis, tampoco habría sido posible reunir a los actores de las entregas del 84 y el 89 por una simple razón: los estudios evitan firmar elevados contratos de seguros para sus estrellas. Las clausulas de estos contratos se elevan peligrosamente cuando se trata de la edad de los artistas y, sobre todo, se elevan si estos se ven envueltos en escenas en las que pueden correr algún tipo de peligro físico. Bill Murray (65), Dan Aykroyd (63) y Ernie Hudson (71) suman 199 años y una producción como ‘Cazafantasmas’ (por mucho efecto digital, mucho chroma y mucho doble que se contrate) lleva consigo cierto riesgo físico que, difícilmente, un estudio va a querer cubrir. También está el asunto de la taquilla: pese a nuestra adoración por los tres, lo cierto es que no tienen capacidad para engordar una taquilla.
Y en este momento es cuando alguien se pregunta: ¿Es que Kate McKinnon, Leslie Jones, Kristen Wiig y Melissa McArthy tienen esa capacidad? No, no son actrices que vayan a engordar una taquilla por sí mismas pero sí están en activo y cuentan, en la actualidad, con un enorme reconocimiento entre los espectadores norteamericanos. Aquí un paréntesis: El internauta español, ese fiero polemista, suele criticar las decisiones de los estudios de Hollywood dando por hecho que pertenece al público objetivo de dichos estudios. Es decir, que toman sus decisiones pensando en el espectador español. No es así, pese a la importancia que nuestro mercado tiene para la industria americana (siempre somos el segundo o tercer país que más películas USA estrena. Todos los años. Habría que mirárselo). Lo normal es que las decisiones se tomen pensando en el espectador de Iowa y no en el de Dos Hermanas. Si Leslie Jones o Kate McKinnon son desconocidas en nuestro país, a ellos se la trae un poco floja porque sí son conocidas para su público objetivo: El autóctono.
Salvando las distancias (históricas, sociológicas, etc.), lo cierto es que las cuatro forman parte de una revolución parecida a la de la irrupción de la generación de cómicos de los 70. Una revolución de mujeres cómicas y humoristas que ha enriquecido el panorama de la comedia hasta el punto de que en el elenco de Saturday Night Live hay actualmente seis mujeres (Vanessa Bayer, Aidy Bryant, Kate McKinnon, Cecily Strong, Sasheer Zamata y Leslie Jones), cuando en su primera temporada solo contaban con tres (Jane Curtain, Gilda Radner y Laraine Newman). Es reseñable que en el momento actual, y pese a las grandes cómicas con las que siempre ha contado el show, la presencia femenina sea mucho más importante y que todas ellas cuenten con más reconocimiento que las anteriores actrices del programa.
Este es otro punto a favor de la inclusión de este reparto y no otro: Cuatro de las tres actrices forman o han formado parte del reparto de SNL (Solo Melissa McCarthy no lo ha sido). En la película original la relación también era parecida: dos de los cuatro actores originales estuvieron en SNL. Hubieran sido tres, pero Harold Ramis prefirió ser fiel a National Lampoon, (con ellos fue con los que estrenó ‘Desmadre a la americana‘).
Conocidas las razones, ¿por qué la elección de un reparto femenino ha levantado tanto disgusto? A nadie puede escapársele que es posible que haya una raíz machistoide en el asunto. Ya saben. Este es un tema candente. Hay machismo por doquier y los “temas de género” suelen ser un campo de batalla interesante en los que tirarnos los trastos porque suelen estar completamente polarizados. Sí, asusta que el estreno del trailer de una comedia pueda, de pronto, convertirse en un pollo importante en el que hay gente –muchachos sobre todo- que acusan a Hollywood de haberles robado la infancia eligiendo a actrices en lugar de actores para encarnar a los Cazafantasmas originales. En realidad, elegir un reparto masculino también hubiera traído un montón de críticas. Vayamos a lo absurdamente obvio y barajemos a un reparto masculino actual que podría haber participado: Jonah Hill, Seth Rogen, James Franco, Danny McBride, Craig Robinson, Christopher Mintz-Plasse, Michael Cera, Paul Rudd…
En este caso la queja vendría de que ninguno de los elegidos tiene tanto talento o solera como los anteriores y la elección habría sido tachada de facilona. Sin vida. Quizás demasiado obvia. Quizás demasiado vista. Ni que decir tiene que la opción de elegir a actores desconocidos tampoco habría satisfecho a nadie porque, demonios, SON DESCONOCIDOS Y NADIE QUIERE GASTARSE EL DINERAZO QUE CUESTA UNA ENTRADA DE CINE (Y MÁS CON PALOMITAS Y COCA-COLA QUE SE TE PONE EN UN PICO) PORQUECLAROLUEGOLACULPADETODOESDELAPIRATERÍA CLARO… Venga, reconócelo, no te jugarías 5´90 euros que cuesta una entrada en el día del espectador para ver a unos tíos que no conoces de nada. En Hollywood te conocen mejor que tú mismo, aunque no les importes un comino.
La elección más saludable, y la más inteligente por parte de Paul Feig, ha sido elegir un reparto femenino. Un reparto femenino que podría definirse como “de campanillas”. Sin duda. Las cuatro son graciosas, son divertidas y no hay más que ver sus trabajos anteriores para comprobarlo. Nadie podría competir con el talento cómico de Murray o de Aykroyd pero, la verdad, no se trata tanto de competir como de ofrecer algo que el espectador puede apreciar como nuevo y que responde a la forma en la que ha cambiado la comedia en los últimos años. Los argumentos nostálgicos son idiotas porque nadie va a poder recuperar al reparto antiguo; primero, porque es imposible (un actor muerto, por dios) y después porque el mundo de 2016 ya no es el de 1985. Esto es una realidad y hay que aceptarla: no se volverán a hacer películas como aquellas porque ahora somos mucho más conservadores que entonces y ya es imposible sugerir un polvazo entre Sigourney Weaver y Rick Moranis –o entre las entidades que poseyeron sus cuerpos- en una película dirigida al público juvenil (en nuestro país, incluso, infantil). Quizás la gente debería de soliviantarse por asuntos como este, porque las películas de gran consumo sean cada vez más idiotas o, peor, que tengamos que recurrir a refritos de antiguos éxitos porque somos incapaces de crear nuevos mitos como ‘Los cazafantasmas’. Esto es mucho más preocupante, sin duda.
Sobre los argumentos machistas diré que son risibles y que vienen bastante bien para comprobar que existe una minoría cavernícola más ruidosa que importante (no es que le quite importancia, es que hay que darle la importancia que tiene), o que todavía quiere pensar, que las mujeres nunca serán graciosas o que nunca estarán a la altura de los cómicos masculinos. Si la queja ya viene por el hecho de la falta de atractivo de las protagonistas hay que tomárselo con humor y comenzar a pensar que, bueno, tampoco es que el que está en su casa tecleando como un loco en un foro dudando del talento de una actriz por el hecho de ser “fea” (algo que, bueno, habría que poner también en discusión) tenga demasiado crédito, ¿no? Y es que, ya saben, Internet nos ha dado a todos la posibilidad de opinar, de estirar nuestro derecho a la libertad de expresión hasta las fronteras de lo universal y eso es precioso y está bien y es muy bonito. También es verdad que un efecto secundario del mal uso de la libertad de expresión es quedar como un imbécil a nivel planetario. Esto también es precioso: ya no eres solo el tonto de tu barrio, ya no eres solo el tipo que avergüenza a toda su comunidad con sus comentarios porque ya puedes ser un tonto reconocido en todo el mundo, ya puedes demostrar que no tienes ningún sentido del humor, que derrochas estulticia allá por donde vas y, sobre todo, que no sabes muy bien de lo que hablas.
Pero volviendo al tema: ¿Polémica machista o polémica subnormal? Ni una ni otra, polémica de Internet. Creo que, con eso, ha quedado bastante claro.
LAS ACTRICES Y SUS BIOGRAFÍAS
Melissa McArthy: La vida no tiene que ser fácil para una chica de Plainfield (Illinois). Mucho menos cuando quieres ser actriz, tienes vis cómica, pero tus medidas no son las de la actriz famosa tipo. Por suerte para todos nosotros la McArthy abandonó hace tiempo la posibilidad de encasillarse en papeles de “amable gordita” para asentarse en trabajos donde demuestra un talento inagotable. Ahí está su trabajo en ‘La boda de mi mejor amiga‘ (2011, Paul Feig) donde parecía la hermana perdida de Ricky Gervais, su aparición estelar en ‘R3sacón’ (2013, Todd Philips) dándole la réplica chiflada a Zach Galifianakis, sus apreciables papeles tragicómicos en ‘Por la cara’ (2013, Seth Gordon), Tammy (2014, Ben Falcone) y ‘St. Vincent’ (2014) y el poco apreciado papel de poli en “Cuerpos especiales” (Paul Feig, 2013) su “buddy movie” junto a Sandra Bullock. Lo mejor que se puede decir de melissa McCarthy es que tiene un enorme registro cómico que siempre sorprende.
Kristen Wiig: Uno de los grandes talentos cómicos descubiertos por Saturday Night Live. Se mantuvo en el reparto desde 2005 hasta 2014 y es de los pocos actores del programa de TV que ha conseguido trascender a su fama en el show y labrarse una carrera cinematográfica de éxito y, sobre todo, constante. La presencia de Wiig, incluso en pequeños papeles, siempre se hace notar pero alcanzó su cenit en ‘La boda de mi mejor amiga’ (2011, Paul Feig) junto a su amiga del alma, Maya Rudolph (otra grandísima cómica) desde entonces son reseñables sus protagonistas en ‘The Skeleton Twins‘ (2014, Craig Johnson), “La vida secreta de Walter Mitty” (2013, Ben Stiller), ‘Paul’ (2011, Gregg Mottola) y ‘Hateship loveship‘ (2013, Liza Johnson). Algunos dicen que es la Steve Martin femenina por ser capaz de manejar el humor físico con una presencia chalada. Posiblemente tengan razón.
Kate McKinnon: Es normal que los espectadores españoles se pregunten que quién es esa rubia que aparece en ‘Cazafantasmas III” porque su trabajo no ha trascendido mucho más allá de las fronteras del consumo norteamericano. Su inclusión en el reparto de SNL desde 2012 la ha provisto de trabajos que se alejan bastante de la comercialidad y esta película será su primer protagonista en una gran producción. En SNL se ha hecho famosa por imitar como nadie a Justin Bieber y a ‘La señora del Ecce Homo’. También porque imita muy bien a Hillary Clinton y, en pleno directo, se salió del papel del sketch que compartía con la aspirante demócrata a la presidencia de los USA para decirle que la legalización del matrimonio homosexual se estaba retrasando demasiado.
Leslie Jones: Forma parte de SNL desde 2014 donde es actriz pero también guionista. Su trabajo fuera de la TV es, hasta la fecha, cosa de pequeñísimos papeles. Su humor, siempre extremo, siempre interpretando al de una mujer negra de casi 40 años que parece no tener ningún complejo y que parece un poco pirada le ha ganado un lugar en nuestros corazones. Mucho más cuando, en la última edición de los Oscars, participó en uno de los sketches sustituyendo al oso de la escena de ‘El renacido’ y le daba una paliza a Leo DiCaprio por no haberla vuelto a llamar tras una noche de pasión. Posiblemente sea la actriz afroamericana designada por los dioses para convertirse en la heredera universal de los valores de Richard Pryor.