Sophie Ebrard era un tanto remilgada. En su carrera como fotógrafa había retratado a amigos y familiares, pero un día decidió ampliar miras. Se fue con un amigo a una fiesta de swingers con la idea de conocer gente que quisiera posar desnuda frente a su objetivo. Qué mejor sitio. Sin embargo se sorprendió disfrutando como voyeur.
No buscaba llamar la atención ni escandalizar a nadie. Su idea era retratar la belleza y Gazzman, un director de cine adulto, le invitó a uno de los rodajes. ‘It’s just love’ es el resultado de cuatro años entre bastidores porno. Un proyecto autofinanciado y muy personal, que retrata el backstage de la industria. Si en la filmografía de Gazzman abundan títulos sobre ninfómanas y mucho vicio, en la serie de esta fotógrafa hay calma, cotidianidad y hasta aburrimiento entre toma y toma.