Acabamos de ver ‘El hijo de Saúl’ y nos ha removido las entrañas (y también mareado un poco, todo hay que decirlo). Te damos 10 razones por las que tienes que ver sí o sí esta gran película que cuenta la infrahistoria de los campos de exterminio nazi.
1. Porque está nominada a los Oscars como mejor peli extranjera.
2. Porque su técnica está siendo la comidilla de la industria (esa cámara mareante, ese desenfoque, esos primeros planos, todo lo que ‘no se ve’…).
3. Porque dura casi dos horas y, oye, una vez que pagas 9 pavos por lo menos que lo amortices.
4. Porque la señora que estaba sentada a nuestro lado se salió de la sala (‘es demasiado fuerte para mi‘, se excusó). Más espacio para apoyar el brazo.
5. Porque si eres un poco sensible te pegas un jartón de llorar, y un buen lloriqueo siempre purifica el alma y limpia el lagrimal (se te quedan unos ojos que ni Candy Candy).
6. Porque te la van a quitar del cine, ¡correeeeeeeeee!
7. Porque por primera vez (que nos conste) cuenta la historia de los campos de exterminio desde el punto de vista de los que hacían el trabajo sucio (más sucio si cabe): meter a los judíos en las duchas de gas, apilar sus pertenencias y robar sus joyas para los nazis, sacar los cadáveres (piezas les llaman en el filme), llevarlos a los crematorios, deshacerse de las cenizas…
8. Porque te hace reflexionar sobre la crueldad del ser humano, la lucha por la supervivencia, la sinrazón, el caos, la pasividad, la locura, el horror…
9. Porque tiene uno de esos giros inesperados que siempre son un plus.
10. Porque es uno de los debuts cinematográficos más brillantes y arriesgados que hemos visto nunca. Enhorabuena László Nemes.