Los has visto en todas partes. Sentados en una terraza; saliendo del vestuario de la piscina municipal; delante tuya en un concierto; de pedo, por la noche, en un garito. Son los pantalones cortos, bermudas o shorts, una prenda que hace diez años sólo utilizaba el Rey, regatistas en puertos deportivos y los pijos en general ahora y que ahora, en cuanto aparece Junio, media población masculina española no se los quita hasta septiembre (ya habrá ocasión en el futuro de tratar el tema chanclas).
Aunque somos definitivamente una revista de excesos, con los pantalones cortos, en general es necesario aplicar la regla contraria: evita los excesos. Hay dos indispensables. Su longitud. Ni muy cortos ni muy largos. Jamás, estilo pirata. Jamás. Siempre por encima de la rodilla. El momento de utilizarlos. Si tu trabajo es de oficina y no eres del departamento audiovisual o trabajas en una start-up, no te los pongas nunca de lunes a viernes. O cambia de trabajo. Ten varios pares, según la ocasión: noche, playa, a diario. Y varía los tejidos. Evita el falso lino y cuida con los jeans cortados que a veces pueden asar más de la cuenta.
Para que no tengas dudas, seleccionamos varios pantalones cortos ya seas un hardcoreta, un hipster, un clásico, un locatis o una rata de gimnasio.